Soulmates ~JB~

Capítulo 53: Perfecto Desastre (Parte I)

Biebs 💘

–¡PERO DIME QUE TE DIJOOO!😤
~11:34 p.m.

–debe ser sorpresa bebé, además fue charla de hombre a hombre, lo que dijimos allí se queda allí
~11:35 p.m.

–Ugh, no te soporto 🙃
~11:35 p.m.

–tú me amas bebé, ponte algo lindo mañana😛
~11:36 p.m.

Seguido de unas "buenas noches", apago mi celular y lo dejo en la mesita de noche.

Se supone que debía haberme dormido hace 1 hora, pero no podía irme a acostar sin tratar de descifrar que palabras intercambiaron Justin y mi papá.

Intenté hablar con ambos para que al menos me dijeran que íbamos a hacer, y mientras que Justin me responde que debe ser sorpresa, papá insiste en que es Justin quien debe decirte, ya que él es quien planeó todo.

En fin, esperaremos hasta mañana.

...

¡No puedo!

Nuevamente me levanto, y nuevamente enciendo el celular, dispuesta a llamar a Jessica y desahogar toda mi energía, emoción e incertidumbre, pero una llamada entrante interrumpe mi propósito (justin be like have you found your purpose? xdddd).

Es un número estadounidense que mi celular no reconoce, y aunque normalmente no contesto este tipo de llamadas, algo dentro de mi me motiva a hacerlo.

¿Qué tal si es un violador que intenta rastrear tu ubicación con el celular y secuestrarte?

Ok, demasiadas películas de acción y dramas antes de dormir.

Lentamente oprimo el botón verde de "Aceptar Llamada", e incluso más despacio coloco el celular en mi oído.

—¿Hola?—del otro lado sólo se escucha la respiración pesada del emisor de la llamada, que se sincroniza de alguna manera bizarra con los latidos de mi corazón.

Del otro lado no se pronuncia ningún otro sonido, por lo que pienso que se ha cortado la conversación, así que vuelvo a levantar mi voz por el micrófono del celular.

—¿Quién habla?—finalmente del otro lado me hablan, y esa voz, aunque la reconocería en cualquier lugar, de cierta manera manda escalofríos por todo mi cuerpo.

—¿Annie? No...

—No puedo creerlo.—de mi boca salen las palabras de manera amarga, sintiendo una opresión en el pecho.

Automáticamente lágrimas se forman en mis ojos. Siempre ha sido capaz de cambiar mis estados de ánimo de frío a caliente, de blanco a negro, de un extremo a otro. Lo dejo salir todo.

—Annie, sé que debes estar molesta conmigo, pero pequeña escúchame...—le interrumpo, con rabia y dolor en cada sílaba.

—¿Así como me escuchaste llorar cuando te fuiste? ¿Así, Jacob? ¿Adivina que? ¡No lo hiciste! ¡No podías escucharme llorar porque te montaste en un jodido avión a Estados Unidos!—Levanto mi voz bastante, reprimiéndome internamente para no despertar a los demás en la casa.

—Ann, sabías que esto es lo que yo quería. Nunca fue mi intención lastimarte.—No hay filtro entre mis pensamientos y lo que digo, toda palabra que atraviesa mi cabeza, sale por mi boca, explícitamente.