Brístol, Inglaterra.
Presente.
Asistir al funeral de una persona que no tuviste la oportunidad de conocer está entre las cosas más tristes e incómodas que he hecho. Sientes que perdiste algo que pudiste haber tenido, como su amistad o una charla sobre algún tema en específico, de lo que eras absolutamente inconsciente. Por suerte Loren, Ryan, Luz y Rachel, que abrió un hueco en su agenda para ayudarme a organizarlo todo, estuvieron allí tanto para mí como para los chicos. Fue un bonito detalle que los compañeros de Willy y Mags, chicos de la escuela y de la academia, se acercaran a acompañarlos en este momento tan difícil. Desde mi posición veía como Hugo, todavía en silla de ruedas, la abrazaba como podía mientras ella acariciaba la superficie de madera con las yemas de sus dedos. No había querido que nadie supiera como Suzanne Shepard se fue de este mundo. Su cuerpo estaba oculto dentro de la urna sin vidriera. Me acerqué cuando el cura terminó de recitar los rezos de la misa, momento en el que sería enterrada, porque Mags no quería separarse de su lado. Willy, en cambio, dormía exhausto en los brazos de Ryan. Su reacción a todo esto había sido más tranquila. Suponía que él, por no saber comprender lo que Mags y yo, había asimilado desde un principio la idea de haberla perdido.
─Preciosa, tenemos que irnos.
─No puede ser ella la que esté aquí. Ella no. No quiero dejarla ir.
Hugo, con una mirada llena de impotencia, entendió la señal en mis ojos y se marchó en silencio para dejármelo a mí. Me acerqué con cuidado. No quería que mi lenguaje corporal fuera el de un ente invasor porque se cerraría. Debía tratarla con paciencia. De aplicar demasiada fuerza se podría quebrar. Exactamente así lucía dentro del vestido negro cubriendo su figura delgada y moño trenzado en la cima de su cabeza: como una figurita de cristal que pudiera romperse a cualquier mínimo movimiento hecho en falso. Mi chica estaba tan astillada y rota.
─Mags ─la llamé, pero no se dio la vuelta, así que tomé su brazo─. Debemos irnos para que ambas descansen, pies izquierdos. Ya no está. Lo que hay ahí... ─Señalé la urna─. Es solo un cascarón vacío. Lo que la hacía especial, su alma, se fue.
Sus irises se clavaron en los míos.
Estaban tan vacíos.
─¿Dónde puedo encontrarla?
Mordí mi labio inferior─. Siempre estará acompañándote. ─Acaricié un bucle fugitivo─. Ya sea en los recuerdos que tienes de ella dentro de tu mente o cuidando de ti desde dónde sea que esté, estará contigo. Tú solo tienes que dedicarte a recordarla cómo fue, no por las decisiones que tomó. ─La ayudé a soltar la petunia, había sido su tipo de flor favorita, sobre la urna en descenso─. Por cómo terminó con su vida no debes olvidar cómo vivió, Mags.
─Ella nos amó ─murmuró devolviéndome el abrazo.
Me estremecí con su calidez. Esta era la respuesta más larga que tenía de ella desde el lunes. Desde que supo la noticia se dedicó a encerrarse en mi habitación a escuchar música mientras Willy lloraba en mi regazo o se entretenía dando paseos por la ciudad con Ryan y Loren.
─¿Cómo no pudo amarlos? ─Besé la cima de su cabeza─. Por supuesto que sí.
─Si lo hacía, ¿por qué se fue? ¿Por qué nos dejó?
─No lo sé, Mags, pero... ─Hice que me mirara─. Estoy segura de que no fue por falta de amor hacia ustedes. A veces las personas se equivocan, toman malas decisiones, son egoístas... pero no por eso pierden la capacidad de amar, cariño. ─Mi barbilla empezó a temblar─. La razón solo la supo ella, pero apuesto todo lo que tengo... ─Le sonreí─. Incluso a ti y a Willy, que ahora son lo más valioso en mi vida, que no lo hizo por ti o por él. Ella estaba enferma. La depresión es una enfermedad. Lo sabes, ¿no? ─Hablaba tanto para ella como para mí─. Quizás la hizo pensar que hacia lo mejor renunciando a ustedes. Por más retorcido que suene, pudo haberlo hecho por creyendo que... que estaba cuidando de ti y de Willy.
ESTÁS LEYENDO
Deseos ocultos © (DESEOS #2)
Fiksi UmumTras una corta temporada bajo el mandato de una jefa irritante, Marie Van Allen encuentra trabajo de instructora de baile en un antiguo edificio de Brístol. Tras la tormenta piensa que ha alcanzado la felicidad, eso mientras que para Ryan la vida nu...