No era una mujer romántica. No. Era un mujer sola, que vivía con sus sueños y soñaba con estar con alguien. Buscaba un hombro en el que apoyarse, una boca para besar, una mano a la cual sostener para cruzar la calle...
Un oído atento al que susurrar confidencias tontas, o tal vez unos brazos que la mimaran, y unos labios que le digan lo hermosa que se ve recién levantada de la cama.
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Cartas de un corazón roto.
RandomSi perteneces al club de los que aman tanto que rompen su propio corazón, eres bienvenido, disfruta tu estadía.