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Dos meses después.

Dulce cafeína.

Soy una grandísimo idiota, lo sé. He dejado ir de mis brazos a la única chica que he llegado amar. A la única que no sale de mi cabeza. En el día te pienso, en la noche te sueño... lo sé, es un martirio. Una dulce tortura para serte sincero. Pero no importa. Muchas veces solo quiero dormir, porque en mis sueños siempre estamos juntos, siempre estamos besándonos, acariciándonos, robándonos suspiros y gemidos del otro.

Soy un pervertido y un loco obsesionado.

¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué después de tanto tiempo vuelvo a aparecer?

Soy un maldito cobarde, esa es la realidad. No pondré como excusa el que mi mejor amigo, Jordán, me quito mi celular y todo aquello que pudiera comunicarme contigo. Tampoco en que me insistió, no, me rogo, porque te diera tiempo para que el enojo te bajara.

Lo sé, es la excusa más patética que he dado.

Pero lo que realmente quiero decirte es que lo siento. En verdad lo siento. Jamás quise que me vieras con Natalia, y mucho menos besándola. Y tal vez no sirva de nada, pero en realidad ella me beso. Yo... yo solo le correspondí, porque ella era mi novia.

He terminado con ella. No puedo estar con alguien, cuando mi corazón le pertenece a alguien más, te pertenece a ti, mi Dulce cafeína. Tan dulce, tan tierna. Siempre emanando tanta dulzura. Y esos hermosos ojos cafés que posees, me resultan tan adictivos. Como una droga, como la cafeína para algunas personas.

De ahí el apodo. Dulce cafeína. Tan dulce y adictiva.

No te pido que me perdones, porque sé que fui un imbécil y que no merezco tu perdón. Pero si realmente dices sentir por mi algo, te ruego que por favor me des una oportunidad para explicarte cara a cara. Todo. Responderé a cada una de tus preguntas.

Si deseas escucharme, te estaré esperando en la plaza a media noche. Si no llegas sabré que no quieres saber nada de mí. Que me has sacado de tu vida. Y que yo tendré que sacarte de la mía.

Tal vez suene egoísta, pero no me importa. Solo quiero que estés a mi lado, quiero tenerte para mí. Quiero saber que me perteneces y que tu amor también me pertenece. Porque aunque te falle te amo, te amo tan alocadamente que yo mismo me asusto.

En serio espero que llegues, mi pequeña Dulce cafeína.

Con amor... él chico del autobús. Ryan.

Lagrimas caen por mis mejillas. Enserio pensé que él me había olvidado. Pero tal parece que no. Ryan ha escrito que me ama.

Estaba tan segura de odiarlo, antes de entrar a mi habitación y encontrar esa nota tirada a la par de mi ventana. Porque no me sorprende que estuviera justo ahí. De seguro no le costó nada trepar hasta ella y deslizar la nota por debajo.

¡Joder! No quiero ilusionarme, pero es imposible no hacerlo cuando yo aún lo amo. Soy una estúpida por estar meditando sobre ir o no a esa pequeña plaza. La tentación está ahí y la verdad no me creo lo suficientemente fuerte para resistirme a no ir.

Porque mentiría si dijera que no lo quiero ver.

*****

Lamento la tardanza lectores :/ pero estaba con mis practicas. Las he terminado por lo tanto estare mas desocupada. Tambien tengo que darles una noticia agridulce... solo faltan 2 capitulos para que esta historia termine. 

¿Creen que Peach ira a ver a Ryan? 7u7 

El Chico del AutobusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora