— ¡Oh por dios! — grite cuando la toalla se quedó atorada al momento en que cerré el ventanal y se desprendió de mi cuando empecé a caminar, joder — ¡Voltéate, no me mires!
— ¡Mierda! — se tapó la cara con las manos inocentemente — ¡Ten más cuidado Amy! — me dijo.
— ¿Yo? — grite señalándome — ¡Yo puedo estar en mi cuarto libremente como se me pegue la gana de estar! — dije tratando de desatorar la toalla, jaloneaba de ella.
— Pues por si lo olvidas... yo estoy aquí — suspiro, tomo una almohada de mi cama y me la lanzo — exhibicionista.
— Entraste como un intruso — lo regañe — ¿Me llamas así ahora? genial, estúpido.
— ¿Ahora soy un intruso? — se señaló, mostrando indignación — Mira quien acaba de cerrar su ventana tamaño gigante para no dejarme ir.
— Estaríamos a mano, tú me secuestraste a mí una vez — le dije — ¿Lo recuerdas? — me cubrí con la almohada y empecé a dar saltitos hacia él, para no tener que gritar tanto — ¿No pudiste lanzarme algo más grande? — rezongue – esto apenas me cubre.
— No encontré nada mejor.
— ¡Voltéate entonces! — grite — depravado.
— ¿Depravado? ¡Ja! — río con orgullo, odiaba ese plan— ¿Y qué piensas hacer? secuestradora.
— Ya suenas como niño chiquito, estúpido.
— Te he repetido tantas veces que no me insultes.
— Eso era antes — tome la cobija de mi cama y me envolví en ella — cuando tú me tenías secuestrada en tu estúpida cabaña — le recordé — y me hacías daño y hacia lo que tú querías, ahora no.
— ¿Y ahora qué?
— Ahora... — no sabía cómo decirlo, era mejor seguir con el pleito — ¿A qué mierda viniste ahora?
— Si quieres me voy.
— Te hice una pregunta, contéstame.
— Solo vine a... — guardo silencio por un momento y me miro de pies a cabeza — mejor me voy.
— Tú no vas a ningún lado — lo detuve, corrí envuelta hacia él y lo tome de la playera — aquí te vas a quedar.
— ¿Y tú vas obligarme? — me miro como si le hiciera gracia — que miedo...
— Sí.
— Estas empapada.
— ¡Cerdo! — lo empuje y le di un golpe en el hombro, apenas y lo moví.
— Hablo de tu cobija — me señalo — esta empapada.
— Ah... — dije y me mire — ¿A dónde vas? — le pregunte cuando vi que caminaba hacia el ventanal.
— Me voy.
— Louis... — baje la mirada — por favor — me acerque a él y lo abrace — por favor, quédate conmigo, solo hoy.
— ¿Qué sucede? — acariciaba mi cabello y beso mi cabeza, sentía su calor.
— No vuelvas a irte, por favor.
— Es difícil — dijo.
— ¿Qué cosa? — me separe de él para poder mirarlo bien.
— Estar contigo, así — me señalo con la mirada — como estas ahora.
— Puedes hacer lo que quieras — tome sus manos — menos irte, ni rechazarme.
— Es que yo...
— Quédate conmigo, por favor — le pedí — solo esta noche — pase mis brazos por detrás de su nuca y lo bese — no quiero estar sola — me miro y lo pensó por algunos segundos.
— Está bien — suspiro — aunque esperaba que me obligaras a hacerlo.
— Era la segunda opción — explique — por si decías que no.
— Ya veo... — dijo y se quedó en silencio.
— Espérame aquí, me voy a vestir.
— Aja...
Sentía que estábamos distantes, a pesar de que seguíamos peleando, ya no era lo mismo y lo peor era que no sabía muy bien que era lo que nos unía.
Me puse un short y una blusa de tirantes sin nada abajo. Él ya me conocía y a decir verdad quería provocarlo.
— ¿A qué volviste? — le pregunte, él estaba sentado en la cama y tome lugar a un lado suyo.
— Por ti.
— ¿Y entonces por qué me ignoras?
— No te ignoro — negó frunciendo el ceño — es solo que... las cosas son diferentes ahora.
— ¿Yo soy diferente? yo diría que tú, ya no eres el mismo.
— No tienes idea de lo que dices.
— Es que así te veo yo. ¿Qué sucede Louis?
— Amy... — tomo mis manos — hay algunas cosas, que tú no puedes entender aún...
— ¿Cosas? — lo interrumpí — ¿Cómo que cosas?
— Mi amor — ¡Me dijo mi amor! — todo a su tiempo. Lo único que debes saber, es que te amo, a pesar de las situaciones, te amo, no le des tanta importancia a mis comportamientos, todo tiene una razón. Cada vez que pienses que todo está perdido, piensa que te amo, porque así va ser siempre.
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Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISO
FanfictionAmy Cowell. Una chica hermosa de 18 años de edad, una universitaria que cursa su primer año, vive en la ciudad de Londres, con su padre el exitoso empresario Simon Cowell, ella cayó en depresión después de la muerte de su madre Emily, ella murió cua...