-¡Stephan, me voy a bañar o lo quieres hacer tú primero? Le preguntó ella cuando estaba tomando una camisa de las viejas que él tenía, eligió una de color verde esmeralda y un bóxer.
-¡Nos podemos bañar juntos, no sabes que hay que ahorrar agua y que va a llegar un momento en que se puede acabar! Le dijo él entrando al closet para ver lo que ella estaba haciendo, aparte que quería ver como se ponía roja por su comentario.-¡No lo voy hacer y lo sabes! Le respondió ella, dándole la espalda a Stephan ya que estaba guardando algunas camisas que había sacado del cajón.
-¡Sabes que te estoy molestando, me encanta verte roja y lo estás en estos momentos! Le dijo acercándose a ella y tomándola de la cintura con una enorme sonrisa en su rostro.
-¡No lo hagas, Stephan! Le dijo ella fingiendo estar molesta.
-¡Me encantas pequeña!
-¿En verdad? Preguntó ella.
-¿Aún no me crees? Dijo él un poco ofendido.
-¡Stephan, tengo claro que podrías tener a cualquier mujer a tus pies! Le expresó ella mirándolo a los ojos.
-¡Pero no me interesan las demás, sólo me importas tú! Mencionó él besándola.-¡Me cuesta creerte!
-¡No me importa, te lo diré hasta que me creas!
-¡Stephan, no creo en las palabras, al fin y al cabo se las lleva el viento!
-¡No sólo te lo diré, también te lo voy a demostrar, pero te pido que confíes en mí! Cuando él le dijo lo segundo cambió de actitud, se puso tenso, cosa que no estaba antes.-¡Pero! -¿Por qué yo, Stephan? Le preguntó ella.
-¡Porque me encantas, porque no eres igual a las demás, porque tú eres la que me tiene como loco!
-¿Esos porqués son suficientes o quieres que siga?
-¡Bueno, me bañaré! Y diciendo esto salió del closet y se fue al baño, ya que necesitaba meditar la situación mientas se bañaba.** Dos horas después:
-¿Te gusta la pasta? Le preguntó ella.
-¡Sí, me encanta!
-¿Te gustaría que cocine pasta con salsa de tomate?
-¡Claro bebé, yo te ayudaré! Le dijo poniéndose un delantal que estaba dentro de una gaveta y dándole uno a ella.
-¡No sabía que tenías uno de estos, bueno dos! Dijo ella con una sonrisa en los labios.
-¡Pues créelo nena, te dije que me gustaba cocinar!
-¿Por qué tienes dos?
-¡Mi mamá me regaló el segundo, dijo que era para la mujer que cocinara alguna vez aquí!-¿Nunca ha cocinado una mujer aquí? Le preguntó ella extrañada.
-¡No, nunca, bueno sólo mi mamá, pero no, aparte de ella ninguna mujer ha entrado a mi casa, eres la primera, por extraño que te parezca!
-¿Por qué? Le preguntó ella con mucha curiosidad como un hombre tan guapo nunca ha llevado a una mujer a su casa.
-¡No traigo a cualquier persona a mi casa Stephanie! Le contestó él, nuevamente tenso y ella lo notó.
-¡Stephan! Dijo ella, llamando la atención de él.
-¡Dime! -¿Estás enojado? - ¡El tono de tu voz cambió!-¡Lo siento, no te quise hablar así, es sólo hay cosas de mí que aún no sabes, pero cuando te las diga, quiero que permanezcas a mi lado! Le explicó él, tomando sus manos.
-¡De acuerdo, no te niego que eso me asusta!
-¡No te asustes de mí, por favor!
-¡Bueno vamos a cocinar, me estoy muriendo de hambre!
Viendo que no llegaría a ningún lado Stephanie decidió cambiar de tema.-¿Quieres poner música? Preguntó Stephan.
-¡Sí, me encantaría, la verdad es que no hago nada sin música!
-¡Te pareces a Laura! Le dijo él riendo. ¿Quién rayos es Laura? ¿Por qué habla de ella con tanto sentimiento? ¿Será su ex novia? ¡Cálmate Stephanie, pareces de esas novias controladoras! ¡NI SIQUIERA SOY SU NOVIA! Pensó Stephanie.-¿Quién? Preguntó ella. -
¿Quién qué?
-¿Quién es Laura?
-¿Laura?
-¡Sí, acabas de decir que me parezco a ella, cuando te dije que no hago nada sin música! Le contestó ella un poco alterada.
-¡Laura es mi hermana! Contestó él. ¡TIENE UNA HERMANA! ¡Me doy cuenta que no sé nada sobre este hombre! Se dijo ella mentalmente.-¿Quieres que yo haga la salsa? Le preguntó él.
-¡Sí, yo cocinaré la pasta y si quieres puedo hacer un poco de pan con albahaca y orégano!
-¿Pan con albahaca y orégano?
-¡Sí, es como un tipo de pan con ajo, sólo que no lleva ajo, lo que le pongo es mantequilla con albahaca y orégano!
-¡Suena rico! Le contestó él sobando su estómago.
-¡Lo es, ya lo vas a probar! Le dijo ella riendo al ver el gesto que había hecho él.**Comida lista:
-¡El pan está delicioso! Le dijo él mordiendo un pedazo.
-¡Te lo dije y tu salsa es deliciosa!
-¡Aja! Fue lo único que contestó Stephan al estar ocupado comiendo el pedazo de pan.
-¡Eres un niño! Le dijo ella, riéndose de él al estar todo lleno de migajas de pan.
-¿Por qué?
-¡Guapo, tienes migajas de pan por todo lado! Le explicó ella acercándose a él para tomar un poco de migajas que tenía en su camisa.
-¡Gracias! Contestó él al ver el montón que quitó ella de su camisa.
-¡Ya veo que te gustó!
-¡Cocinas muy bien!
-¡Stephan, sólo hice el pan y la pasta es fácil de preparar, la ciencia está en la salsa y la hiciste tú!
-¡El desayuno lo hiciste y estaba muy bueno!
-¡Eran waffles! Dijo entre risas.
-¡Bueno, pero estoy seguro que eres buena! Le dijo él para tener la última palabra.
-¡Nunca pierdes! Contestó ella.
-¡Gracias! De la nada le dijo.
-¿Por qué? Preguntó ella extrañada de su comentario.
-¡Por decirme guapo!
-¡Ay no, yo mejor voy a lavar los platos! Le contestó ella poniendo los ojos en blanco.
ESTÁS LEYENDO
Atracción Perfecta.
Vampire¿Qué harías si la persona que amas, por la que darías tu vida, no te ha dicho toda la verdad sobre él, y te das cuenta que lo que pensabas que no existe, si es real y lo peor que tu novio es uno de ellos?