Capítulo 55: Perfecto Desastre (Parte III)

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No-one's P.O.V.

Las sonrisas en sus rostros no podrían ser arrebatadas por nada, porque tanto Ann como Justin lo descubrieron, casi en el mismo instante.

Ella, al sentir su embrace alrededor de ella, y el corazón de Justin latiendo fuertemente, y él, al sentirse genuinamente apreciado por ella, percibiendo la felicidad que brotaba dentro de aquel abrazo.

Parecía cursi, y lo era. Parecía un tanto apresurado, pero nadie nunca le pone un límite a un sentimiento tan fuerte.

Ellos eran unidos por amor. Demasiado para su propio bien.

Es que no era ese amor de verano que se desvanecería con el pasar de los meses. Esta vez, sería un amor tan adictivo que el estar separados, sentirían que una parte de ellos faltaba. Ambos se complementaban, y harían todo por el otro.

Todo, menos dejarlo ir.

Muchos pensaran que era tóxico un amor como ese, pero es que muy pocas personas habían logrado experimentar esa sensación. El amor nunca es demasiado.

Otra cosa es que ese sentimiento no sea el mismo, sino fraternidad, o deseo, o incluso obsesión.

Esa cosa que los unía era más que sus similitudes, o sus diferencias. Es el hecho de que dos personas, no necesariamente perfectas, sean capaces de poner su confianza en la otra, sus temores, sus expectativas, sin sentirse juzgados, sin tener la necesidad de guardarse algo para si mismos.

Ellos no lo dijeron en el momento, pero lo sabían. Ellos se amaban tanto que les dolía el pecho con el simple hecho de pensar de que alguien se interpusiera en su camino.

Les daba temor que alguien arruinará algo tan bonito como lo que ellos sabían que tenían.

Al darse cuenta de su realización, ambos actuaron asquerosamente tímidos, principalmente Justin, que normalmente al lado de la chica no era otra cosa más que coqueto.

Ann nunca se sintió más feliz y asustada en su vida. ¿Qué tal si él la cree loca por desarrollar un sentimiento excesivamente empalagoso en un periodo de tiempo tan corto, inclusive teniendo la cuenta de los días desde que se conocieron en su concierto?

En medio del silencio, se regresaron a la mesa que compartían con la familia de ella, en la cual se podía observar una sonrisa asomándose de la boca de Caleb Williams y su hermosa esposa, Beatrice.

Caleb amaba a su hija, con todo su corazón. Sabía que había veces que era un tanto estricto con ella, tal vez incluso más que con su primogénito, pero él la veía a ella como el fruto más precioso e inocente resultante de ese amor tan hermoso junto con su compañera de vida.

Claro, sin quitarle méritos a el grandísimo afecto que le tenía a su hijo.

No querría que alguien la hiriera. Quería a alguien que la respetara y la amara tanto, que la hiciera feliz el resto de sus vidas.

Aunque Caleb no lo admitiera, él y Justin tenían sus similitudes. Se percató de esto por la seguridad con la que el joven hablaba, de la seriedad que demostraba al querer empezar una relación con Ann, y de cómo su tono de voz y actitudes cambiaban drásticamente al estar ambos en un mismo cuarto.

Caleb supo que Justin era el indicado para su hija. No había la más mínima duda.

Sólo mirarlos, admirándose entre si, le hacía recordar cuando su actual esposa y él eran jóvenes, tan llenos de vitalidad y de amor.

Justin iba a levantar la voz y expresar disculpas por el repentino comportamiento, pero Caleb se le adelanto y dijo todo lo que tenía que decir:

—Miren, los dos. Seré lo más directo posible, y no quiero que me pongan alguna clase de oposición a lo que les diré.—Los ojos de Ann se cerraron, esperando aquello que su papá diría, definitivamente relacionado con ella y Justin, mientras que éste último, los mantuvo bien abiertos, con una mano detrás en su espalda, cruzando los dedos con esperanza de que Caleb aprobara de una vez por todas la relación entre él y su hija.

Soulmates ~JB~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora