Eres raro. Muy raro.
Te has aparecido en la ventana de mi habitación a media noche. ¡Era media noche! La gente normal dormimos a esa hora. Me diste la excusa de que se te había olvidado darme algo esta tarde.
Cuando te pregunte que era me tomaste de las mejillas y uniste tus labios con los míos en un lento y apasionado beso. Te seguí el beso enredando mis brazos en tu cuello.
Todo era mágico. Todo un zoológico revoloteaba en mi estómago. Mi cuerpo ardía contra el tuyo. Mis labios se movían contra los tuyos precisos y seguros. Saboreábamos nuestros labios. Y me sorprendiste al acariciar mi lengua con la tuya.
Simplemente tus labios eran exquisitos.
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El Chico del Autobus
Short StoryMierda Mis piernas se quedan paralizadas, mi corazón palpita rápidamente y en mi estómago siento un gran vacío y a la vez un gran revoloteo al ver a ese chico sentado junto a la ventana. ¡Es tan Sexy! Que quisiera pasar mi manos por su oscuro cabel...