Cartas de un corazón roto.

De ninguna manera, no.

No te voy a pedir que me abraces. Ni que me pidas perdón cuando creo que has hecho algo mal o te has equivocado. Tampoco te pediré que estés ahí cuando más te necesito, o que vayamos a dar una vuelta por el parque mientras nos contamos historias. No te pediré que recorramos el mundo juntos, ni que me des tu mano en mitad de la noche. No te pediré que me escribas o me digas algo bonito, tampoco te pediré que me llames para contarme porqué tu madre se enojó contigo, o porqué no quieres comer, mucho menos para que me digas que me extrañas.
No te pediré que te rías o te hagas la tonta conmigo cuando no me siento de humor, ni te pediré que te apoyes en mí. No te pediré que apoyes mis decisiones, no te pediré que me escuches cuando necesito hablar con alguien, y mucho menos que te quedes conmigo para siempre.
No te pediré nada.
Porque si tengo que pedírtelo,
ya no lo quiero.