»Doce«

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— ¡Amor! ¡Hola! Pasa pequeña — sonríe ampliamente dedicándome una mirada. Pasa una de sus manos por su cabello, arreglándolo de tal manera que quede como lo tenía antes. Se hace aún lado dejándome entrar y sonrío mirando la casa. Quizás en un futuro, esta sea la casa de mis sueños.

— ¿Cómo estás? — relamo mis labios descolgando la mochila y camino a la sala una vez esto me lo indica.

— Bien, nervioso porque ese examen vale el 60% en la asignatura — suspira sentándose en el sofá.— Espero aprobar.

— Lo harás — sonrío.— Es fácil.

— Tu lo dices porque entiendes, yo no — lo miro haciendo una mueca y luego niega.— ¿Gustas algo de comer o beber?

— Agua, por favor.

Asiente y se retira a buscar lo pedido. Juego con mis dedos en cierto modo de nerviosismo y saco los libros de física y mi libreta con mis apuntes. Veo la hora fijamente y no era tan tarde. Espero no tardar, quisiera estar en mi cama en este momento.

¿O hablando con Justin? — dice con picardía mi conciencia y niego. ¿Porque Justin se me viene a la cabeza? ¡No! Estoy en la casa de mi novio. Haciendo quizás "cosas" de novios y nada ni nadie dirá lo contrario. Bendita conciencia. Bendito Justin.

— Aquí tienes — murmura entregándome el vaso y se sienta frente a mi, toma sus cosas colocándola en la mesa y lo miro mientras doy un sorbo de agua.

— ¿Tus padres? — ladeo mi cabeza un poco dejando el vaso aún lado y sus ojos avellanas se enfocan en mi.

— Mi padre trabajando, mi madre supongo que con unas amigas o de compras, no lo sé — dice sin importancia y asiento. Los padres de Nathan poseían dinero, pero no tanto como mi padre, es decir, si no me equivoco su padre es gerente en una empresa de diseño. No posee un gran cargo, sin embargo, saben cómo salir adelante. Mientras que su madre, es un poco más... ¿Cómo decirlo? ¿Nada? A ella le gusta gastar el dinero de su esposo en ropa o en un club de la comunidad apostando cualquier cosa. Aquel señor es un gran hombre, pero no está en manos de una buena mujer.— ¿Hola?

— ¿Qué? ¿Eh..? Lo siento — sonrío apenada.— ¿Qué me decías?

— Hablaba que para ese examen van varios temas y entre esos trigonometría.

— ¿Dominas un poco eso? — lo miro y este niega apenado.— Entonces tenemos trabajo que hacer.

••••

— Gracias por venir a ayudarme — murmura cerca de mis labios cuando ya terminamos, sonrió levemente y beso corto estos mismos.

— No agradezcas, espero que mañana todo salga bien — susurro y este sonríe. Lo abrazo por el cuello y luego me levanto tomando mi mochila.— Sigue practicando.

— Lo haré princesa — sonríe de lado tomando mis manos y me abraza nuevamente, me da la vuelta y aparta un poco mi cabello para besar con lentitud mi cuello.— ¿Nos gustas quedarte un rato más? — susurra dejando leves besos y algunos roces con sus dientes.

— Yo... — relamo mis labios y miro la hora.— No creo que sea necesario — me aparto mirándolo. Este sonríe asintiendo y avanzamos a la puerta. Abre con sus llaves la puerta y me deja un paso para que salga, beso su mejilla sonriendo y salgo por completo de dicha casa.

— ¿No quieres que te lleve?

— Si no es molestia... — susurro.

— Para nada, voy por las llaves — asiento y me doy la vuelta caminando hasta el auto, me apoyó del capo mirando toda la zona y me cruzo de brazos.— ¡Volví! — exclama trotando hacia mi dedicándome una mirada, abre el auto ayudándome a subir y luego, sube del otro lado el, para colocar el auto en marcha.

Abrocho mi cinturón acomodándome mejor en el asiento. Lo miro de reojo y luego presto atención en la carretera. Un silencio incómodo se hace presente y trato de evitar formular alguna palabra. No tengo ni idea de qué hablar con él y él no se toma la molestia de sacarme conversación.

— ¿Música? — pregunta en un tono alto llevando su mano al reproductor.

— Claro — presiona un botón y luego aparta sus manos colocándolas en el volante. El ritmo de la música electrónica abunda todo el auto, haciéndome estremecer y a la vez sonreír. Es mi género de música favorito. Mis dedos se mueven al igual que mi cabeza, sintiendo el ritmo de la misma. Nathan por su parte solo emboza una sonrisa mordiendo levemente su labio.

Minutos después estaciona frente a mi casa, tomo mi mochila sin dedicarle una mirada y bajó del auto, cierro la puerta y me agacho a la altura de la ventanilla.

— Estudia ¿si? — sonrío y este asiente.— Te deseo mucha suerte.

— Gracias pequeña — agradece sonriendo levemente.— Te quiero.

— Y yo a ti, ahora ve — palmeo la parte del auto y este ríe. Me separo un poco haciendo que el mismo avance y se fuera del lugar. Afirmó mejor mi mochila y camino hasta mi casa notando que ya era de noche.

Entró en silencio y veo algunos empleados de aquí para allá. Frunzo el ceño y veo mi madre bajar las escaleras observando su móvil.

— Hola mamá ¿qué sucede? — me acerco a ella dejando un beso en su mejilla y la noto maquillada, miro su aspecto y un vestido verde pino adorna su cuerpo.

— Se me olvidó decirte que vendrán unos amigos a comer. Es un empresario, junto a su esposa y a sus hijos — dice guardando su teléfono.— ¿Recuerdas a las personas que visite? Bueno, vendrán a cenar.

— ¿Y tengo que estar yo ahí?

— ¡Claro que si! Sube y te colocas algo bonito, anda, tu padre no tarda en llegar — coloca una mano en mi espalda y me hace caminar hasta las escaleras.— Por favor

Asiento y subo con rapidez escuchando la voz de mi madre ordenando algunos empleados. Supongo que su cena es algo "importante" y quiere dar buena impresión. Me adentro a mi habitación buscando algo que ponerme, tomo un vestido negro hasta las rodillas con un escote en forma de corazón y un pequeño lazo bajo mis pechos de color plateado. Sin buscar las demás cosas, agarro una toalla y corro a tomar un baño. Debo estar lista antes que lleguen los invitados.

••••

N/A; Subiré algunos capítulos, debido a que actualizare un poco más. Esta semana que viene dudo mucho subir, así que, espero que entiendan.

Orianna.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora