Capítulo 5 : Segundo ataque.

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Tomo mis manos con una de las suyas y con la otra tapo mi boca. Intente gritar, estuve equivocada al pensar que no era una mala persona. Quería gritar y que papá me escuchara para rescatarme de las manos de ese tipo. Estuve forcejeando con él en mi cama hasta que hablo.

— Tranquila Amy — su mano seguía en mi boca - no vengo hacerte daño alguno — sus palabras se escuchaban sinceras, depositaba varios besos en mi cabeza, yo estaba de espaldas con él, no estaba enojado a pesar de los rasguños que le proporcione cuando logre liberar una de mis manos — tranquila cariño...

— ¡Sueltame bastardo! — intente decir pero no se podía entender que decir y menos con su mano impidiendo la salida de mis palabras.

— Te he dicho que no te haré daño Amy, no te asustes — ¿Qué no me asuste? ¿Qué mierda pensaba este tipo?, ah claro, es de lo más normal que alguien entre a mitad de la noche a tu cuarto cuando estas dormida en ropa interior y te impide moverte y hablar, ¡Claro que no me asusto! — deja de moverte tan brusco Amy puedo lastimarte — me calme y deje de hacer fuerza contra él, me estafa asfixiando, de la desesperación que sentía respiraba más rápido de lo normal solo por mi nariz, que se encontraba un poco mormada.

(mormado/a significa cuando sientes tapada la nariz y cambia tu tono de voz así como cuando te apachuras la nariz y hablas.)

— Eso Amy, muy bien. Puedes estar segura de que no te haré daño alguno, ¿Okey? — retiro su mano de mi boca y cuando libero mis manos que había vuelto a atrapar, me desplome en la cama, no sé por qué, pero no sentía vergüenza alguna de que el me mirara solo en bragas y sostén, o tal vez estaba cansada por tanto forcejeo. Mi manera de respirar era fuerte, necesitaba aire, se recostó a un lado mío y me atrapo entre sus brazos, tal vez su intención no era hacerme daño, entonces no se cuales sean las verdaderas que tenga hacia mí, Acariciaba mi cabello y daba besos sobre mis hombros desnudos, mi piel era víctima de constantes escalofríos, nunca había pasado por algo igual.

— Ya lo ves, te lo dije, no vengo hacerte ningún daño - su voz era tranquila y baja, ya que si hablaba muy alto papá descubriría que alguien me tenía en esa situación. Estaba dispuesta a verlo a la cara, pero este no me dejo, paseaba sus manos por mi vientre, y me apego más a su cuerpo.

— No voltees — dijo en mi oído, seguido de eso, deposito un beso en mi mejilla, podía sentir la suavidad de sus manos, era pacifico, a pesar de la situación me sentía tranquila, aunque está mal de la forma en que me tenía entre sus brazos.

— ¿Quién eres? — pregunte con la voz temblorosa.

— Shh... — hizo un sonido para que parara de hablar — no hables tan fuerte cariño, alguien puede descubrirnos.

— Te hizo una pregunta — baje mi voz — ¿Quién eres y que quieres de mí? ¿Por qué me haces esto? — él entrelazo sus dedos con los míos, llevo nuestras manos hacía él y dio un beso en la mía. Era algo ¿Lindo? Después llevo nuestras manos a mi vientre y ahí se quedaron quietas ¡Por fin!.

— ¿Quien soy? creo que ya lo sabes, ¿Qué quiero? a ti, te quiero a ti, así tal y como eres, eres mía — sus palabras eran lindas pero no podíamos seguir así, como estábamos, en mi cama, semidesnuda, él acostado conmigo, Definitivamente no.

— Pero no me conoces, ¿Sabes? Estas no son formas de tratar a una señorita que dormida plácidamente.

— Te conozco desde hace tiempo, soy la razón por la cual sierras las cortinas antes de cambiarte después de la ducha — sus palabras me sorprendieron, entonces si me estaba espiando. ¡Dios! Que miedo sentí ante sus palabras — y era la única forma de que no salieras corriendo, cuando te quisiera hacer esto en algún otro lugar, como hoy por la tarde — recordé lo que me hizo y la furia se quería apoderar de mí, pero debía mantenerme tranquila — ¿Sabes? discúlpame, no era esa mi intención — aclaro.

Secuestrada → l.t PAUSADA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora