»Cincuenta y siete«

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Ya ha pasado más de una semana desde que Rosa se enteró de lo que teníamos Justin y yo y a decir verdad siento que me quite un peso encima. Ella no menciona nada y yo mucho menos. Estos días me he dedicado únicamente a entrenar con Katy y sobre todo escoger a las chicas que estarán en el equipo de porristas. Aparte, no he sabido nada más de Nathan ya que no le he visto en el colegio, según, ya está saliendo con otra chica y eso me da muy igual.

Mi padre está bien, me alegra saber todos los días acerca de él ya que es mi papá y aparte es mi mejor amigo. Mi madre, vive y muere con sus amigas ya sea de compras, decorando las casas de ellas y ese tipo de cosas, así que el tiempo que pasa en la casa es totalmente mínimo. Con Justin la ultima vez que lo vi fue el miércoles (estamos a viernes) y lo extraño muchísimo. No tengo mucho que hacer, pues, la semana que viene se tomará no laborable debido a que arreglaran un poco el instituto y claramente realizarán consejo de profesores ya que decidieron cambiar algunas cosas, entre eso la manera de evaluar, etc.

Estar acostada escuchando música puede ser lo más satisfactorio que existe pero a la vez puede ser agotador. No me quejaré mucho, pero, ni con Katy puedo salir, debido a que está en el cine con su ahora novio ¿Derek? ¿Jack? Sinceramente no lo recuerdo y realmente no me importa. No me cae ni bien, ni mal (ya que no lo conozco muy bien) pero si hace feliz a mi amiga, para mí está bien; no opinare mucho sobre eso.

Mi teléfono empieza a sonar haciéndome indicar que alguien me llamaba y por supuesto interrumpía la dulce voz de Sia. Ruedo los ojos y bajo el volumen, tomo mi móvil y al ver el nombre en la pantalla sonrío. Deslizó mi dedo y contesto con un emocionante "hola".

— Pequeña mía ¿cómo está lo que más quiero? — susurra y yo sonrío aún más.

— Pues, estoy muy bien, gracias — suelto una risa.— ¿Y tú?

— De maravilla al escuchar tu voz.

— ¿A qué se debe tanta emoción? — río nuevamente.

— ¿Acaso no puedo estar feliz? — ríe haciéndome sonreír.— es que en mis manos tengo algo que sé que te pondrá feliz.

— ¿Chocolate?

— Mejor que eso, cuando te lo enseñe gritaras de emoción.

— ¿Un auto nuevo?

— Que no, no es nada material.

— ¿Es tu pene? — río.— Ay Justin si es eso te mataré.

— ¡Qué chica tan pervertida! Claro que no, no es eso — carcajea.

— Pues dime que es — hago puchero sabiendo que él no me verá.

— Deja de hacer puchero que me matas de ternura.

— ¿Pero cómo...? — pregunto extrañada y escucho leves toques en la ventana del balcón.

— Ábreme mi amor.

Sonrío y cuelgo dejando el teléfono sobre la cama y camino en silencio hasta el gran ventanal, abro dicha ventana y lo veo con una simple ropa casual. Relamo mis labios dejándolo entrar y este oculta dicho objeto detrás de su espalda, frunzo el ceño y suelto una risa.

— Que sorpresa — sonrío y este sonríe, se acerca a mi dejando un beso corto en mis labios.

— Te extrañe — susurra.

— Yo mucho más — hago puchero y este sonríe, guarda algo detrás de su bolsillo del jeans y luego toma mi mano caminando hasta el borde de la cama, me hace sentar tomando mis manos y las acaricia; relamo mis labios observándolo y veo cierto brillo en sus ojos color miel.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora