»Cuarenta y siete«

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Justin.

Estaciono afuera de la casa soltando un suspiro, una pequeña sonrisa brota de mis labios al recordar lo sucedido. Hacer el amor con Juliett fue lo más perfecto que he echo en la vida, sentir nuestra piel rozándose, aveces apegándose una a la otra y escuchar sus gemidos o jadeos, fue maravilloso.

Bajo del auto aún sonriendo y acomodo mi traje, lo sacudo un poco y camino a la entrada, saco mis llaves y pasó en sumó silencio. Faltaba una hora para ir a la tal cena y en mi opinión, puedo alistarme mucho menos que ese tiempo. Un particular olor llegar a mis fosas nasales haciéndome entender que preparaban la cena, veo a los niños correr de aquí hasta ya discutiendo por un juguete, ruedo los ojos adentrándome  a la sala y los separo.

— Hey, ya, paren — los miro y ambos estiran sus brazos para tratar de alcanzarse el uno con el otro.

— ¡El me quito mi muñeca! — chilla mi pequeña y miro esta vez a Jacob.

— Es fea, aparte, ella pateo mis autos — bufa.— Me enoje ya que estaba haciendo una carrera.

— Niño tonto — saca su lengua Emma y la miro mal.

— Niños, por favor, me duele la cabeza no griten — me quejo.— Vayan los dos a su habitación y jueguen con lo que quieran, pero no discutan más, son hermanos — le doy la muñeca a Emma y esta sonríe, Jacob bufa y sacudo su cabellera.— Ve a jugar con tu consola de videojuegos pequeño.

— Esta bien — susurra y camina directamente a su habitación, miro de reojo a Emma sentarse en el sofá, para luego seguir preparando a sus muñecas.

Me levanto del suelo ya que me había agachado a su altura y escucho algunas pisadas. Levanto la mirada y veo a Hailey bajar lentamente mirándome con una pequeña sonrisa, sonrío de lado al verla con un vestido color perla, relamo mis labios y esta llega a mi.

— ¿Cómo me veo? — pregunta de manera nerviosa como si por primera vez en la vida le importase mi opinión.

— Muy linda — halago para no ser descortés.— Te queda bien el vestido al igual que tú cabello recogido.

— Gracias, Justin — asiento al escuchar sus palabras.— ¿Acabas de llegar? — asiento nuevamente.— Ve a vestirte.

— Iré a darme un baño, ya bajo — beso su mejilla antes de irme y empiezo a subir las escaleras. No podía mentirle, era la verdad lo que decía, se veía muy linda. Pero no de una manera que me causara una atracción, si no, más como una amiga a la cual aconsejaría y apoyaría, pero, sus cambios de humor me hacen rechazar la idea. Tomar en cuenta las palabras de Ryan.

"Tu esposa en ocasiones es un ángel. Pero al final de día se convierte en un demonio".

Y eso era nada más que la verdad, quizás en un par de horas cambie su actitud conmigo.

Abro la puerta de mi habitación y entro, empiezo a desvestirme hasta quedar en boxer y tomo una toalla. Camino al baño silbando un poco y me detengo al escuchar una notificación, no sé si era mi teléfono ya que sonaba igual, veo en la mesita de mesa el de Hailey y lo tomo, este era el que había sonado, enciendo la pantalla y veo un mensaje.

A.

"¿Nos vemos hoy, bebe?"

Frunzo el ceño y niego dejando el teléfono donde estaba. Quizás era una amiga, hoy en día usan esos particulares sobre nombres y pues me da lo mismo. Tomo la toalla nuevamente para ingresar a la ducha, la puerta es abierta haciéndome voltear y Hailey entra con rapidez, me mira y luego al teléfono relamiendo sus labios un tanto nerviosa.

— ¿Que sucede? — esta niega acercándose a su teléfono y lo toma.— Te llego un mensaje por cierto, que amiga tan rara tienes — río un poco y esta asiente, se da la vuelta y sale de la habitación. Frunzo el ceño, pensé que se iba a tomar bien la "broma". Bufo y esta vez entro al baño, quito mi última prenda para luego cerrar la puerta y abro la regadera, la coloco en fría y rápidamente siento las gotas caer por mi cuerpo. Necesitaba este baño y con urgencia.

••••

— Buenas noches señor Bieber, señora — los ojos verdosos del portero nos mira espetante. Ladeo mi cabeza respondiendo el saludo y Hailey únicamente sonríe. Relamo mis labios y este indica el pasillo, nos adentramos al edificio para luego dirigirnos al ascensor. Lo único que se escuchaba eran los benditos tacones de Hailey los cuales resonaban a cada pisada que hacía. Suelto un suspiro presionando el botón y acaricio su brazo el cual estaba sujetado al mío.

— ¡Signore Bieber! ¡Signora! — exclaman atrás de mis espaldas y juntos volteamos, veo a unos de los empresarios italianos acercarse a mí y sonrío. Hice algunos negocios con el, no es tan mala persona ¿qué italiano es malo? Su esposa, sonreía al vernos, no recuerdo el nombre. Pero August, es el nombre de aquel italiano ya de sesenta años.

Hey l'uomo, ¿come è la notte? — pronunció y miro el ascensor abrirse, pasamos ambas parejas y luego lo miro.

— ¡Bene, bene! ma non appena inizia la notte, quindi... gustare un buon pasto lassù, forse più tardi abbiamo avuto qualcosa ¿di giusto? — sonríe y asiento, presionó el botón y miro su rostro, su sonrisa estaba de oreja a oreja.

Per me non è un problema, avrei potuto forse lasciare che le nostre donne a casa e godere la notte — mencionó con fluidez y Hailey aprieta mi mano, si, ella entiende el italiano.

— ¡Questo è il mio uomo!

Sonrío ante aquello y llegamos al piso indicado, le damos permiso a las mujeres para que pasen primero y luego don August y yo salimos del ascensor. Camino con nuestras parejas hasta dicho lugar y entramos. Se supone que era una simple cena aunque esto parece una fiesta de esas elegantes. Se supone que iba a ser en su casa (de mi cuñada) y ahora lo cambiaron todo a ultima hora porque los "invitados" no iban a entrar y eso que tienen una mansión. Así que, pagaron uno de los salones más grandes y costosos para decir tal estupidez. A mí me da lo mismo, aparte, ellos pueden solo decir "nos casaremos" y ya ¿para qué tanto lujo?

August resultaba ser amigo del papá de Hailey y me imagino que de esa relación de amistad, lo invito. Veo de lejos a la hermana de Hailey y esta suelta mi brazo, para ir junto a su hermana la cual estaba tomada del brazo de su esposo, la miro que tiene un vestido rojo muy apegado a su cuerpo, mientras que su prometido tenía un traje negro al igual que el mío.

— ¡Justin! — exclama está al verme acercándose a mi dándome un beso en la mejilla, sonrío leve para no ser descortés y me separo tomando la mano de su prometido el cual tampoco recuerdo su nombre y ni me interesa, relamo mis labios y empiezo a verlos. Cada invitado que llega va y lo saluda, veo a Hailey la cual va a donde se encontraban sus padres y me hace una seña para que vaya, ruedo los ojos mentalmente y camino detrás de ella como si un perrito faldero se tratase, deposita un beso en la mejilla de ambos y se aleja para luego mirarme.

— Buenas noches — saludo besando la mejilla de su madre y luego estrechando la mano de su papá, suspiro separándome y pasó mis manos disimuladamente por mi ropa, estos empiezan a hablar animadamente y me quedo ahí, como lámpara. Un mesonero pasa con una bandeja de copas con champaña y tomo una con rapidez, esta noche será larga.

Bebo un sorbo mirando a mi alrededor, que lindo lugar para decir tan estupida noticia que al final termina siendo una pesadilla, el matrimonio es una pesadilla, sinceramente... Aveces cometemos el error de casarnos con la persona equivocada y eso, yo lo hice.

••••

N/A; Pues... ¡Lamento si hay fallas ortográficas, lo escribí más no lo edite 😔 so...

Orianna.

Shots  ➸ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora