Capítulo 26: No me dejes ir.

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— ¿Qué? — dije incrédula.

— Te vas ahora mismo, Zayn te llevara de vuelta a casa.

— ¿Por qué lo va hacer? — pregunte mientras miraba a Zayn.

— Entra a la casa y empaca tus cosas ahora mismo — ordeno Louis con una voz firme.

— No quiero hacerlo y no lo haré, no hasta que me des una explicación — dije parándome enfrente de él.

— Louis... yo ahora regreso, iré a un mandado en la camioneta, para el atardecer ya estaré de vuelta — dijo Zayn.

— No tardes mucho — dijo Louis sin mirarlo, era obvio que Zayn quería dejarnos a solas. Nos quedamos mirándonos a los ojos, yo elevando la mirada y Louis como es más alto, agachándola.

— ¿Qué, no piensas decir nada? — le dije altanera. No respondió y paso por un lado mío como si no estuviera ahí.

— Ven, te ayudare a empacar tus cosas, para que te vayas de una vez, mientras más rápido mejor — dijo mientras avanzaba para entrar en la casa.

— Idiota... — dije en voz baja, creí que no me iba a escuchar.

— Disculpa, ¿Qué has dicho? — pregunto, más bien me estaba dando la oportunidad de cambiar lo que había dicho.

— Dije que eres un idiota.

— Ven aquí — Dijo y me tomo del brazo jaloneándome para entrar en la casa — No pienso discutir más contigo, te vas a ir quieras o no.

— No dije que no quería irme, solo quiero una explicación.

— Escucha bien Amy, No te la quiero dar ni me importa lo que quieras saber. Por fin tendrás todo lo que siempre me reprochabas, te iras a casa una vez más, anda, vamos a hacer tu maleta.

(***)

— Louis no... — ella estaba apunto de derramar lágrimas — no puedo irme todavía — sabía que quería llorar y que su voz temblaba, pero no quería voltear a mirarla porque sabía que si lo hacia también lloraría y no quería que me viera débil.

— Tienes que irte — dije echando la poca ropa de Amy en una maleta.

— Louis...

— Serás muy feliz con tu familia, veras todo aquello de lo que yo te aleje.

— Louis.

— Y volverás a la escuela, volverás a ver a tus amigos.

— ¿Louis podrías dejarme hablar?

— Necesitas cambiarte de ropa, en la ciudad debe hacer mucho frío.

— Louis no me quiero ir...

— No importa lo que quieras ahora, tu vida es y será mejor haya con los tuyos.

— Louis, te quiero — dijo y por fin volteo a verla, sentí mi corazón caerse y romperse en pedazos cuando vio sus ojos llenos de lágrimas y su nariz roja. Me acerque a ella y la abrace, deposite un leve beso en su frente mientras apretaba los ojos, no quería soltarla.

— Tienes que irte princesa.

— No puedo — dijo ella llorando.

— Si puedes — afirme.

— No quiero — dijo entre sollozos, mientras se aferraba a mi cuerpo pegando su cara a mi pecho.

— No llores por favor — le pidió.

— No me dejes ir.

— Tienes que hacerlo, tu padre te necesita.

— Louis, esto es muy difícil para mí.

— ¡¿Y crees que para mí no lo es?! — me exalto — ¡¿Crees que para mi no es difícil dejarte ir?! cuando me costo tanto trabajo tenerte conmigo. Te quiero y lo haré siempre, juro que algún día nos volveremos a encontrar, aunque ese día no será mañana, ni la siguiente semana ni el siguiente mes.

Tiempo al tiempo mi niña, pronto volveré a mirar tus ojos. Solo dame tiempo. Prometo que la próxima vez que nos miremos nuevamente a los ojos, será cuando el destino decida juntarnos de nuevo, prometo que la próxima vez que bese tus labios será cuando me ames tanto como yo a ti. Prometo que la próxima vez que tome tu mano, no la volveré a soltar jamás. Me prometía en silencio para mi mismo mientras la abrazaba, envolvía su frágil cuerpo lleno de inocencia y ternura, aunque en mis planes no estuviera dejarla ir nunca, sabía que si algo le pasaba a su padre ella no me lo perdonaría jamás.  

Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora