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Querido diario:

Supongo que Samanta no se cansa de repetir sus palabras una y otra vez, o quizás ha olvidado nuestro electrizante encuentro. ¿Por qué digo eso? Ella ha comenzado nuevamente a gritar que me odia y sé que eso es mentira, es por eso que en cada ocasión en la que ella habla de eso, comienzo a reír.

Ella está completamente enamorada de mí, pero es demasiado tímida o quizás orgullosa para admitirlo. Cada vez que tenemos sexo, ella simplemente se descontrola y se transforma en una chica completamente diferente. ¿Y sabes qué? Me ha practicado sexo oral. Obviamente al comienzo creí que iba a arrancarme el miembro a la primera que lo tenga en la boca y fue por eso que he tomado mis precauciones, pero sorpresivamente aun no me ha hecho daño.

Sin embargo, hay ciertos momentos en la que ella regresa a ser la idiota de antes y los problemas comienzan una vez más. Sus gritos regresan, su desobediencia regresa, sus estúpidas huelgas de hambre regresan y ahora ha decidido no ducharse. ¿Pero sabes qué? Dejaré que siga adelante con sus decisiones, quiero ver cuánto tiempo pasa para que comience a rogarme por agua y jabón.

Por otro lado, yo he complementado un nuevo pasatiempo con ella y consiste en que cada viernes a la noche confesamos que nos hace feliz. Esta demás decir que ella no participa del juego, pero yo no me canso de comentarle que es la fuente de mi felicidad y que la amaré hasta que de mi boca salga el último aliento de vida. También le he prometido que no descansaré hasta encontrarla en la próxima vida, ella tan solo observa mi rostro sin la más mínima expresión... ha excepción de hoy.

En cuanto me acerqué a hablar con ella y le confesé que si no fuera por su amable ayuda aquella vez que me golpeaban, nunca nos hubiéramos conocido. Que sus amables sonrisas pintaban mi mundo de colores brillantes y que me enamoré perdidamente de ella cuando se preocupó por mi salud.

Ella comenzó a llorar desconsoladamente, mientras que continuaba comentándole que mi amor por ella había cruzado limites que nadie se atrevería a cruzar. ¿Y sabes qué? Durante la conversación, me di cuenta que le he estado ocultando muchas cosas, así que decidí contarle cada cosa que había hecho en nombre del amor.

Empecé a narrarle como había acabado con la vida de Frank, luego le expliqué sobre la muerte de Dylan y que ese bastardo merecía morir más que nadie. Era un maldito degenerado que tan solo quería acostarse con ella para luego dejarla por otra persona. En cuando a Julieta, comenté que era una maldita entrometida y que interfería en mis planes de conquistarla o, dejarle obsequios en su banco. Y con respecto a la muerte de Brandon, ella era la culpable de su muerte.

De mis padres y los suyos, no había mucho que comentar y de todas formas no quería hablar de aquello.

En fin, ella continuó llorando luego de confesarle mis secretos, pero supongo que fue a causa de mi honestidad.

Creo que me he enamorado. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora