-¡Valeria! –Digo, mientras corro hacia ella con brazos abiertos. Ella se aleja. Entonces simplemente desaparece frente a mis ojos. Luego reaparece detrás de mí y me da un empujón. Caigo de rodillas y me doy fuerte en el codo.

-Oye, no te aproveches. –Dice Valeria.

-Vórtice ¿Lo conoces? –Pregunta Bianca. – ¿Te viene algún recuerdo?

-No. –Dice. Ella me mira de pie y luego me da la mano para ayudarme a ponerme de pie. –Me disculpo, pero fuiste directo.

-¿Vórtice? ¿Qué tienes? Soy yo, Jimmy. Soy tu hermano mayor. Sé que acostumbras molestarme, pero deberías moderar tu fuerza al golpear.

-No, no es eso. En verdad lo lamento, pero no sé quién eres. –Dice, mientras se sujeta el brazo con el que ayudó a levantarme.

-Valeria, no juegues con eso. –Le digo.

-Ella nos dijo que no sabía ni quién era. –Dice Bianca. –Nosotros la encontramos en una esquina, llorando y rodeada de cuerpos humeantes tirados en el suelo. Al parecer, ella había matado a cada uno con una habilidad inhumana. La habilidad de crear energía eléctrica y desaparecer de la nada. Como no sabía ni su nombre, Cristian decidió ponerle Vórtice. Ambas tenemos habilidades especiales, de hecho.

-Eso quiere decir que no soy el único. –Les digo. –Yo obtuve la habilidad de ver el futuro. He tenido varias visiones que se han vuelto realidad. Algunas han tardado mucho en cumplirse. Ahora tuve una que estaba a punto de cumplirse, pero lo evité.

-¿Espera? ¿Cuál es tu habilidad? –Pregunta Oscar. -¿Bailar y pelear?

-Pues... no sé cómo explicarlo, pero cuando escucho alguna buena canción, ya sabes con ritmo como para matar o simplemente bailar, mis sentidos se vuelven mucho más rápidos. Todo lo veo lento. Pero a veces se termina rápido. –Entonces, hace un paso a la izquierda y avanza 3 metros en un segundo.

-Impresionante. –Exclama Leonard.

-Bastante. –Responde ella guiñando el ojo derecho.

-Entonces, Mi nombre... ¿Es Valeria? –Me pregunta ella.

-Sí. Eres mi hermana menor. Crecimos juntos en Washington, D.C. Nuestra madre de llama Yolanda. Nuestro padre se llama... Harrison. –Es verdad... Papá está muerto. Si ella recordara todo, tendría un paro cardiaco. Pero ella notará que algo le pasó a papá por haber hecho una pausa al mencionar su nombre.

¿Algo le pasó a... nuestro padre? –Lo sabía. Lo notó. No queda otra.

-Sí, el murió debido a la infección. Mamá se escondió en un cuarto de pánico que decidió construir en casa en caso de una emergencia.

Ella no responde. Sabía que algo le pasaría, pero al parecer no recuerda nada. No sabría decir si llorará o simplemente se quedaría en shock. Levanta la cabeza y me mira. –Lo lamento mucho.

-Descuida.

En eso, una camioneta llega y varias personas están dentro de ella. El hombre que conducía se baja primero. –Sabía que seguirían aquí. –Dice.

-Iván. Llegaron a tiempo. –Dice Bianca

-¿Y ellos? –Pregunta Iván.

-Al parecer vinieron por suministros. Pero más importante, él sabe quién es vórtice. Es su hermano. –Entonces Iván se sorprende y se acerca a nosotros.

-¿De verdad? –Pregunta.

-Sí. –Le respondo. –Es mi hermana menor. Y su nombre real es Valeria.

-Bueno, mi nombre es Ivan. Los que están conmigo con Cristian, Jessica, Danny, Gonzalo y Sam. –Dice, apuntando a cada uno para poder identificarlos. -¿Así que eres el hermano de vor... Perdón, Valeria?

-Sí señor. –Le respondo.

-En ese caso, necesitas venir con nosotros. Podrías ayudarle a recordar su pasado.

-Lo siento, pero no puedo hacer eso. Ya tenemos un refugio. Debemos regresar. Pueden venir con nosotros. Estarán más seguros.

-¿Dónde? –Me pregunta.

-En una preparatoria, a unos 10 minutos de aquí. –Dice Leonard. Pueden seguirnos. Si tienen alimentos guardados, armas, lo que sea que nos ayude a sobrevivir, pueden traerlo. Juntamos todas las provisiones necesarias allá para todos los sobrevivientes que hemos encontrado.

-Bueno, tenemos varias armas. Varios cereales y frituras también. Iremos por ellos. Volveremos dentro de poco.

-De acuerdo. –Dice Leonard. Entonces se van. Bianca se va con ellos, pero Valeria decide quedarse. Ella se dirige a mí entonces.

-Háblame de mí. –Me dice.

-Tu nombre es Valeria. Tienes 21 años de edad. Solías vivir en Washington, D.C. Aunque no sé lo que haces aquí. Te fuiste de casa a los 18. Trabajabas en una oficina. Vivías en un departamento barato. Tú y papá eran inseparables. Tu súper héroe favorito era spider-man. Tu deporte favorito era el base-ball. Te encantaba ver the walking dead y breaking bad. ¿Nada te viene a la mente?

-No... lo siento. No puedo recordar nada. –Responde bajando la cabeza.

-Descuida. Quizá sea temporal.

-Eso espero.

Entonces la camioneta de Iván regresa. Pero hay otro carro siguiéndolo. Parece que ahí guardaron las provisiones que tenían. No se ve nada porque tiene ventanas polarizadas. –Todo listo. ¿Nos vamos? –Pregunta Iván.

-Supongo que sí. –Me dirijo a Oscar y a Leo y nos vamos.

Son como las 6 de la tarde y empieza a oscurecer, pero llegamos a la preparatoria. Abren el portón y entramos. Leo les menciona a los guardias que tenemos compañía. Al bajar del auto, Frida me llama. –Jimmy. Es Nayeli. Creo que está... Mutando.

9

Apocalipsis MutanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora