Stephan me mira a los ojos y con delicadeza aparta el pelo que se me ha salido de la cola y lo quita de mi cara poniéndolo detrás de mi oreja, lo hace mirándome a los ojos de una forma que me produce todo un mariposario en mi estómago, veo esos ojos, que me consumen ¿Qué hace? ¿Qué va hacer? Cierro mis ojos, y lo que creí que él iba hacer lo ha hecho. Stephan acaba de poner sus labios sobre los míos ¡Por Dios, esto se siente genial! Yo me dejo llevar por él, Stephan marca el ritmo de nuestro beso, este hombre besa como los dioses, me aparto de él y me miraba a los ojos de la forma que a mí me encanta.
-¡Lo siento! Le digo bajando mi mirada, soy consciente de que estoy roja.
-¿Te arrepientes de lo que acaba de pasar? Me pregunta él tan afectado como lo estoy yo.
-¡Mmm! No sé qué decir, la verdad no me arrepiento, pero no quiero sonar como una idiota si él si se arrepiente. -¡Stephanie, yo no me arrepiento! Me dice tomando mi rostro, es como si leyera mis pensamientos. Stephan se vuelve acercar a mí, de forma lenta como teniendo cuidado de no asustarme, toma mi rostro de nuevo y vuelve apartar mi cabello de mi cara, me mira como pidiendo permiso, bueno eso creo, porque en cuanto ve que no me quito o que no salgo corriendo como alma que lleva el diablo, se vuelve acercar y me doy cuenta que lo hará de nuevo y si, él me vuelve a besar y yo encantada de la vida de sentir sus labios sobre los míos.-¿Te arrepientes? Lo escucho de nuevo, sin apartarse por completo de mí y yo sigo sin abrir mis ojos.
-¡No lo sé, Stephan! Soy sincera con él y no lo sé, este hombre me confunde y no sé qué es lo que él quiere de mí, no nos conocemos.
-¿Qué fue lo que pasó? Le pregunto porque no sé por qué o de qué me protegía.
-¡Un tipo iba pasando en bicicleta con unas cosas, como que venía del supermercado e iba a pasar muy cerca de ti, pudiéndote hacer daño! Me dice encogiéndose de hombros.-¡Quiero ver tu espalda! Le digo, a lo que él se queda asombrado por mi petición.
-¿Para qué? Me pregunta sorprendido.
-¡Quiero ver tu espalda Stephan! Le digo cruzando mis brazos. Cuando él se da vuelta ¡Oh por Dios! Tiene una gran herida, no muy profunda pero si está lastimado.
-¡Stephan tu espalda está lastimada! Le digo con un poco de preocupación. -¡Eso no es nada, no te preocupes! Me dice de lo más tranquilo.Ven, dice tomando mi mano y llevándome al restaurante para comprar las bebidas, cuando entramos veo que hay muchas personas en el lugar y la mayoría son personas que han venido a hacer ejercicios.
-¡Buenos días! Nos dice una señora de unos cincuenta y tantos que está detrás del mostrador.
-¡Buenos días! Respondemos al mismo tiempo Stephan y yo, caminado hacia las bebidas.
-¿Qué quieres beber? Me pregunta, pero aún no suelta mi mano, lo que me provoca una pequeña sonrisa, él se da cuenta del motivo de mi sonrisa y también lo hace sin soltarme.-¡Quiero un Gatorade, por favor! Le digo
-¿Qué sabor? Me pregunta viendo todos los sabores que hay.
-¡El rojo!
-¡Yo también quiero de ese! Me dice regalándome esa sonrisa que me encanta. ¿Quieres algo de comer?
-¡No gracias, con la bebida estoy bien!
-¡De acuerdo! Vamos a la caja y la señora nos sonríe a ambos, mirando nuestras manos agarradas, Stephan paga, le damos las gracias a la señora y mientras caminamos hacia la salida, ella nos grita.-¡Hacen una hermosa pareja! Provocando que me ponga tan roja como un rubí y cuando le voy a decir que se equivoca, Stephan le sonríe mientas le contesta.
-¡Gracias! Gritando desde la entrada. Salimos y me dice que nos vayamos a sentar en una de las bancas del parque, aún no suelta mi mano, cuando llegamos, nos sentamos en una que está debajo de un gran árbol que nos protege de los rayos del sol que ya se siente más al ser las nueve de la mañana.-¿Estás bien? Me pregunta de la nada, tomándome por sorpresa.
-¡Sí y gracias por el Gatorade! Le digo con un poco de pena y aún extrañada de que él no hubiera corregido a la señora del restaurante, él y yo no somos novios, no somos nada.
-¿Qué pasa Stephanie?
-¡Y no me mientas! Lo vuelvo a ver y está mirándome, me levanta una ceja como forma de decirme que está esperando.
-¡Es que! No me atrevo a decírselo, va a creer que soy una niña.
-¡Es que, qué!
-¡No corregiste a la señora del restaurante, cuando creyó que éramos pareja!
-¡A mí no me molestó que ella pensara eso! Me contesta levantando los hombros, quitándole importancia, aunque me sorprendió que no la corrigiera, me hubiera gustado pensar que era porque, no sé, le gustó la idea de nosotros juntos, pero ahora que no le da importancia me siento como una idiota por haber pensado que era que él podía sentir algo por mí.-¡Ah, ok! Le contesto tratando de no sonar decepcionada.
-¿Qué sucede?
-¡Nada! Le contesto quitando mi mano de la de él.
-¡Hey, hey, hey! Me dice tomando nuevamente mi mano.
-¿Qué? Le pregunto y al ver lo que está haciendo.
-¿Por qué quitas tu mano de la mía?-¡Y sé que te sucede algo! Me dice mirándome fijamente.
-¡Nada, en verdad no tengo nada y esto no está bien! Le digo señalando nuestras manos.Escucho una voz muy familiar detrás de mí, de alguien que viene hablando con otras personas, pero esa voz la reconocería hasta en marte, y sólo pienso ¡Oh Dios, que no me vea, por favor!
-¡Stephi! Escucho a alguien detrás de mí.
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Atracción Perfecta.
Vampir¿Qué harías si la persona que amas, por la que darías tu vida, no te ha dicho toda la verdad sobre él, y te das cuenta que lo que pensabas que no existe, si es real y lo peor que tu novio es uno de ellos?