»Cuarenta y dos«

45 4 1
                                    

Entre abro mis ojos soltando un pequeño bostezo, me incorporé en la cama como pude y restregué con el dorso de mi mano mis ojos. Relamo mis labios observando a mi alrededor y al recordar cada cosa de anoche sonrío como tonta enamorada. Veo a mi lado y al no verlo, hago una mueca. Me levanto sintiendo dolor en mi zona baja y busco mi ropa, al no conseguirla veo la camisa de Justin y decido colocármela luego de haberme colocado mi ropa interior.

Camino débilmente fuera de la habitación y un olor llega a mis fosas nasales, pero era un dolor delicioso. Camino hasta donde me guía dicho aroma y veo un cuerpo bien formado cocinando. Justin estaba únicamente en bóxers preparando lo que era el desayuno, me sonrojo al ver su lindo trasero y me apoyo en el marco de la cocina.

— Buenos días — hablo y este da un pequeño salto en su lugar, se gira y me sonríe.

— Hola pequeña — se acerca dejando un beso corto en mis labios.— La idea era llevarte el desayuno a la cama, pero... — ríe.— Te has levantado. ¿Cómo estás?

— Bien — río.— Amanecí muy bien ¿y tú?

— De maravilla — toma mi cintura besando mis labios cortamente.— Te prepare el desayuno.

— ¿Sabes cocinar? — lo miro divertida.

— Pues... Tengo mis métodos — ríe.— Hice panqueques.

— Mm huele rico — miro sobre su hombro.— Yo no se cocinar tanto.

— Ser una hija con muchos beneficios tiene sus ventajas — ríe.

— Pues no me gusta — me cruzo de brazos.— Pero aprenderé.

— Eso es bueno saberlo — besa mi frente y se aleja de mí para continuar cocinando.— ¿Te duele?

— ¿El qué?

— Ya sabes... A las chicas les duele su primera vez — dice y me sonrojo.— Al día siguiente caminan como pingüino.

— Cállate — río sonrojada y tomó asiento en el taburete del comedor.— Solo un poco.

— Lo siento — se da la vuelta dejando un plato frente a mi, panqueques con miel.

— No lo sientas — sonrío de lado.— ¿qué hora es?

— Las nueve — toma otro plato y se sienta frente a mi, sirve jugo de naranja en dos vasos dejándolos frente a cada uno.

— Gracias — murmuro.— Pero debo ir al colegio — hago una mueca.

— Y yo a trabajar — sonríe de lado.

— No tengo ropa.

— Te compre ropa — sonríe levantándose y camina hasta una bolsa de una tienda, la deja aún lado de mi y ladeo mi cabeza.— Ahí está una blusa, jeans, zapatos, ropa interior — se encoge de hombros.— Lo esencial.

— Gracias, pero no debiste — murmuro empezando a comer mirando mi comida, este levanta mi rostro con sus dedos dedicándome una sonrisa.

— Tranquila, no costo nada — ríe y aparta su mano para empezar a comer.

— ¿Fuiste así a la tienda? — alzó mis cejas de forma divertida.

— No — murmura con la boca llena y traga.— Me vestí, al llegar aquí hice como si nunca hubiera salido y me desnudé quedando en bóxers.

— Ah — asiento y sigo comiendo. Ambos comíamos en silencio dedicándonos algunas miradas, aún me sentía apenada estando así frente a él, pero ya me a visto desnuda y supongo que a él le dará lo mismo. Termino de comer y levanto mi plato, voy al lavado y empiezo a lavar algunas cosas mirando a mi alrededor. Esta "cabaña" se encuentra muy bien equipada para que no la usen mucho, tiene de todo y es algo ilógico que una persona tenga esto y no la use. Aunque, siendo Justin, una persona con dinero, supongo que le dará igual, pero me imagino que le hace servicio a menudo.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora