— ¿Qué? ¿Quién fue? — pregunte sorprendida a la cajera de la tienda.
— No lo sé señorita, un chico. — me explico, al parecer yo no era la única sorprendida, ella también — Muy guapo por cierto. — me guiño el ojos coqueta.
— No sé quién puedo haberlo hecho, tal vez lo hizo por equivocación — trataba de reemplazar las cosas raras que estaban por mi cabeza adivinando lo que tal vez podría ser — Si eso tuvo que haber sido — le explique a la chica de la caja.
— No quiero espantarla, pero tal vez tenga un admirador secreto — levanto las dos cejas, era divertido su tono de voz — él solo vino y no ordeno nada, pregunto qué era lo que usted había pedido, pregunto cuánto era y ¡Buuum! pagó y se fue con su gran trasero — Lo ultimo no logre escucharlo.
— ¿Con su gran qué? — pregunte. ¿A que se refería? ¿Su gran auto? ¿Su gran billetera? ¿Su gran... su gran qué?
— Su gran apuro por irse señorita, tal vez no quería que lo descubriera — me explico, ahora entiendo todo.
— Oh está bien, bueno, disculpe las molestias señorita — me disculpe.
— No tiene nada de que disculparse, no es molestia — las dos nos justificábamos mutuamente.
— Claro que si, estamos aquí discutiendo lo de ese chico — le dije.
— ¡Oh vamos! No pasa nada señorita, ahora sabe que esta pagado lo que ordeno — me sonrió.
— Creo que fue gratis — reí — hasta luego y gracias — le dije a la chica de la caja.
— ¡Hasta pronto señorita! — me dijo con una sonrisa.
Salí de el restaurante y comenzó a caminar por el pasillo para llegar a las escaleras eléctricas, me sentía observada, como esta mañana en mi habitación, solo que aquí no puedo cerrar cortinas, camine para llegar a la salida del centro comercial, Salí a la plaza que estaba afuera, me gusta ver a las personas caminando, el dibujo del semáforo apareció, seña de que todo mundo podía cruzar la calle. Me faltaban unas cuantas cuadras para llegar a mi casa. Estaba segura de que alguien me seguía, me siento asustada, pero sé que debo mantener la calma No dejes que nada malo me ocurra mami por favor pedía eso dentro de mí, podía escuchar sus pasos de tras de mí, voltee a mi lado izquierdo, que era la calle y pude ver una sombra tras de mí, se me ocurrió algo, llamarle a papá, así mi acosador sabrá que estoy cerca de casa y no podrá hacerme daño. Saque mi teléfono y fui a mis contactos el primero número es el de mi papá. Mierda, No tenía saldo, ¿Cómo rayos le llamaría a papá? Se me ocurrió algo tal vez mejor. Puse mi teléfono en oreja y empecé a hablar sola.
— ¿Papi? Si ya voy llegando. Si papi, ¿Me estas mirando? Si ya estoy llegando, esta bien papi adiós.
Espero que eso haya sido una buena idea...
(***)
Creo que Amy tiene miedo, no debe tenerlo, solo quiero, ¡Argh! Con solo pensarlo me dan ganas de tomarte aquí mismo. Me excitaba la idea de tener a Amy en mi cama, hacerla mía, ver su cuerpo desnudo, hacerle de todo, las cosas comenzaban a salirse de mi control.
No tienes que fingir que hablas con tu padre, yo lo sé todo cariño. No debes de temer.(***)
Estaba llegando a la puerta de mi casa, y me dispuse a abrir la puerta, pero tenía el candado puesto. Busque mis llaves en mi bolso, estaba algo nerviosa, tenía miedo de voltear a ver quién me observaba así de intenso, pero tal vez si lo miraba me hacía daño. Mis calles cayeron al suelo y cuando me agache a recogerlas un chico se acercó a mí por detrás y junto nuestros cuerpos, yo estaba de espaldas y me tenía agarrada con una mano en la espalda y su otro brazo pasaba por mi cuello, estaba aterrada! ¡Quería gritar! ¿Donde estaba papá para salvarme?
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Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISO
FanfictionAmy Cowell. Una chica hermosa de 18 años de edad, una universitaria que cursa su primer año, vive en la ciudad de Londres, con su padre el exitoso empresario Simon Cowell, ella cayó en depresión después de la muerte de su madre Emily, ella murió cua...