— ¿Cómo estás tan seguro?.
— Solo lo sé. Amy, cuando el rubio despierte para él no pasó nada, te quiero callada tú no me conoces — advirtió — no me hagas enojar por favor.
— Lárgate! — le grite — ¡Tú no eres nadie, tú no vas a venir a joderme la vida ni a prohibirme cosas! — lo señale — ¡Vete! ¡No quiero saber nada de ti! ¡Maldita la hora en que me miraste! — las lágrimas brotaron de mis ojos, no podía soportar que ese imbécil quiera controlar mi vida. En un movimiento rápido Louis me tomo de las muñecas juntándolas a mi pecho, las apretaba muy fuerte — ¡Me lastimas! — me queje — ¡Suéltame!.
— ¡Cállate, cállate! — me miró fijamente a los ojos, yo quería esquivar su mirada pero no podía, simplemente no podía — ¡Me vas a obedecer en todo! — apretaba aún más mis muñecas.
— Eres un imbécil — le escupí en la cara, me lanzo una mirada de enojo, estaba furioso
— Aarrodíllate — me ordeno.
— No — respondí.
— Arrodíllate y pídeme perdón — señalo el piso.
— No haré nada de lo que tú me órdenes — lo desafié.
— ¿Ah no? — levanto una ceja.
— No.
— ¡Pídeme perdón por lo que hiciste! ¡Pídeme perdón! — grito, apretó de mis muñecas con una de sus manos, con la otra jalo de mi cabello, jalaba hacía atrás haciendo que me arrodillara.
— ¡Ay! ¡Estúpido! ¡Me estas lastimando! — lloraba de dolor, me estaba lastimando.
— ¡Pídeme perdón! — ordeno nuevamente, cada vez jalaba más fuerte mi cabello.
— ¡Prefiero morirme aquí, antes que hacer lo que tú me pidas! — le escupí en la cara otra vez.
— ¡Te he ordenado que me pidas perdón! — enterró sus uñas en mis brazos, eso me dolió como el infierno.
— ¡Perdón, perdón! — me soltó y me desplome en el piso.
— ¿Ahora entiendes quien lleva el control? — me miro cínico con una sonrisa en el rostro.
— Te odio — le dije.
— Ódiame todo lo que quieres — se puso su playera — te guste o no, tú eres mía — se señaló.
— ¡Ojala que te mueras! — estaba hecha bola en el suelo, tapando mis senos, sentí algo espeso en mis hombros, encendí una pequeña lámpara de mesa, alumbraba muy poquito, pero lo suficiente para notar que mis brazos sangraban, ese imbécil me lastimo seriamente.
— ¡Mierda! — exclamo — ¡Maldita sea! — dijo cuando vio como había dejado los brazos de Amy, se llevó las manos a la cabeza y daba vueltas en la habitación — ¡Mierda! — repitió.
— Para esto ¿Soy tuya? — ahora mis manos estaban manchadas de la sangre de mis brazos.
— ¡Mierda Amy! — se acercó a mí y intento tocar mis brazos para verlos mejor pero se lo impedí.
— No me toques — dije fría.
— Amy por favor — bufo — necesito ver que tan grave es.
— No — me levante y entre al baño, quise cerrar la puerta pero el me lo impidió.
— Déjame entra — me miro serio y lo mire moviendo la cabeza haciendo una negación — no me obligues Amy.
— Púdrete — cerré la puerta en su cara pero tarde más yo en voltearme al espejo que el en abrirla.
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Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISO
FanfictionAmy Cowell. Una chica hermosa de 18 años de edad, una universitaria que cursa su primer año, vive en la ciudad de Londres, con su padre el exitoso empresario Simon Cowell, ella cayó en depresión después de la muerte de su madre Emily, ella murió cua...