Capítulo 9: Debo recordar, segunda parte.

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Me puse más a su altura y la abrase. Su cabeza estaba en mi pecho ahora.

— Lo siento Amy, no quería que las cosas pasaran así.

Sentí que toque el cielo cuando las manos de Amy estaban en mi espalda, después sus brazos de posaron en ella respondiendo a mi abrazo.

— Oh Amy, mi dulce y hermosa Amy, tan frágil e indefensa — con mis dedos tome algunos mechones de su cabello y absorbí todo el olor posible, era simplemente delicioso celestial. Ella se separó y tomo mi rostro en sus manos, me senté a su lado, suspiro.

— ¿Por qué? — pregunto.

— No lo sé, nunca antes había hecho algo como esto, mi problema eres tú. No tengo una solución, estoy muy arrepentido, si tan solo me hubiera acercado a ti como amigo, amablemente y no como lo estoy haciendo ahora, no estarías llorando ni pasando penas por esto — Entonces deja de hacerlo — su voz era suave, tomo una de mis manos y la coloco en su pecho — ¿Es esto lo que realmente quieres sentir, para saber lo que siento ahora? ¿O es esto lo que quieres sentir, para complacerte y dejarme tranquila? — bajo mi mano a su seno, la presiono en él, se sentía delicioso — ¿Es esto lo que quieres no? — la mire confuso, se levantó del sillón, iba ponerme de pie al igual que ella, pero me empujo con fuerza y caí al sillón nuevamente — voy a darte lo que quieres — dio tres pasos atrás, no podía ver muy bien, solo con la luna iluminaba el área, agradecía que no hubiera casa cerca o enfrente que pudiera observarnos, bueno más que la mía pero yo vivo solo. Amy se quitó la blusa que cubría su cuerpo.

— ¿Qué haces Amy? – pregunte con una media sonrisa en rostro.

— Como escuchaste, darte lo que tanto quieres — respondió fría.

— ¿Qué? — cuando apenas termine mi palabra, ella llevo sus manos a su espalda y después vi como su sostén se desajusto un poco, bajo un tirante y lo dejo en su hombro, con una mano bajo el otro tirante y se quitó el sostén, dejándome mirar sus senos, sus hermosos senos, eran perfectos, era genial la idea de que me los mostrara, pero no era todo lo que quería. 

— No Amy, que haces? — me levante y la mire, era difícil mirar sus ojos pudiendo mirar otra cosa.

— Cállate — tomo mis manos y las llevo a sus senos.

— ¿Los sientes? siéntelos... ¿Te gustan? — apretó mis manos en ellos, no pude evitar masajearlos, ella puso sus manos en mis brazos y las pasaba por ellos.

— Aun no terminamos — bajo mis manos por su cintura hasta dejarlas en su trasero, por mi parte yo lo apreté, ella me miraba, estaba temblando, ¿Por qué hacía esto?.

— ¿Se siente bien, cierto? — su voz me seducía, llevo una de mis manos hacía enfrente y la bajo hasta su parte femenina, podía sentirla por encima de su short. 

— Puedes tocarme, haz lo que quieras.

¿Qué mierda? ¿Cree que solo quiero esto? ¿Cree que solo la quiero para esto? ¡Maldición! Soy un imbécil.

Me aleje de ella y deje de tocar lo que tanto me tenía entretenido. Me agache y tome su sostén.

— Pontelo — ordene.

— No, tómame y hazme tuya — se señaló, me estaba ordenando que hiciera lo que quiera con ella.

— No, no voy hacer lo que tú me pidas — tomo mi mano y empezó a jalarme, me llevo hasta su cama y ahí se detuvo.

— Acuéstate — señalo la cama.

— ¿Qué vas hacer? — me empujo y caí sentado en la cama.

Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora