23.

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Querido diario:

He cruzado una línea que jamás creí que iba a cruzar. Me siento un ser detestable que debería ser aniquilado o arrojado a un profundo pozo obscuro. Las manos me tiemblan y no paro de pensar que las cosas deberían haber sido totalmente diferentes. Por primera vez en mi vida, he tomado una terrible decisión y estoy muy arrepentido, pero también sé que esa decisión no ha sido completamente mi culpa... Ella me ha obligado a tomar esa decisión; quiera o no quiera, también es culpa de ella.

Todo comenzó en la habitación del conserje. Luego de seguirla durante un rato ella se separó de sus amigas y obtuve la oportunidad que tanto había necesitado. Una vez que estuvimos solos, comencé a reclamarle que era su obligación pasar más tiempo conmigo, que eso era lo que hacían las parejas y que necesitaba estar con ella porque, ¿a qué clase de novio le gusta ser ignorado por su novia? Como sea, ella comenzó a reírse mientras alegaba que nosotros no éramos nada. Que yo era un maldito acosador, que estaba completamente enfermo de la cabeza y que si me alejara de ella.

Oh, querido amigo... nunca en mi vida creí que escucharía salir tremendas mentiras de la boca de mi ángel. ¿Qué soy un enfermo mental? ¿Acaso amar locamente a una persona te convierte en un enfermo mental? ¿Acaso preocuparte por el bienestar de una persona y estar cerca para protegerla de cualquier cosa, es ser un maldito acosador? Bueno, ella tiene unos conceptos completamente extraños e incomprensibles.

También me ha gritado loco.

Yo no soy un loco; los demás lo son.

Como siempre, ella intentó huir de mí, pero no estaba dispuesto a terminar la conversación, además a pesar de nuestra pelea, yo quería estar a su lado. Con amabilidad la obligué a caminar hacia la biblioteca, luego la empujé contra la pared y la he besado, pero al parecer ella no estaba lista para reconciliarnos, porque de un momento a otro, Samanta me empujó bruscamente para luego arañar mi rostro.

No pude evitar sentir una inmensa ira y desgraciadamente mi puño choco contra su ojo izquierdo. ¿Ahora lo entiendes, amigo? Ella me ha empujado a un límite que jamás creí que cruzaría.

Creo que me he enamorado. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora