-¿Está todo bien? Le preguntó Stephan.
-¡Si, era mi madre para decirme que regresaría hasta el miércoles, porque mi tía no se ha sentido bien y bueno mi mamá sabe que no me gusta estar sola por muchos días!
-¿Por qué no te quedas a dormir aquí hasta ese día? Le propuso él.
-¡Gracias, pero no te quiero molestar! Le contestó ella con las mejillas rojas.
-¡No eres ninguna molestia, más bien me harías compañía, a mí tampoco me gusta estar sólo! Mientras le decía esto, hacía pucheros.
-¡No tengo ropa! Le dijo ella con las mejillas aún más rojas y bajando la mirada.
-¡Yo te doy una camisa mía, eso no es problema, al menos no para mí! Diciendo esto con una sonrisa de medio lado, haciendo que se viera aún más sexy de lo que es.
-¡Mmm, no sé! Le dijo ella, haciéndose la tímida, bueno fingiendo más de lo que es y haciendo unos arabescos con su pie derecho sobre la alfombra de la sala.
-¡Di que sí! Le dijo él, tomándola de la cintura y jalándola hacia él y sentándola a horacadas sobre él.
-¿Qué hace señor? Le preguntó ella levantando una ceja.
-¡Nada señorita, nada que usted no quiera! Le contestó Stephan, haciendo que ella se pusiera más roja. -¡Me encantas cuando te pones así! Le dijo él.
-¿Así cómo? Le preguntó ella, no entendiéndolo.
-¡Cuando te pones roja!
-¡No estoy roja! Le dijo ella haciéndose la enojada.
-¡Sí!
-¡No Stephan!
-¡Si nena! Al llamarla así ella se dio cuenta que efectivamente estaba roja, aún no se acostumbraba a que la llamara así.
-¡Stephanie, dijiste que hablaríamos después de comer! Le recordó él.
-¡Si, lo recuerdo! Le dijo ella acomodándose mejor sobre él.
-¿Por qué siento que no crees ciertas cosas que te digo?
-¡A lo mejor porque es verdad! Le respondió ella apartando la mirada.
-¿No me crees? Le preguntó él juntando sus cejas y poniendo cara de confundido.
-¡No es que no te crea, es que no me siento de la forma en la que me llamas algunas veces! Mientras decías esto en ningún momento lo miró.-¿A qué te refieres?
-¡Cuando por ejemplo me dices guapa, bella, etc.!
-¿Por qué, si lo eres?
-¡No, no lo soy Stephan, nunca me he visto de esa manera, por eso me molestó un poco la forma en la que hablaste de esa tipa, la diseñadora de interiores! Le contestó ella, pero esta vez sí lo miró a los ojos quitando la mirada al instante.-¡Mírame y quiero que me prestes mucha atención Stephanie!
-¡De acuerdo! Le dijo ella mordiéndose el labio inferior de los nervios que sentía en esos momentos, por lo que Stephan se desconcentró por unos segundos al ver lo que ella estaba haciendo.
-¿Me quieres volver loco? Le preguntó él.
-¿Qué?
-¡Me estas matando con cada gesto, palabra o acción que haces! -¿No ves lo que eres capaz de provocar en los hombres?
-¿De qué hablas Stephan? Le preguntó ella un poco confundida adónde quería llegar él.
-¡Nena traes a un montón de idiotas babeando detrás de ti, eres preciosa, inteligente, divertida, cabezona, tierna, eres la persona más sensible y con el carácter más fuerte que he conocido, eres como: frío y calor a la vez!Cuando él terminó de hablar ella ya estaba llorando por las cosas tan lindas que le había dicho.
-¿Por qué lloras, dije algo malo? Preguntó él preocupado.
-...
-¡Dime qué dije mal, por favor, bella! Le volvió a preguntar Stephan más preocupado al ver que ella no le contestaba, sólo lloraba.
-¡No... dijiste...na...da...mal! Le contestó ella a cómo pudo.
-¿Quieres agua o algo? Le preguntó Stephan sobando su espalda.
-¡No! Dijo ella abrazándolo fuerte. -¡Bebé, lo siento, no quería que lloraras, no me gusta verte así y menos por algo que dije o haga yo!-¡No dijiste nada malo, es sólo que me emocioné por lo que me dijiste, nunca me han dicho cosas bonitas, bueno no como esas!
-¡Me encantas Steph! Le dijo él tomando la cara de ella y besándola de una forma dulce y tierna.
-¡Y tú a mí! Le respondió ella poniendo su cara entre el cuello y el hombro de él, percibiendo el delicioso aroma de su colonia y su jabón de baño.
-¿Quieres que te vaya a dejar a tu casa? Le preguntó Stephan.
-¡No, me quiero quedar contigo! Le respondió ella mirándolo a los ojos.
-¿Segura?
-¡Si, estoy segura! Le contestó ella, dándole un pequeño beso en los labios. -¡Bueno señorita son las doce de la noche, es tarde debemos ir a dormir! Y diciéndole esto la levantó como en la noche nupcial, haciendo que ella riera.
-¡Ese es el mejor sonido que pueda existir! Le dijo él de camino a la habitación dándole un beso en la cabeza.
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Atracción Perfecta.
Vampire¿Qué harías si la persona que amas, por la que darías tu vida, no te ha dicho toda la verdad sobre él, y te das cuenta que lo que pensabas que no existe, si es real y lo peor que tu novio es uno de ellos?