Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISO

Capítulo 33: Día Lluvioso.

Pasaron tres días, y no hubo llamadas ni notas de Louis.

Hoy iba camino a la universidad, estaba tratando de evitar a Niall, porque a decir verdad es mejor no vernos, al menos para mí. No tendría que fingir sonrisas ni hacer como si nada hubiera pasado después del beso que nos dimos.

Quiero a Louis, lo quiero mucho, mucho, mucho y lo extraño, me hace falta todo de él, hasta pelear con él. No importa, solo quiero que vuelva.

Llegue a la universidad y fui directo a mi salón, busque mi lugar, que estaba cuatro filas atrás del primer lugar, estaba a un lado de la ventana, afuera estaba lloviendo, trate de ignorar los murmullos de mis compañeros que habían llegado antes que yo, los ignore por completo, trate de concentrarme en el sonido de la lluvia, que es mi favorito. Podría escucharlo siempre, es el sonido de la naturaleza que más me gusta, aunque aquí en Londres llueva muy seguido y a todos les frustre, a mí me encanta. Entro el profesor Hoult. Nos habló un poco acerca de todo, hechos históricos de Europa y nuestro país, ¿Y por qué no? también hablo un poco de su vida, aunque no escuche mucho, me dedique a garabatear en mi carpeta de aros, pensaba en Louis, que él es único que me hace dibujar garabatos. ¿Qué estará haciendo en este momento ¿Pensara en mi cuando esta aburrido? ¿Me extraña? eso nunca lo sabré. Solo sé que lo necesito, ya, ahora mismo, conmigo, solo él y yo. No importa que me tenga secuestrada de nuevo, solo quiero que vuelva y se quede.

Andaba por los vacíos pasillos del colegio, caminando sin rumbo alguno, ni siquiera recordaba que clase era la siguiente. Fui al jardín y estuve sentada por un rato, hasta que la lluvia volvió. Y entonces volví a mis clases. Ahora era el turno de la profesora Elizabeth, era de las más antiguas de la escuela y estaba ya muy viejita de edad, impartía literatura y a pesar de haber tenido tantos alumnos, sabia el nombre de la mayoría, tiene una gran memoria.

— Tengo entendido que tenemos un nuevo compañero — busque entre mis compañeros, no preste tanta atención, de cualquier manera, pasadas algunas semanas dejaría de ser nuevo y pasaría a ser uno de nosotros — ¿Eres tú? – Pregunto con su voz temblante, no escuche respuesta alguna de aquel alumno, así que volteó a mirar — Dinos tu nombres, eres bienvenido aquí.

— Me llamo Louis Tomlinson — Era él, estaba aquí, en mi salón y sería mi compañero. Sentí que mis ojos se inundaban, quería abrazarlo, pero me miraba demasiado feo como para tener una charla conmigo.

— Muy bien, Louis Tomlinson. Cuéntanos un poco más de ti — dijo la profesora, atenta a cada movimiento de él — ¿Cuántos años tienes? ¿De dónde vienes? ¿Por qué te cambiaste a esta universidad?

— Mmm... bueno, demasiadas preguntas para ser una bienvenida...

— Solo queremos conocerte, eso es todo.

— Esta bien, tengo 20 años, nací en Doncaster — eso no lo sabía o no lo recordaba, me miraba de vez en cuando — Y vine aquí, porque donde estaba antes no estaba lo que buscaba.

— ¿Y aquí sí?

— La acabo de encontrar.

— ¿Y que es eso que tanto buscabas? — por esta vez, odie la maldita curiosidad de esa anciana.

— Es algo que nadie puede entender. No porque no sean capaces, sino porque no lo han experimentado tan de cerca como yo.

— Eso nos asusta a todos. Vuelve a tu lugar cariño — se volvió hacia el pizarrón y antes dio media vuelta — Otra cosa. ¿Tienes novia? Eres guapo y aquí las chicas tienen curiosidad en saberlo, aunque no digan nada. ¿Tienen oportunidad contigo cariño?

— No es mi novia, pero sabe que le soy fiel y que ya no me iré más, regrese por ella para quedarme — me miro y supe lo que quería decir — y aquí estoy.

¿Lo decía enserio? que te lo crea esta anciana, Louis. Siento tanta confusión, no sé qué pensar.

— Eso suena hermoso. ¿Quieres contarnos un poco más a todos?

— No creo que eso sea buena idea.

— Chicas, lo siento mucho a las interesadas, ya tiene un chica — un suspiro de mis compañeras en forma de decepción inundo el aula, pero no falto la más interesada a la que no le importo, Emma, se lo devoraba con los ojos y Louis no fue un santo, cuando ella le sonreía, él le devolvía las sonrisas y se miraban mucho. Quizás no deba sentirme tan importante, quizá esté aquí y no sea por mí.

Quería llorar, porque me dio mucho coraje y por qué estaba celosa de ella, siempre ha tenido a los chicos que quiere, no es una cualquiera, pero siempre lo logra. Terminada la clase decidí irme a casa, no podría seguir con mi día, no con Louis aquí.

Salí y tome un taxi de vuelta a casa, ya que mi auto estaba en el taller, iba venderlo para comprar un Jeep nuevo. No había nadie en casa, ni las señoras de la limpieza, pues sí, era viernes, su día libre. Fui a la cocina y había una charola cubierta con tapadera, en ella pegada una nota de color rosa "Pastel de chocolate y algunas frutillas, para la cena puede calentar la lasaña que he dejado en el refrigerador. Su padre salió de viaje, pidió que lo llamara. Disfrute su comida. Con amor, Nina." Bueno, al menos ella si se preocupaba por mí, fue algo muy lindo por parte de ella. Llame a papá y dijo que tenía una urgencia en USA, tome mi comida y fui a mi cuarto, estuve mirando mi serie favorita "Pretty Little Liers"  Lucy Hale me parecía hermosa, después estuve cambiando de canal sin mirar muy bien cada que iba pasando uno, deje el programa de música y me fui a bañar.

Vi el reloj, me pareció que estaba obscureciendo muy temprano, pero era solo el cielo nublado, apenas eran las 6:30 de la tarde. Me quite de la ropa y me metí en la regadera, me relaje bastante con el agua cayendo por todo mi cuerpo. Cepille mi cabello húmedo y después quite todo el exceso de agua con una toalla, me envolví en una y cuando estaba a punto de salir, escuche el sonido de algo rompiéndose, afuera, en mi habitación. No estaba muy segura, no sabía si sería Louis o algún ladrón que sepa que hoy estaría sola. Tome valor y un zapato, para defenderme, salí del baño y ahí estaba él, con un gorrito en la cabeza y una chamarra de mezclilla. Salí muy rápido para que no me viera, estaba dándome la espalda, llevaba algo entre las manos. Corrí rápidamente hacia el ventanal y entonces él se percató de mi presencia, cerré la puerta, lo mire y empecé a caminar hacia él, cuando de repente...