Mientras él pasa sus dedos por mi cara siento como si una corriente eléctrica desfilara por mi cuerpo, provocando que lo vuelva a ver y él me está mirando con tanta atención que siento como nuevamente me pongo roja y esta llego a creer que él es capaz de mirar mi alma, algo tonto pero así lo siento.
-¡No sientas miedo de mí! Esa voz me hipnotiza, es tan grave, ese acento que no sé de dónde es le da un toque sensual, no logro saber el motivo por el cual me tranquilizo pero le respondo que si sólo con mi cabeza sin darme cuenta.
Él maneja como por unos cuarenta minutos, cuando de lejos observo una casa grande, elegante, hermosa y él presiona un control, haciendo que el portón se empiece abrir, entramos y veo un hermoso jardín, es grande y bien cuidado.-¡Wow! Sin querer digo. Siento que él me está mirando por lo que lo vuelvo a ver y se me queda viendo.
-¡Lo siento, es que me encanta el jardín! Ay va a creer que soy una idiota, pero el jardín me trae recuerdos de cuando era pequeña.
-¡No tienes por qué pedirme disculpas!
-¿Te gusta la jardinería?
-¡Si, cuando estaba pequeña y me quedaba a dormir donde mi abuela, pasábamos la tarde en su jardín, era grande, ella siempre lo mantenía hermoso! Stephan sólo asiente con su cabeza, quitando la llave del contacto.
-¡Espera! Lo veo bajar del auto y da la vuelta para abrirme la puerta, cuando la abre me ofrece su mano para ayudarme a salir.
-¡Gracias! Le digo con un poco de rubor en mis mejillas, pero cuando me muevo para salir, pongo mi pie, me duele y se me dobla, haciendo que él me vuelva a cargar.
-¡Te tengo! Me dice, con media sonrisa en su boca perfecta.
-¡Si querías que te cargara sólo tenías que decirlo! Me quedo en shock por lo que acabo de escuchar.
-¿Qué? Le pregunto mirándolo a los ojos, esos ojos que me encantan.-¡Si querías que te cargara, sólo tenías que decirlo! Me vuelve a repetir con la sonrisa más grande. Pero ¡Este tipo piensa que deseo estar en sus brazos, es un idiota! -¡Déjame! Le digo enojada y me muevo para que me ponga en el piso.
-¡Quédate quieta!
-¡Suéltame, no quiero que me ayudes, prefiero arrastrarme, a que tú me ayudes, idiota!
-¡JA, JA, JA! Se está riendo de mí ¿Me le parezco a un payaso?
-¡Eres un estúpido, engreído y arrogante! Le grito tan fuerte que me duele la garganta.
-¡Ya no te enojes, estoy molestándote! Me dice con la sonrisa de medio lado, con la que cualquier chica se derretiría al ver a un tipo tan guapo como él ¡Ya no estoy enojada con él, ya se me pasó el enfado!
-...Entramos a la casa y no es como el exterior, es mucho más hermosa, es demasiado grande, la sala es inmensa y los sillones son negros, las paredes son de color crema, la pared del frente es de puro vidrio, va del techo al piso, tiene un cuadro grande de un bosque, es del tipo tríptico deluxe se encuentra en la pared que está a mi derecha y a mi izquierda hay unas escaleras en forma de caracol, en el techo hay una lámpara hermosa y grande, no tengo palabras para lo que tengo delante de mí, teniendo en cuenta que sólo he visto la sala y no me puedo imaginar el resto del domicilio.
Escucho unos pasos detrás de mí, me vuelvo y veo a un hombre de unos cuarenta años talvez cincuenta a lo mucho, es la viva imagen de Stephan, sólo que con unos años más y es impresionante, ya sé cómo será Stephan cuando tenga más edad.-¡Hola hijo, me dijiste que nos veríamos aquí!- ¿Cómo estás? -¡Me extrañó que dijeras que venías! -¿Qué sucede? El papá de Stephan se acerca a él y se dan un abrazo y él me vuelve a ver por encima del hombro de su hijo ya que yo estoy detrás de Stephan.
-¡Hola papá, si es que necesito que por favor revises a Stephanie, desde hace días se dobló el pie y aún le duele, aparte quiero que le veas una de sus muñecas! Le dijo Stephan viéndome y está muy serio, me asusta cuando está así.
-¡Hola Stephanie, mi nombre es Mishca, bienvenida! El señor toma mi mano y le da un beso, me quedo asombrada por el gesto.
-¡Hola señor! Le contesto y mi voz suena como si me hubiera comido una flauta.
-¡Nada de señor Stephanie, por favor, me hace sentir más viejo! Me dice el papá de Stephan con una sonrisa de medio lado, ya sé a quién heredó Stephan su encanto.
-¡Disculpe! Le digo tomando mis manos pero de repente me lastimo la mano, y hago una mueca por el dolor. -¡Dame tu mano por favor Stephanie! Me dice Mishca extendiendo una de sus manos para tomar la mía.Extiendo mi mano lastimada y él observa mi muñeca, la presiona un poco y se la quito como reflejo por el dolor que sentí.
-¡Lo siento Stephanie! Me dice él volviendo a tomar mi mano.
-¡Está bien, señor!
-¡Mishca! Me dice él nuevamente con una sonrisa que hace que me ponga de todos colores.
-¡Mishca! Él examina mi mano, se levanta y dice que ya vuelve, Stephan se le queda viendo a su padre y después me vuelve a verme y siento que me hago pequeña con la intensidad de su mirada.
-¿Te dolió mucho?
-¡Un poco!
-¿Quieres algo de beber? No lo había visto tan sereno, la primera vez que lo vi no se veía tan tranquilo y mucho menos ahora en el restaurante, creí que él iba a matar a Bruno.
-¡No quiero molestar, gracias! Le contesto con un poco de vergüenza.
-¡No eres molestia! Me dice con una voz que derretiría el polo norte y mirándome a los ojos ¿Deseas un refresco?
-¡Si, gracias! Stephan se da media vuelta y camina hacia la cocina y veo que en ese momento regresa Mishca con algo en la mano de lejos no puedo apreciar qué es.-¡Lo siento por hacerte esperar!
-¡Está bien! Le digo con la cara roja. -¡Dame tu mano! Y así lo hago, él la toma y me pone una compresa fría, al principio me duele pero después se me pasa, al cabo de un rato él se pone de pie de nuevo y me dice que ya vuelve que se ha olvidado de algo y se marcha.
-¡Toma! Me dice Stephan dándome el vaso de refresco.
-¡Gracias! Le digo y sin darme cuenta me la bebo toda de un solo, no sabía que tenía tanta sed, él me mira y sonríe, a veces creo que tengo monos en la cara porque se ríe cuando me ve.
-¿Quieres más? Me dice con la sonrisa aún en su rostro.
-¡Si, gracias, estaba muy rico! Ya vuelvo dice y se marcha.
-¡Steph, este ungüento te ayudará a desinflamar tu muñeca y te la vendaré también! Escucho que Mishca me dice.
-¡Gracias! Le contesto y el ungüento huele muy rico es mentolado.
-¡Toma! Me dice Stephan cuando me trae el vaso con refresco y también trae un plato con galletas.
-¡No sabía si tenías hambre!
-¡Gracias! ¿Por qué este hombre me provoca tantos sentimientos, me atrae demasiado pero a la vez me da tantas ganas de salir corriendo, me pone los nervios de punta y su toque en mi piel se siente tan bien?
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Atracción Perfecta.
Vampiro¿Qué harías si la persona que amas, por la que darías tu vida, no te ha dicho toda la verdad sobre él, y te das cuenta que lo que pensabas que no existe, si es real y lo peor que tu novio es uno de ellos?