Amanecer entre tus brazos era una sensación única. Piel con piel. Nuestras piernas eran un enredo total. Tu negro cabello caía sobre mi almohada, tu respiración era profunda y tranquila.
Me quede embobada viendo su rostro tranquilo y sereno. Sus labios estaban entreabiertos. Su cabello cubría su frente sensualmente. Quería moverme, pero sus manos estaban plácidamente sobre mi cintura, manteniéndome cerca de él.
Mi rostro se sonrojo al recordar todo lo que había pasado la noche anterior. Trate de buscar algo de culpa en mi interior. Pero solo había una serenidad inimaginable. No hubo rastros de vergüenzas o de inseguridades. Él supo perfectamente cómo hacerme desearlo y como entregarme a él.
Una tonta sonrisa se asomó en mis la labios. Sin cuestionármelo dos veces me había entregado a ti. Chico del autobús.
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El Chico del Autobus
Short StoryMierda Mis piernas se quedan paralizadas, mi corazón palpita rápidamente y en mi estómago siento un gran vacío y a la vez un gran revoloteo al ver a ese chico sentado junto a la ventana. ¡Es tan Sexy! Que quisiera pasar mi manos por su oscuro cabel...