Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISO

Capítulo 14: ¿Qué le pasa?

Observaba a Amy dormir y despertar poco a poco, miles de pensamientos cruzaban por mi mente, los mismos una y otra vez. Estaba sentado en una vieja silla de madera frente a la cama donde Amy estaba, pestañeo un par de veces y creía estar en un sueño, volvió a repetir esa acción sin poder creer donde estaba, se movió rápidamente sentándose en la cama, aun no estaba consciente de lo que pasaba, me miro y sus ojos se abrieron como los de un búho, volteo a ver la ventana al lado de su cama y después se levantó como rayo para intentar escapar por la puerta, fui rápido y la atrape entre mis brazos, forcejeábamos, ella para escapar de mí y yo por no soltarla, la tenía abrazada por detrás y tenía sus manos sujetabas con las mías, ella lloraba mucho, estaba asustada y no debía que decir más que gritar y sollozar, dejo de hacer fuerza hasta que no puedo y se cansó por tanto forcejear y hacer fuerza, se derrumbó en mis brazos y camine hacia atrás con mucho cuidado ya que no podía voltearme, me senté en la cama con Amy sujetada a mí, me aparte y cerré la puerta.

— ¿En dónde estamos? — pregunto asustada, se movía de un lugar a otro cerca de la cama, miraba a todos lados buscando una salida para escapar.

— Lejos... — respondí seco. No sabía cómo explicar lo que acabo de hacer — ¿Qué tanto buscas? de aquí no podrás escapar Amy.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — se paró en seco y se me quedo mirando, de sus ojos querían salir unas lágrimas pero ella insistía en ser fuerte.

— Dejemos las preguntas para después — camine hacia la puerta tenía que salir de aquí y pensar bien las cosas que le diría para no ser tan duro con ella, Amy impidió mi camino y deposito una cachetada en mi mejilla izquierda, me quede atónico, golpea fuerte.

— ¡Déjame salir de aquí! — corrió hacia la puerta intentando abrirla pero le había puesto seguro, la tome fuertemente de los brazos pero ella se quejó.

— ¡Ah! — en un movimiento muy rápido se zafo de mi agarre, se miró su brazo y tenía un pequeño moretón causado por haberle disparado un dardo — ¿Qué me hiciste? — se abalanzo a mí con golpes, caímos al suelo y yo trataba de cubrirme la cara para que no me fuera a picar un ojo hasta que por fin pude tomarla de las manos rodeando su cabeza.

— Es la última vez que me pones un dedo encima Amy Cowell — le grite, ella me miraba aterrada y cerró los ojos fuertemente, tal vez pensó que la golpearía.

— ¿Y por qué tú a mí si puedes hacerme lo que quieras? — las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, se sentía muy impotente por no poder hacer nada por ella misma.

— ¡POR QUE TU ERES MÍA! — Le grite aún más fuerte, podía sentir mi rostro arder, me había puesto rojo del coraje.

— Déjame sola... — fue lo único que dijo y dejo de hacer fuerza.

— No vamos hacer lo que tú quieras — la levante — ¡Aquí mando yo! — le hice entender.

— ¡No! ¡Tú no eres mi dueño! — me empujo — ¡SACAME DE AQUÍ! — me grito muy fuerte y con todas sus fuerzas, ahora estaba más que enojada pero aun indefensa e insegura.

— ¡Vas a obedecer mis órdenes! ¡Te guste o no! — le grite aún más fuerte, la tome de las muñecas tratando de no hacerle daño, solo para asustarla un poco más — ¡Ahora cállate! — salí de la habitación y cerré la puerta muy fuerte, pude escuchar los golpes de Amy en la puerta, me había hecho enojar, además de que me dio una cachetada, aunque tiene la razón en enojarse.

Salí de la casa, camine, camine y camine hasta llegar al lago donde acostumbraba ir a nadar con mis hermanos cuando éramos pequeños, mis abuelos nos llevaban y pasamos bien las tardes ahí, recordándolo bien, hace más de dos años que no tengo contacto ni con Lottie ni con Fizzy, los extraño mucho pero lamentablemente las cosas cambiaron mucho desde la muerte de mamá y papá, no quería recordar eso. Estaba sentado en el muelle del lago, lanzando piedras al agua, cada vez más lejos, pensaba en Amy, en su futuro, que haré cuando sea necesario que ella ya no me soporte más y quiera irse, y si ¿Nunca se enamora de mí? esta es mi parte sensible, ella me pone así, así de mal y así de rápido. El sol comenzaba a ocultarse y debería regresar a la cabaña a ver a Amy, teníamos que hablar sin pelear, caminaba sobre las hojas secas, practicaba en mi mente las cosas que le diría, lo que siento por ella, decidí arrancar unas flores que estaban en un arbusto, eran pequeñas blancas y otras más grandes de color morado bajito, le pediré disculpas cuando llegue a casa, pensé...