»Cincuenta y ocho«

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"Pasajeros, estamos descendiendo. Por favor, abrochar sus cinturones y gracias por viajar con nosotros, bienvenidos a la ciudad de New York"

Una sonrisa aparece en mis labios una vez que escuche las palabras de la azafata. Han pasado tres horas de viaje es decir que son las 10 de la noche, sinceramente estoy entre emocionada y agotada, tratare de disfrutar estos días con Justin sin importarme nada. Relamo mis labios y nos levantamos, este me dedica una sonrisa tomando mi mano y empezamos a caminar hasta la salida del avión. Una oleada de viento frío pega en mi rostro y tiemblo, Justin me atrae a su pecho empezando a caminar abrazados, cualquiera que nos viera diría "Aww, que lindos, todos enamorados" o algo por el estilo aunque pensándolo bien eso no me molestaría en lo absoluto.

— Nos quedaremos en un hotel, ya reserve todo y un buen amigo nos vendrá a buscar — dice entrando al establecimiento y caminamos a donde se encuentran nuestras maletas, trato de asentir pero algo me detiene, su beso en mi frente.— Tan linda que te vez así, tranquila...

— ¿Me estás diciendo que...? — lo miro y este enarca una de sus cejas, río dándole a entender que es mentira y este bufa rodando los ojos.

— Pensé que ibas a empezar hacer el típico de dramas de las chicas.

— No discrimines mucho a mi raza, eh — codeó su pecho y este rie, llegamos a dicho lugar tomando nuestras maletas cuando las vemos, para luego empezar a caminar a la salida del aeropuerto, donde según el un amigo nos esperará. Relamo mis labios, hacia un frío terrible. Veo a Justin caminar a un hombre alto con algo de barba y sonrío leve para no ser maleducada.

— Juliett — este habla y levanto la mirada.— El es Zayn, Zayn ella es Juliett — nos presenta y sonrío, estrechó la mano con el moreno el cual era callado y miro a Justin.— Llévanos al hotel, ya sabes, el de siempre.

Este asiente y camina hasta la camioneta negra, subimos en silencio mientras Zayn guarda las maletas en la parte de atrás del auto. Suelto un suspiro y Justin me atrae a su pecho, acaricia mi cabello lentamente murmurando un par de cosas que no logró entender.

Zayn se monta minutos después y nos ve, relame sus labios cerrando la puerta y empieza a manejar directo a el famoso hotel que me hablo Justin en todo el viaje. Siento la mano de Justin posarse en mi rodilla brindándole caricias mientras ve la carretera, trato de sonreír y miro al frente, donde una mirada no se despeja de mi. Frunzo el ceño y paramos en un semáforo. Los ojos oscuros de Zayn ven todo mi rostro sin despejar su mirada ¿qué tanto me verá? Decido apartar mi mirada ya que sus ojos me intimidaban y sinceramente no pasare viendo sus ojos todo el camino.

— Señor — espetó Zayn haciéndome mirar a Justin el cual volteo su mirada viéndolo seriamente.— ¿Se le ofrece algo más? O ¿a su esposa?

— No — murmura y suspiro, luego me mira a mi.— Ella no es mi esposa, Malik.

— ¿Pero usted no tenía...?

Lo miro extrañada cuando Justin mira con los ojos abiertos a Zayn y este se calla, asiente y continúa manejando hasta el hotel. Frunzo el ceño y decido no preguntar. Zayn se baja una vez que llegamos al hotel y nos abre la puerta, extiende su mano tomando la mía ayudándome a salir, agradezco en un leve susurro y Justin se baja colocando sus lentes de sol aunque era de noche. El chico de ojos oscuros va en búsqueda de las maletas y a cada quien le entrega la suya, debo suponer que solo nos triaría.

— Gracias por tu servicios, cuando te necesite, te llamo — Justin extiende un par de dólares que el gustosamente los acepta, relame sus labios subiéndose en la camioneta y minutos después desaparece. Tomo la mano de Justin en silencio y juntos caminamos al dichoso hotel, que más bien parecía de cinco estrellas. Entramos a este y caminamos a la recepción.

— Hola señor Bieber ¿qué le trae por aquí? — una chica peli-negra saluda cordialmente a Justin mientras mordía su labio inferior levemente. Suspiro rodando los ojos y Justin ríe cuando me ve.

— Hola mm.. — mira el pequeño rectángulo dorado en su camisa y luego la ve.— Támara, necesito una habitación, la más lujosa de todas.

— Tenemos la suite presidencial y la de recién casados ¿cuál desea? — teclea en la computadora rápidamente, al parecer buscando algo.

— Mm no lo sé ¿cuál usted me aconsejarías?

— La presidencial tengo aquí que le están haciendo mantenimiento justo ahora, puedo reservarle la matrimonial si no hay problema — levanta su mirada observando con sus ojos verdes a Justin y luego a mi.

— Para mi no lo hay — sonríe.— ¿tú qué piensas pequeña? — acaricia mi mejilla de manera cariñosa y sonrío, asiento haciéndolo sonreír y de manera consecutiva voltear.— Deme esa, por favor.

La chica asiente buscando la tarjeta y se la extiende, este la toma guardándolo en su bolsillo del jeans mientras llenaba algunas cosas y extendía su tarjeta de crédito. Me cruzo de brazos mirando a mi alrededor las personas pasar con sus elegantes vestimentas, algunos que otros casual pero se veía que poseían dinero. Suspiro jugando con mis dedos y veo una cabellera gris, al ver de quién se trataba entre abrí mis labios tocando rápidamente el hombro de Justin.

— Ya vámonos, tengo sueño — miento y este suspira, asiente despidiéndose de la chica y toma mi mano caminando al ascensor conmigo y las maletas. La cabellera gris hablaba animadamente con una chica de vestido rojo y cabello rubio, quizás coqueteándole. Rezo para que no se voltee una vez entramos al ascensor, cuando las puertas se cierran suelto un suspiro que estaba conteniendo.

— Hey ¿qué tienes? — niego y este frunce su ceño.— Dime la verdad pequeña ¿te sientes incomoda aquí?

— Por casualidad no sabes quién es ¿Bob James? — lo miro y este piensa un poco, luego niega y yo ruedo los ojos.— Es un socio inglés, muy reconocido. Caracterizado mediante la sociedad por haber tenido como cinco esposas.

— ¡Ah ya! Sé quién es, ese viejo — río.— Es gracioso ¿qué pasó con el?

— Pues... Está aquí — susurro jugando con mis dedos.— Y es un buen amigo de mi padre, si nos ve, puede decirle.

— Aún no entiendo — bufa.

— ¡Justin! — exclamó y este suspira.— si él nos ve juntos como te conoce y él a mí, puede llamar a mi padre decirle que tú y yo estamos juntos como... ¿Pareja?

— Oh — su cara de alivio cambia a una realmente desconocida para mí y salimos del ascensor una vez que las puertas se abren.— Eso está mal, nos meteremos en problemas.

— Bueno...

— Aunque — me señala.— Pensándolo bien, James no es un tipo que se quede mucho en un solo lugar, él es inquieto y si preguntamos cuanto días este pasara aquí, quizás podamos salvarnos de esa.

— Esta bien — relamo mis labios caminando a su lado.— Mañana haremos eso, descuida.

— Esta bien mi bonita — susurra atrayéndome a su pecho y besa mi cabeza, pasa una de sus manos por mi cintura y con la otra pasa la tarjeta de la habitación, luego la guarda cuando se abre la puerta y eso diamante me carga sonriendo.— Entraremos como si fuera una luna de miel, después de todo, es la habitación de luna de miel.

Suelto una risa negando apoyando una de mis manos en su mejilla y lo beso cuando siento sus pies moverse adentrándose a la habitación.

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Espero que estén pasando estos últimos días del 2016 excelente 🙏🏼 y que el año que viene las llene de muchas buenas vibras y prosperidad 💖

Se les quiere muchísimo, cuídense y usen protección 😏

Orianna.

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