Capítulo 23

9 2 0
                                    

-Sujétala con fuerza, Gabriel.

La voz de Ariadna resonó en la sala de tortura por primera vez desde que la de Yumi se apagó, tras entrar en un profundo sueño. Con cuidado de no tocar las heridas candentes que habían traspasado la ropa de la chica, Ariadna, Gabriel y Vaint la tomaron en volandas y comenzaron a salir. Mientras tanto, Zira recogía la bolita del suelo, aún caliente.

Aunque parezca extraño, sentía su mente apagada, ausente. Tanto era lo que había pasado en aquellas últimas horas, que no sentía suficiente fuerza para encontrar sentido en la locura.

Ahora sólo le importaba el estado de Yumi, nada más que ella.

Abatidos, los amigos regresaron a la linde del bosque. Sobre ellos, el cielo continuaba portando su manto de diamantes. Despacio, depositaron a Yumi sobre el suelo y se sentaron a su lado en silencio.

Todos se preguntaban muchísimas cosas, pero la más repetida era; ¿por qué Eric sucumbió a las promesas sucias de Smith? Ellos conocían a Sobrepeso perfectamente, estaban familiarizados con sus tretas y engaños, con su despotismo y carácter dictatorial.

Utilizaba a la gente a su antojo, y los chicos intentaban convencerse de que las ansias vengativas de su amigo le había enviado a las garras de su enemigo. Sin embargo, algo no encajaba, y era la manera de actuar de Eric. De la noche a la mañana, se había convertido en un ser cruel y despreciable, corrupto y malvado. ¿Cómo era posible?

Ariadna miraba a Yumi, ¿por qué la había atacado precisamente a ella? ¿Por qué? Podría haber escogido a cualquiera de ellos, todos formaban parte de "El Cambio". ¿Qué podría significar la chica de ojos rasgados que tanto odiaba el desertor oscuro?

Oscuro...

La chica abrió los ojos desmesuradamente, tocando a Vaint en el brazo y mirando a Gabriel y Zira con la expresión de quien ha descubierto el origen de la vida:

-Chicos... Tengo la clave de todo esto...

Presa de una gran excitación, Ariadna se levantó precipitadamente y cogió una pequeña rama del suelo. A los pies de Yumi, dibujó un polígono de seis lados.

-Gadia nos habló de un Hexágono y de los elementos que lo formaban, protegidos las veinticuatro horas del día ¿no es así?- Sin esperar respuesta, la chica continuó.- Bien, estuvimos en uno de esos Vértices Esenciales, el del Agua.

Dibujó un círculo en el vértice inferior derecha y una "A" en su interior.

-Estuvimos en el centro del Hexágono, que es el mayor foco de poder del mismo.- Otro círculo, la chica clavó los ojos en sus amigos.- Al parecer, somos la clave del asunto. Curiosamente, contando a Eric, somos seis personas, seis Vértices en el Hexágono, seis elementos, seis Marcas tenía Gadia.

Por vez primera, el entendimiento de los chicos se aclaró mientras Ariadna dibujaba un círculo por cada Vértice, colocando cada elemento.

-Veo que comprendéis... Además, apuesto mi mano derecha que las visiones que tuvimos están relacionadas con nosotros.

-¿Con nosotros?- preguntó Gabriel, intentando asimilar tanta información.

-Sí, pensadlo bien... Zira soñó con un ciervo, podría estar relacionado con la Tierra, Gabriel volaba una cometa, objeto que solo funciona con Aire, Vaint estaba rodeado de Fuego y yo...- Ariadna rememoró su visión, tan oscura.- No lo tengo muy claro.

-¿No dijiste que te sentías "flotando"? ¿Como si la gravedad no existiera?- sugirió Zira, pensativa.- Podría relacionarse con el Agua, encuadra muy bien con la sensación que tenemos cuando buceamos.

-¡Sí! Exacto, tiene sentido.- sonrió su amiga, excitada.

El grupo aceptó la explicación de Ariadna, al menos, daba algo de sentido a la situación.

-Entonces...- elucubró Vaint.- Si nosotros estamos unidos a esos elementos o si ellos han querido aparecer en nuestras visiones, Eric estaría ligado a la Oscuridad y Yumi...

-¡A la Luz!- exclamó Gabriel, sonriendo por aquel descubrimiento. Sonrisa que pronto se transformó en un rictus serio.- Por eso Eric la estaba torturando, quiere matarla... Son los planes de Smith, quiere destruir la Luz eliminándonos a nosotros, para separarnos y que no podamos proteger a Yumi.

Un frío denso se instauró en el ambiente alrededor de los chicos, la idea de perder a más amigos les entristecía demasiado.

-¿Y qué tiene que ver este asunto con Aely y el circo de los horrores que ha montado Sobrepeso?- caviló Zira, acercándose a Yumi, como si así pudiera protegerla de todos los males del mundo.

-Eso me corresponde a mí explicarlo, enanos, no me arrebatéis la gloria del momento.

La potente voz de Iat sonó a sus espaldas, sobresaltándolos, acompañada del ronroneo de Ajahar.


PrisioneraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora