»Treinta y nueve«

51 6 2
                                    

Mis ojos se entre abren al sentir un pequeño rayo de luz en el mismo. Arrugo mi nariz algo incomoda y me remuevo, había decidido descansar luego del ajetreo que hubo allá abajo, por lo tanto, dormí unas tres horas aproximadamente. Me levanto tallando mis ojos y empiezo a escuchar pequeños sonidos en la puerta, relamo mis labios levantándome con pereza y camino a ella en absoluto silencio. La abro y miro a mi padre, el cual me mira sin ninguna expresión, lo dejo pasar y cierro atrás de mis espalda la puerta.

— ¿Dormías? — pregunta y asiento, este suspira sentándose en el borde de la cama y se cruza de brazos observando todo. Imito su gesto cruzándome de brazos apoyándome de la pared.

— ¿Qué necesitas, papá?

— Venía a... — baja la mirada jugando con sus dedos, era primera vez que lo veía tan vulnerable.— Disculparme contigo, no medí mis palabras y quizás te herí.

— ¿Quizás? Lo hiciste papá, estabas insinuando cosas de mí que no son — suspiro enojada sin mirarle.— Eso me dolió como no tienes idea, sabes que confió en ti y mamá, les digo todo lo que me pasa sin importar nada. Pero tú, piensas que salgo con Nathan únicamente para tener relaciones, pero déjame decirte que nosotros no hemos tenido nada y no quiero tener eso con él por ahora.

— Pero Juliett...

— No papá, déjame hablar — lo interrumpo.— Tu fuiste joven al igual que mamá, ustedes hicieron muchas cosas y yo no estuve ahí o mis abuelos estuvieron ahí diciéndote que hacer o no. Ya tú me criaste, ya yo sé que es lo bueno y lo malo — lo miro.— Y se, que si vengo de loca no sé a tener ese tipo de cosas sin cuidarme, saldré embarazada. Pero créeme que tú tuviste una hija responsable y sobre todo inteligente, que no por tener las "hormonas alborotadas" — hago comillas en el aire.— Como tú dices, me le abriré a cualquier que me pase por enfrente. Créeme que mi primera vez será por amor, pero eso ahí ya es mi vida privada y ni tú ni mamá pueden meterse en eso ¿la razón? Cumpliré dieciocho años, ya estoy grande y lo que haga o deje de hacer no es su problema. Quizás suene un poco mal viniendo de mi parte, pero ya me harté de ser la chica masoquista de mis padres, la cual no puede hacer nada, porque ellos lo negaran o no puede salir sin tener un pero antes que todo. Quiero ser independiente, quiero valerme por mí misma e irme cuando la situación lo requiera. Los amo con todo mi corazón, pero déjenme ser libre.

Miro sus ojos mirándome con dolor y un pequeño destello de decepción. Quizás me pase con mis palabras, pero algún día tengo que librar cada cosa que siento y hacerle saber a ellos, lo que en verdad está ocurriendo con mi vida o cómo me siento. No todo gira únicamente a su alrededor o a su manera de protegerme de todo. La vida sé que puede ser mala, como buena. Pero ellos deben dejarme volar, ilusionarme con la vida y que si cometo errores, aprenderé de ellos. Cada decisión que tome, ellos deben de aceptarlo, les guste o no.

— Me haz dejado sin palabras — niega cubriendo su rostro con ambas manos, mientras sus brazos están apoyados de sus piernas.— Es decir, no se, nunca pensé que te hacíamos sentir así. Sabes que un padre siempre quiere lo mejor para sus hijos. Te doy todo lo que me pides, te doy amor, trato de no trabajar mucho para al menos compartir con ustedes, siempre estoy ahí para ti y nunca me he quejado. Si tú eres feliz, yo también seré feliz.

— Eso lo entiendo papá y se lo agradezco con todo mi corazón — inconscientemente llevo mis manos a mi pecho, tratando de no llorar.— Pero lo único que quiero, es ser independiente.

— Mientras vivas debajo de mi techo, debes acatarte a las normas de esta casa — suspira mirándome.— Y a la de tus padres.

— Entonces ¿tengo que irme para al menos ser libre? — frunzo el ceño.— Si es lo que quieres está bien, yo tomo mis cosas y me voy con tal de ser feliz.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora