Soulmates ~JB~

Capítulo 24: Somos el uno para el otro

-Hola...

-Hola, ¿Cómo te sientes?- digo suavemente a mi hermano.

-Mejor... Gracias por cuidar de mí Ann...- se sienta en la cama.

-No hay de que. Me preocupaste mucho- lo abrazo delicadamente.

-Perdón. Debo escucharte más seguido.

-Si, deberías.- le dedico una media sonrisa.

-¿Cómo quedo la casa?- me pregunta parándose de la cama, y dirigiéndose a la puerta.

-Quedó horrible, ¿Como creías que quedaría?- digo siguiéndolo en las escaleras. Llegamos al primer piso y él observa la sala y la cocina ya impecables.

-Yo la veo bien.- me sonríe burlón.

-Después de limpiarla, claro.- llega Valery y habla.- Tú- señala a mi hermano- deberías pagarnos a todos por arreglar tu casa y salvar tu trasero.

-Bueno, gracias chicas.- Jake entra al salón principal, ya que terminó de limpiar el patio trasero.

-¡Daniel! Hermano, ¿Como te sientes?- hacen su característico saludo.

-Mejor J, mejor, gracias a la mejor enfermera del mundo.- da un beso en mi cabeza.- Mejor enfermera del mundo, tengo hambre. Dame comida.

-Pedí pollo en KFC, y debe de estar llegando...- el timbre me interrumpe.-Ahora. Dame dinero para pagar.

-Mi billetera está arriba, búscala. Yo voy recibiendo la comida.

-¡Okay!- subo las escaleras rápidamente y entro al cuarto de mi hermano, tomando el dinero necesario para pagar el pedido, cuando veo su celular con 4 llamadas pérdidas de: Papá

-Mierda.- cojo el celular de Daniel y lo bajo junto con el dinero.

Daniel le paga al repartidor de KFC, y empezamos a comer todos:

-¡Que rico está esto!- exclama Jess.

-Siii- chilla Andrea.

-Si... está delicioso.- dirijo mi vista a Daniel.- Hermanito, tienes cuatro llamadas perdidas de papá.

-¿En serio?- me mira con los ojos bien abiertos- Pásame el celular enana.- Se lo doy y él se levanta de la mesa a llamar a papá en el patio.

Daniel no regresa rápidamente a la mesa; incluso todos terminamos de comer y él aún no volvía.

No fue después de 20 minutos que regresó al salón principal.

-¿Qué sucedió?- le pregunto un poco preocupada. Ignora mi pregunta y se dirige a las escaleras sin decirme nada, pero me manda una mirada que sé exactamente qué significa.

-¿Qué pasó?- me susurra Jessica.

-Papá y mamá están molestos.- digo mirando a la nada.

Mis padres son los mejores padres del mundo; siempre nos apoyan en todos los aspectos de nuestra vida, y nos quieren más que a la suya, pero algo que no toleran son nuestras equivocaciones.

No es que nos peguen o que nos reprendan demasiado, es sólo que no nos gusta, ni a mi hermano y a mi, decepcionarlos, en especial él, ya que mamá y papá pagarán su universidad.

Ellos nos han hecho personas de bien, nos aman de manera incondicional, y nos han brindado todo para poder progresar, después de ellos haber luchado mucho por sus pertenencias tanto materiales como morales.