Hannah
—No me lo puedo creer—dijo Dylan riéndose como loca—Jake Phelan y tú atrapados en el depósito de las pelotas, entonces, ¿Jugaste con sus pelotas?
—Que asco, ¡Dylan!
Ambas nos reímos y seguimos comiendo el enorme helado que estaba entre nosotras, fuimos a Thuner's, nuestro lugar favorito para pasar el rato antes de reunirnos con Patrick y Harry.
—Tengo que contarte algo Hannah...—dijo Dylan un poco más seria—Pero prométeme que no dirás nada ni actuaras diferente.
—Okay, está bien, pero, ¿Qué es?
Un silencio se adueñó del lugar, sentía como si todos estuvieran escuchando nuestra conversación.
—Me acoste con Patrick...—susurró Dylan muy bajito pero suficientemente alto para que yo lo oyera.
Me reí un poco y la mire con la expresión " ¿Es en serio? " yo ya sabía hace mucho que ellos se acostaban, una vez fui a la casa de Patrick y encontré la tanda azul marina de Dylan que solo usa para "ocasiones especiales".
—¿Y Mac? ¿Lo sabe?—pregunté ahora si más seria, Mac era un buen chico y no me parecía que Dylan lo traicione de esa manera.
—El está en la universidad ahora, casi ni me habla, así que también debe estar teniendo sexo con alguna chica de fraternidad—Dyl se encogió de hombros y siguió comiendo su helado—¿Ya lo sabías?
Asentí con la cabeza y ambas nos pusimos a reír como locas, Dylan no tenía muchas amigas por su personalidad al igual que yo, por eso cuando nos conocimos a los 10 años nos volvimos inseparables.Después de pasar toda la tarde en la casa de Patrick con Harry y Dyl me fui a casa caminando, quería tener un momento a solas, lejos de todo lo caótico sucedido hoy en la escuela. Mientras caminaba pase por la tienda de música donde trabajaba Tate, no pude evitar sentir un nudo en la garganta.
—Superado mis pelotas—pensé.
Entre a la tienda y me di con la sorpresa de que Ian ahora trabajaba ahí, el chico novato que Stephan golpeó.
—Hola—me dijo en cuanto me vio—¿Cómo estás Medussa?
—¿Medussa por qué?
—El que se atreva a mirarte será condenado a un castigo eterno—Ian me miro y sonrió un poco—¿Qué tal hoy?
—Todo bien, aún no vuelvo piedra a nadie pero es temprano.
Ambos nos reímos un rato y luego nos miramos un momento, él tenía algo familiar en su rostro que no lograba asimilar, como si lo hubiera visto antes.
—¿Quieres ir por comida China? Ya termino mi turno—dijo Ian quitándose la gorra de la tienda.
—Esta bien, vamos.
Ambos salimos de la tienda y al otro lado de la calle estaba en restaurante de comida China, pedimos para llevar y nos sentamos en un parque a comer.
—¿Por qué estás prohibida?—preguntó Ian mientras sujetaba sus fideos con los palillos.
—Porque Kendall cree que es lo mejor para mi, tuve un corazón roto y el se lo tomo muy personal.
Ian soltó una pequeña carcajada y siguió comiendo, me resultaba extraño que me halla invitado a comer aunque, esto no era una cita, estábamos charlando mientras comíamos tallarines en salsa de soja y pollo teriyaqui.
—No le tengo miedo a tu hermano—dijo de pronto mirándome—Debería dejarte tranquila.
Baje la mirada y seguí comiendo, no quería hablar sobre él porque permitía que Kendall fuera tan controlador, era un asunto de familia.
—Ya es tarde, debo volver a casa—vote el empaque de comida China en el tacho y mire a Ian—Fue un gusto comer contigo Ian.
—Igualmente Hannah Dixon.
Tome un taxi a casa y recibí un mensaje de un número que no conocía, en cuatro o abrí lei lo siguiente:
Hannah, hola, ¿Estás libre este fin de semana?
Jake.
A lo que respondí:
No.
Apague mi teléfono cuando llegue a casa y apenas estuve adentro escuché a Kendall y alguna chica teniendo sexo en su habitación. Esto me parecía tan injusto, él podía hacer lo que quisiera con quien quisiera pero yo no puedo hablar con nadie porque todos me tienen miedo gracias a él. Esto debía parar y yo haría que pare.
Encendí mi teléfono y llame a Jake Phelan.
—Hola Dixon, ¿Qué pasa?—dijo al otro lado de la línea.
No sabía que decir, no sabía si hacerlo o no pero en cuanto escuche a esa chica decirle a Kendall "papi" no hubo mucho que pensar.
—¿Nos vemos?
—Claro, en la puerta de atrás de la piscina Flake.
Jake colgó y yo salí de casa sin hacer nada de ruido, Kendall pesara que me fui con Dyl a dormir y no molestaría.
Tome un taxi y llegue a la piscina Flake, todo estaba oscuro, fui a la parte de atrás de esta y Jake estaba ahí apoyado en su motocicleta.
—¿Me extrañaste?—dijo Jake riéndose.
—¿Qué haremos?
Jake sacó una llave de su bolsillo y abrió la parte trasera de la piscina, entramos y encendió las luces y le quitó la cubierta mecánica presionando un botón.
—Nademos.
Jake se empezó a desvestir y yo también, era una noche bastante calurosa así que resultaba una buena idea nadar.
Recordé que estaba con ropa interior algo pequeña así que me tapé de inmediato con mi playera la parte de abajo.
—¿Tienes algún problema con tu playera que siempre la pones delante tuyo?—Jake se acercó a mi lo suficiente y tomó la playera con sus manos y la botó a un lado—Así está mejor.
Nos quedamos muy cerca el uno del otro hasta que pude recobrar el control de mi cuerpo y alejarme.
—Quien caiga al agua primero es un perdedor—grite antes de empujarlo a la piscina.
—Oye! No es justo—Jake volvió a subir, me cargo sobre su hombro y se lanzó junto conmigo a la piscina.
—Jake!—grite enfadada—No me gusta lanzarme a las piscinas.
Nos miramos un momento y luego el de acercó a mi, tomándome de las caderas con los bordes de mi ropa interior.
—¿Estas molesta?—dijo en mi oído mientras bajaba mis bragas—¿Quieres que siga?
Lo abracé del cuello y asentí con mi cabeza, él empezó a besar mi cuello hasta que una luz blanca empezaba inundar toda la piscina, cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí me encontré en mi cama, con la luz del sol bañando mi cara.
—Soy una sucia—frote mis ojos y volví a recordar el sueño—Jake Phelan es un cerdo hasta en los sueños.
Me paré de la cama y me di una larga ducha, recapitulando lo que había pasado anoche, si, salí con Ian a comer pero no salí con Jake, después de que Kendall terminara sus asuntos discutimos sobre su estupida regla y lo injusta que era y tuvo que haber sido una gran pelea porque me quede dormida y él como buen hermano me llevo a dormir a mi cama.
Me puse en vestido y unos tennis y salí de casa para la escuela sola, Kendall se había quedado dormido. Mientras caminaba por el vecindario vi a Jake y Megan, ella vivía a unas casas de la mía, estaban besándose en su auto.
Al menos ella se divierte en la vida real y no en sueños como yo, me reí al escucharme decir eso, era muy extraño.
Cuando llegue a la escuela vi que las inscripciones para ayudar al baile de bienvenida, sería en dos semanas y necesitaban ayuda.
No pensé en inscribirme hasta que lo vi, vi anotar su nombre y esperé unos minutos para anotarme yo también, Kendall tiene prácticas de baloncesto en las tardes y nadie le diría que me vieron con el, estado encerrada en el gimnasio haciendo cosas para el baile.
Apenas anoté mi nombre tuve una sensación de miedo, no sabría qué hacer cuando lo vea hoy por la tarde.
Jake
Megan no paraba de llorar desde hace dos horas y no podía encontrar la forma de calmarla, odiaba el llanto exagerado de telenovela y Megan lo hacía bastante bien.
—Es lo mejor para los dos Megan, así podrás estar con tu novio de la preparatoria Tugalo—le acaricie la espalda y solté un suspiro—Me entere hace tres meses.
Megan me miro y como sino hubiera estado llorando las últimas horas se limpió la cara y me sonrió.
—UNA infidelidad mi contra CIENTOS de infidelidades tuyas, y ahora quieres cortar conmigo—dijo Megan molesta.
—La diferencia es que yo me cogia a muchas chicas pero a ti... Como que te quería, no llevo a nadie más a comer o al cine, solo me las cojo, pero tú, estás tras meses saliendo con el hijo de puta de Billy Adams y prefiero que él se encargue de ti.
Extendí mi mano hasta su puerta y se la abrí.
—Ahora bájate de mi auto.
Megan me miro sorprendida y sumamente molesta y se bajo del auto dando un portazo.
—¡Te odio Jake Phelan!
Me reí al verla por el retrovisor hacer una pataleta de niña pequeña, me sentí más aliviado después de terminar con ella, Megan era un subsionador de energía.
Era ya la hora de salida y fui a la escuela a mis prácticas, cuando me estacioné en mi lugar habitual vi en otro auto a Hannah y su ex, el chico por el que "La regla" había iniciado, Tate Amstrong, él le besaba el cuello mientras que ella trataba de alejarlo, pensé que era una discusión de "pareja" pero cuando vi a Tate taparle la boca y subirle el vestido y a Hannah golpeando el vidrio con su mano supe que no era una pelea.
Salí de mi auto, abrí la puerta del conductor del auto de Tate y lo saqué de ahí de un jalón y empecé a golpearlo. Hannah se bajó rápidamente del auto y supuse lo que pasaría, defendería a Tate y me insultaría por meterme, pero, mi gran sorpresa fue ver que se puso detrás mío.
—Jake por favor, ya no lo golpees—me dijo al oído y acarició mi brazo—Kendall y todo el equipo vendrá a ver lo qué pasa y me meteré en problemas.
La mire y luego mire al infeliz de Tate ya bastante mal. Tome a Hannah de la mano y la hice subir a mi auto.
Mientras conducía tenía los nudillos destruidos, si que le había dado un buen merecido a Tate, Hannah vio esto y me pidió que paráramos a una farmacia.
Ella se bajo y rápidamente volvió con varias cosas para curar la herida.
—Hannah no es...—empece a decir pero ella me sonrió y negó con la cabeza.
—No es nada, en serio.
Empezó a curarme las heridas con alcohol y algodón y al final vendo mis manos, hizo que no me doliera ni un poco y yo sé que duele que te curen los nudillos reventados.
—Hannah, ¿Por qué Kendall hizo la regla?—le pregunte más serio—Te lo pregunto porque, lo que vi hoy, si tuviera una hermana yo también haría que ningún otro idiota se le acerqué.
Hannah bajo la mirada y empezó a guardar todo lo que había utilizado para curar mis heridas en su mochila.
—El solo odia verme triste—Hannah me miro seria y luego acaricio mi mano—Siento mucho lo que le pasó a tus manos, era serio.
—No es nada.
Ambos nos quedamos callados un momento mirándonos, y poco a poco nos fuimos acercando hasta que alguien os interrumpió.
—Hannah—tocaron la ventana del asiento de Hannah.
—Ian.
No pude evitar cerrar mi puño y sonreírle al inoportuno invitado.
—Hannah tengo la película esa del payaso de los 80's que querías ver, ¿Vamos?
Mire a Hannah y luego voltee a otro lado, me moleste en serio y me sorprendí a mi mismo, yo no era de los que se molestaban por estupideces así.
—Ian, ahora estoy con Jake, ¿Hablamos luego?
Ian me miro sin expresión y cuando vio a Hannah le dedicó una amable sonrisa.
—Te llamó más tarde, cuídate.
Ian se fue caminando de ahí y yo me quede sorprendido.
—No debes quedarte, ¿Sabes?—le dije mirando a Ian—Parece que alguien más puede cuidar de ti.
Hannah me miro detenidamente y luego puso los ojos en blanco.
—Para que estés celoso primero deberíamos ser algo Jacob Phelan.
Me reí porque así solo me llamaba mi madre, algo que la hizo enfurecer ya que se bajo del auto molesta y sabía perfectamente con quien iría, se acercó a Ian que estaba en un café comprando cosas y se quedó con él. Confieso que, si, me molesto que se fuera con el pero no lo hizo porque prefiriera estar con él sino porque quería molestarme a mi, eso me daba ventaja sobre Ian.
Ian
El resto de la tarde me la pase con ella viendo películas y comiendo pizza, estábamos en mi habitación acurrucados en mi cama.
Mientras veíamos La Terminal, decidí arriesgarme y abrazarla, ella respondió acurrucándose en mi pecho.
—Ian, ¿puedo hacerte una pregunta?—dijo Hannah mirándome.
—Claro, la que quieras.
Hannah me miro y sonrió.
—¿Eres gay?
—No, no lo soy—me reí y la mire—¿Te lo pruebo?
Hannah se mordió el labio y asintió con la cabeza. La cargué y la puse encima mío y la empece a besar despacio y mis manos viajaron a su vestido que logré subir con habilidad, ella me quitó la playera y acarició mi pecho con sus manos.
Cuando sentí mi erección sentí que era suficiente, no podía hacerle eso a Taylor.
—Hannah...
Ella me miro un momento y luego sonrió.
—Ian, eres gay—se rio y me acarició el cabello—¿Sabes por qué lo sé?
—¿Por qué?
—Tienes una fotografía polaroid besándote con tu novio—señala la digo de Taylor y yo que estaba en mi mesa de noche—No le diré a nadie, no te preocupes.
Se colocó el vestido y me beso la mejilla.
—Tranquilo.
Y así como si no hubiera pasado nada seguimos viendo la película, cuando llego las siete de la noche, Hannah tomo un taxi y se fue a casa.
Apenas se fue entró a casa Tate, mi primo.