»Sesenta«

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— ¿Dónde estás, Juliett? — la voz de mi madre interrumpe una vez contesto su llamada y suspiro.— No quise molestarte si no hasta la noche, porque pensé que estarías haciendo cosas de adolescentes con Katy.

— ¿Qué tipo de cosas, mamá? — suelto una risa de manera divertida, niego viendo las bolsas de las compras sobre la cama y a un Justin teclear en su teléfono.

— Mm no lo sé, las jovencitas de hoy en día escuchan música rara, se maquillan o empiezan a practicar juegos satánicos y escúchame bien Juliett Edwards, si paras a loca no quiero que tu papá me eche la culpa ¿okey? Déjate de Charlie ese con los palitos, de la flecha esa que se gira o una cosa rara de hablar con los muertos. Los muertos son solo eso, muertos, déjalos en paz — escuchó atentamente toda su discusión y río, mi madre si que exagera.

— ¿Y cómo tú sabes de esos juegos?

— ¡Noticias! El noticiero — suspira y relamo mis labios.

— Si tú sabes que no soy amante del terror ¿cómo haré eso?

— Ay, pero, puede ser, quién sabe — me quedo callada y me siento en el borde de la cama.— Y oye ¿tú sabes de la taza que era de mi juego? Las de color perla que me regalo tu tía Anne.

— Oh, sí, bueno, lo que pasa es que la tome para beber claramente algo de te y pues se me cayó al piso, así de simple.

— ¡¿Y lo dices tan tranquila?! ¡Eso cuesta un dineral! Aparte, tenía un gran valor sentimental.

— Tu tienes dinero, aparte de eso, tienes siete más, tranquila mami, no te alteres — hago un puchero aunque sabía que no podía verme y siento los brazos de Justin rodear mi cintura y besar mi hombro.

— Al menos no te cortaste ¿verdad?

— No, no lo hice.

— Eso me alegra más, luego le comentaré a tu padre — otro suspiro sale de sus labios y sonrío cuando Justin besa cálidamente mi cuello y parte de mi rostro.— ¿Cuándo vendrás a casa?

— El domingo o el lunes mamá.

— Esta bien, aprovecha de estudiar y practicar varias rutinas que me habías comentado. Tu padre te envió un obsequio, lo veraz cuando vengas, tengo que suponer.

— Eso haré — mordisqueo mi labio.— ¿No lo haz visto?

— La curiosidad me mata hija, pero, no lo haré, es tuyo, aparte a mí me envió algunas joyas — chilla de emoción y yo río.— Y un vino, el vino que usamos en nuestra boda ¿sabes cuál es?

— Si mamá, me se esa historia — río y Justin muerde mi cuello haciéndome gemir.

— ¿Y eso que es?

— Lo siento mamá, me di con la cama — suelto una risa y me giro a Justin mirándolo mal, lo señaló y este ríe.— Debo irme mamá, espero que estés bien.

— Lo estoy, cuídate y disfruta — dice y cuelga, dejo el teléfono aún lado y Justin me besa rápidamente en un beso intenso.

— Mm, Bieber — río sobre sus labios haciéndolo reír y me alejo mirándolo.— Debo de prepararme y lo sabes.

— Ya te he visto desnuda, vístete — hace un movimiento raro con su mano y río, este se levanta tomando una toalla.— Te dejaré espacio, iré a ducharme ¿okey?

— Si, está bien — le sonrío leve y este me guiña un ojo, corre a mi dejando un beso corto en mis labios, se aleja y camina al baño encerrándose en el. Al ver que lo hace, dejo caer mi toalla y tomo una ropa interior negra de encaje (nueva), la cual tenía como pequeños detalles en rojo, me la colocó y aplicó algo de crema para cuerpo, siempre he tenido la costumbre de hacerlo, tomo el vestido de la bolsa de la tienda y me lo coloco mirándome en un espejo de cuerpo completo que había en la habitación.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora