Cada vez que apareces por mi ventana, siempre pasa algo lindo, único y mágico. Me sorprendes.
¿Qué hay sobre ese sobre nombre, Dulce cafeína? Hoy nuevamente me llamaste así. Te interrogue hasta que me canse, pero no hubo forma de hacerte hablar.
Más bien me hiciste callar llenándome de besos. Besaste mi cuello, mis mejillas, mis labios... y beso tras beso se me fue olvidando que te había preguntado. Y de lo único que fui consiente es que una vez más estábamos desnudos en mi cama, amándonos entre besos y suspiros, mordiscos y jadeos.
Tal vez me esté dejando caer en un gran precipicio al enamorarme perdidamente de ti, pero sinceramente es un hermoso y apasionado precipicio.
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El Chico del Autobus
Short StoryMierda Mis piernas se quedan paralizadas, mi corazón palpita rápidamente y en mi estómago siento un gran vacío y a la vez un gran revoloteo al ver a ese chico sentado junto a la ventana. ¡Es tan Sexy! Que quisiera pasar mi manos por su oscuro cabel...