»Cincuenta y dos«

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Tomo aquella manzana roja que se encontraba sobre el mostrador y le brindó un mordisco, le sonrió a mi madre y esta hace una mueca de desagrado, obvio, no le gustaba mi malos modales y mucho menos a la hora de comer algo. Suelto una risa y corro a ella dándole un beso en la mejilla.

— Ya me voy, me están esperando — cuelgo mi mochila de mi hombro y esta me mira un par de segundos.

— ¿Quién?

— Nathan — murmuro y esta asiente. Si supiera que termine con Nathan, sonrío de lado y salgo de casa, bajo los escalones restantes y me dirijo al auto de Justin, me adentro y minutos después este empieza a manejar.

— Hola mi niña ¿cómo estás? — pregunta y lo miro, una pequeña sonrisa está sobre sus labios mientras una de sus manos esta posada en mi rodilla desnuda. Tenía una falda con vuelo color rosa y una blusa blanca, sobre esta, estaba una pequeña chaqueta color rosa (a igual que la falda) y por último, unos tacones no tal altos, blancos.

— Muy bien ¿y tú cariño? — beso suavemente su mejilla y este rueda su rostro haciendo que nuestros labios choquen, siento que para el auto y toma mi rostro continuando el beso, sonrío sobre sus labios y me separo mirándolo.

— Excelente ahora... Es agradable besar la chica que te atrae — acaricia mi mejilla haciéndome sonreír.— ¿Qué tal tu fin de semana?

— Aburrido — río y me acomodo en mi asiento, viendo el semáforo colocarse en verde.— ¿Y tú?

— Trabajando nena, ya sabes, quiero hacer todo lo posible para irnos de viaje tú y yo solamente — vuelve a apoyar su mano en mi rodilla y le brinda caricias.

— Ow, eso es hermoso — sonrío.

— Si, pero, aún no se me ha dado la oportunidad de irme — hago puchero al escucharlo.— Pero pronto te daré buenas noticias.

— Esta bien... — murmuro.

— ¿Quieres salir hoy?

— Es lunes Justin — río.

— ¿Y eso que? Me gusta pasar tiempo contigo.

— Bueno, está bien — ruedo los ojos y veo que llegamos al instituto.— ¿A dónde iremos?

— ¿Qué te parece ir a almorzar y luego ver una película después de clases?

— Me gusta esa idea — sonrío.— Adiós Justin — tomo mi mochila.

— Paso por ti, te estaré esperando — sonríe divertido y toma mi rostro besando corto mis labios.— Ten buen día princesa.

— Tu igual — mencionó y bajó del auto con naturalidad, cierro la puerta y me despido con la mano, este sonríe y emite mi gesto, conduce hasta salir del estacionamiento del instituto. Me doy la vuelta y choco con un pecho algo duro, levantó la mirada y veo a Nathan el cual me mira fijamente con su ceño fruncido.

— ¿Quién era? — murmura, una de sus venas en su cuello empieza a marcarse, estaba enojado.

— Nadie que te importe — paso por su lado y este me toma mi brazo presionando sus dedos, me quejo y lo miro.— ¡Suéltame Nathan!

— ¡¿Me puedes decir quién coño es?! ¡Ese no es el carro de tu chofer! — exclama.

— Es un amigo de mi padre que únicamente vino a traerme, nada más — gruño.— Es como un tío, joder — miento observando sus ojos cafés y este me mira confundido, luego suelta su agarre y pasa su mano por su cabello, sobo mi brazo y luego veo las marcas. Tendré pequeños moretones por culpa de este idiota.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora