Atravesó mi Hyacintho Lux con sus manos.
El dolor no se hizo presente.
En lugar de eso nos trasladamos de la habitación en la que estábamos y aparecimos en otra muy diferente.
Era un lugar extraño. Era similar al Limbo, pero en vez de ser oscuro era total y deslumbrantemente blanco. Aparte, a lo lejos había una especie de muralla que separaba este lugar de otro.
Miré al frente y vi como se hallaba ahí el Caput, Jaime.
-¿Dónde estamos?- Estaba algo incómodo. ¿Cómo chucha lo hacían para moverse de un sitio a otro?
-Estamos en tu memoria, para saber si puedo hacerte un contrato necesito saber si falleciste de forma injusta.- ¿Cómo? ¿Estábamos en mi cabeza? Volví a echar un vistazo. Desolado totalmente, era triste en cierto modo.- Sígueme.- Su tono de voz frió no había cambiado desde que me preguntó qué hacía aquí.
Y ahora que lo pienso, ¿por qué estoy aquí?, ¿qué pudo ser lo tan terrible, tan horripilante, tan atroz que hice que tuve que venir a parar a este lugar?
¿Acaso maté a alguien?
Era lo más probable, porque, ¿por qué más vendría al Infierno?
Sin decir alguna palabra, lo seguí a través de aquel lugar que, puede que sea parte de mí, pero se sentía asquerosamente ajeno y desconocido.
Estando en ese lugar, me sentía extraño, me sentía vacío. No estaba feliz o triste o con alguna otra emoción, sólo estaba respirando. Ni siquiera puedo decir que estaba respirando porque estoy muerto. Es una mierda.
A él no parecía importarle que todo esté vacío, parecía que ya estaba acostumbrado a todo esto.
-Nosotros los Daemones...- Empezó a hablar sin volver a mirarme, sólo seguía caminando.- ...Castigamos a las animae según los Novem Circuli Inferni (Nueve Círculos del Infierno), dependiendo del pecado que cometieron en la vida. Creo que un humano hizo una pintura de eso, creo que se llamaba Dante... Dante Alighieri, sí, así se llamaba. Antes se hacía según los Septem Peccatis Mortalibus (Siete Pecados Capitales), pero no me gustaba ese sistema. Así que cuanto asumí como Caput, simplemente lo cambié...-
Quise hablar con él, preguntar algo, saber más sobre todo lo que está pasándome pero tenía miedo y no era precisamente por su forma física y el halo terrorífico que estaba alrededor de él (bueno, sólo en parte), realmente era porque temía que se me saliera alguna wea que no debía saber. Si se me llegara a salir, ¿qué me haría? No estoy dispuesto a correr ese riesgo.
-A ver, anima de mierda...- ¿Qué wea le pasa?- ...Cuando yo te hable, me tení que...- se corrigió- tienes que prestarme atención. No voy a tolerar que una insignificante anima me ignore como si yo fuera otra asquerosa anima de su clase. Yo soy alguien poderoso y puedo hacer tu estancia aquí sea mucho más desagradable de lo que ya está deparado a ser ¿entendido?-
Lo miré atónito sin que mi cuerpo recibiera ninguna orden ya que mi cerebro no reaccionó.
-¿¡Entendiste?!- Ahora habló más fuerte, pero sin gritar, por lo que yo sólo atiné a asentir con la cabeza moviéndola de arriba hacia abajo.
-Ah ya, más te vale.- Quedé perplejo. Vaya carácter de mierda tiene y sólo porque no lo estaba pescando. ¿Por qué habrá dicho "tení"?- Como te iba diciendo, según los Novem Circuli Inferni, el Infierno se divide en nueve sectores, según cada círculo. Se ordenan descendentemente desde los pecados más suaves a los más graves y viles de la escoria humana. En primer lugar, en el Sector Uno se encuentra el Limbo, donde las animae caen y algunas son guiadas por los Ducibus, ya que las que no eran creyentes de nuestra existencia los castigamos dejándolos en aquel lugar muerto y oscuro, incluso si eran buenas en vida y no cometieron algún peccatum. Las animae se vuelven locas con tanta quietud, con tanta soledad...-
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¿Por Qué Estás Aquí? // [Jainico]
FanficNicolás despierta en un sombrío y misterioso lugar. Desorientado, ve a una extraña criatura aparecer y esta le anuncia que acaba de morir, pero no todo está perdido para Nicolás, ya que a su vez la criatura le dice que existe una posibilidad de que...