A las siete de la noche Stephanie subió a su habitación para prepararse para dormir, ya que tenía un poco de dolor de cabeza y aún no podía olvidar al desconocido.
A la mañana siguiente cuando sonó su despertador, se levantó, se metió al baño, se lavó los dientes, bajó a desayunar y su mamá ya estaba sirviendo el desayuno y los chicos estaban acomodándose en sus asientos.
-¡Steph! -¿Hoy tienes que ir a la pizzería? Le preguntó Melissa.
-¡Si, después de la universidad tengo que ir! Le respondió ella entre bocado y bocado.
-¡Mamá, yo no quiero eso de desayunar, yo quiero unos waffles! Dijo Mathew.
-¡Mathew, no puedo hacer cosas diferentes para desayunar, uno: no tengo tiempo y dos: no estamos en condiciones, así que comes lo que preparé.
-¡Yo no quiero eso! Él se levantó de la mesa y se fue a su habitación para terminar de alistarse.
-¿Qué he hecho mal? Le dijo la mamá a Stephanie sentándose junto a ella.
-¡Mamá, tú no tienes la culpa, sabes que él cambió desde que papá murió! Le respondió ella.
-¡Pero cada vez está peor! Dijo la mamá con tristeza en sus ojos.
-¡Ya se le pasará, vas a ver, mami! Le contestó Stephanie a su madre, abrazándola.
-¡Bueno yo me voy, porque si no voy a llegar tarde, adiós, besos a todos! Diciendo esto Stephanie salió de la casa.Mientras ella caminaba a su universidad, iba escuchando música con el celular que le había regalado su amiga Karina, mientras caminaba iba cantando, sintió como que alguien la miraba, ella extrañada volvió a ver para atrás y ahí vio al mismo muchacho que había visto en la cafetería, sólo que él iba corriendo al otro lado de la calle, se quedó sorprendida porque nunca lo había visto en su vida y ahora se lo topaba por segunda vez en menos de veinticuatro horas ¡Estoy de suerte! ¡Si este hombre con ropa formal se ve divino con ropa deportiva se ve mucho mejor! Pensó Stephanie.
En el momento en que ella volvió a ver hacia atrás, el hombre misterioso volvió a ver hacia dónde ella, sonrió de lado pero se hizo el despreocupado. Stephanie por volver a ver hacia atrás no se dio cuenta del agujero que había en la acera provocando que callera de pansa, sacándose el aire. El hombre sólo vio cuando ella estaba boca abajo en la acera, por lo que fue corriendo hacia ella para ayudarla.
-¿Estás bien? Le preguntó él cuando la estaba levantando.
-...
-¡Oye! Le dijo él ya preocupado de que ella no hablara.
-¡Sí! Le contestó ella, pero apenas le salía la voz.
-¿Qué te pasó?
- ¡Ven déjame ayudarte! Le dijo el misterioso, por lo que la ayudó a levantarse y le puso un brazo en la cintura y ella pasó uno de sus brazos por el cuello de él.
-¡Yo no vi el agujero y se me fue el pie! Le respondió ella un poco mejor.
-¿Qué te distrajo? Le consultó.
-...
-¡Bueno siéntate aquí en esta banca, para ver!
-¿Te hiciste daño?
-¡No, estoy bien, sólo se me doblo el tobillo y me caí boca abajo!
-¡Mira tus manos, están sangrando! Le dijo él tomando sus manos que estaban raspadas y dándole un paño que llevaba con él y una botella de agua para limpiarse las manos.
-¡Eso no es nada, estoy bien, debo llegar a mi universidad! Le dijo ella con todos los colores del arco iris en su rostro.
-¿Puedes caminar bien? Le consultó el desconocido.
-¡Sí! Contestó ella e inmediatamente se puso a caminar, pero no pudo dar ni tres pasos, cuando iba cayendo al suelo de nuevo.
-¡Tú no puedes ir la universidad, ni siquiera puedes caminar! Le dijo él, sosteniéndola para que no cayera al suelo de nuevo y un poco enojado. ¿Este hombre está enojado conmigo? ¡Pero quién se cree! Pensó Stephanie. -¡Te llevaré al hospital!
-¡No! Gritó ella.
-¡Tu pie se está inflamando!
-¡No es cierto! Le dijo ella enojada.
-¡Revisa tu pie! Le dijo él, de forma autoritaria y cruzando sus brazos. Stephanie hizo lo que él le había dicho y era verdad, el pie se le estaba inflamando demasiado.
-¿Cómo sabías? Le preguntó ella, asustada.
-¡Es lógico, con lo que te pasó que eso sucediera! Le contestó él. Después de esa conversación ella fue al hospital, pero sola porque no quería que él fuera, le costó mucho trabajo a ella convencerlo, pero al final lo logró, tomó un taxi y se fue al hospital.Tres semanas después.
Ya no he vuelto a ver al apuesto hombre de la cafetería, la última vez fue cuando me caí y resultó que tenía un esguince grado uno, pero desde ahí es como si se hubiera esfumado del planeta he ido al parque, a la cafetería, pero él no está en ningún lado.
Hoy salgo tarde del trabajo a pesar de ser miércoles, pero hay mucha gente, salgo a las once y voy de camino a mi casa sola de nuevo, ninguno de mis compañeros vive por este lado, hace frío, las luces de esta calle no están bien, se apagan y se vuelven a encender y las calles están desoladas, por lo que pienso apenas para una película de miedo y sonrío por lo que pienso.
Creo que alguien me está siguiendo pero no hay nadie detrás de mí, ¡Estás loca Steph! Me digo a mi misma, continúo caminando hacia mi casa, ya me di cuenta que es mi cabeza la que está jugando conmigo desde que pensé que aquí se podría grabar la película de miedo es que las detesto entonces ya me puse negativa sobre este sitio, por el que paso desde hace tiempo, me vuelvo por segunda vez y no hay nadie y ni un solo carro pasa por aquí a estas horas.Llego a mi casa feliz, sana y salva como dice, por fin me voy a poder acostar, pero ni aquí se me quita esa sensación de que alguien me sigue.
-¡Hola mamá, ya llegué! Grito desde la puerta.
-¡Hola hija! -¿Cómo sigues?- ¡Te dije que no fueras a trabajar Stephanie! -¡Ya estoy bien mamá, me voy dormir!
-¡Claro, buenas noches!
-¡Buenas noches, mami! Voy a la cocina, le doy a mi mamá un beso en el cachete y subo a mi habitación.
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Atracción Perfecta.
Vampire¿Qué harías si la persona que amas, por la que darías tu vida, no te ha dicho toda la verdad sobre él, y te das cuenta que lo que pensabas que no existe, si es real y lo peor que tu novio es uno de ellos?