La teoría de las estructuras disipativas, conocida también como teoría del caos, tiene como principal representante al químico belga Ilya Prigogine, y plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo del reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspectos caóticos. El observador no es quien crea la inestabilidad o la imprevisibilidad con su ignorancia: ellas existen de por sí, y un ejemplo típico el clima. Los procesos de la realidad dependen de un enorme conjunto de circunstancias inciertas, que determinan por ejemplo que cualquier pequeña variación en un punto del planeta, genere en los próximos días o semanas un efecto considerable en el otro extremo de la tierra.
- ¡Mamá, voy a llegar tarde! - La voz de Lauren era la más audible entre el caos que era su casa. Sus hermanos menores estaban discutiendo a causa de un mando desaparecido de la PlayStation, mientras que su padre se quejaba por lo harto que estaba de las discusiones por parte de Taylor y Chris. De brazos cruzados, la mayor de los hermanos se quedó junto al marco de la puerta, con la mochila colgando de su hombro derecho. - ¿Me llevarás o no? - Insistió, causando un suspiro por parte de Clara.
- Michael, resuelve esto, por favor. Tú, ve al coche. - Le dirigió una mirada fulminante a Lauren, quién se dio la vuelta y marchó hacia el vehículo aparcado en el garaje. Luego de una breve discusión con su marido, la madre de los tres jóvenes se hizo presente en el auto, dispuesta a llevar al colegio a la única de sus hijos que sacaba notas considerablemente buenas. Sin embargo, tener que llevarla cada día era toda una tarea, y le encantaría poder mandarla sola. La excusa que ponía su hija ante esto, era que si no la acompañaban, sus compañeros aprovechaban para burlarse de ella, y empujarla hasta llegar al establecimiento, dónde buscaba protección en sus profesores. Durante todo el trayecto desde casa hasta la escuela, se colocó los auriculares y procuró olvidarse por un rato de los problemas que inundaban su familia.
A lo largo de sus años de secundaria, Jauregui se había ganado el título de "nerd de la clase". Era una muchacha introvertida, que no se relacionaba demasiado con personas ajenas a su reducido círculo de amistades, a menos que se viera obligada a formar un equipo de estudio con otros alumnos. Por lo general, se movía por el instituto con sus mejores amigas, Allyson y Normani, quiénes eran igual de estudiosas. Las tres figuraban entre los promedios más altos, y asistían a aquella cara institución con una beca gracias a sus notas. El costo de algo así, eran las bromas pesadas que recibían por parte de otros estudiantes. Eran el blanco fácil de los bullies, y sin nadie que se interesara por defenderlas, por lo general debían lidiar solas con ese tipo de problemas. Normani era quién tenía más carácter, y la que tendía a salir en protección de las otras dos, para que se las dejara en paz. Ally era la mayor, pero su baja estatura daba a entender que en realidad era la más pequeña. Había tenido que cursar un año dos veces, y a causa de sus malas amistades, contó con la fama de buscapleitos por todo ese lapso. Sus padres comenzaron a llevarla a la iglesia prácticamente todos los días, y en su tercera vez cursando el mismo año, la obligaron a sentarse junto a la hija perfecta de los Jauregui. Desde entonces, le iba mejor.
A nadie le agradaba Lauren, a excepción de aquellas dos. Todos creían que era una niña con mucho dinero, una familia excelente, y le asqueaba la idea de mezclarse con otro tipo de personas distintas a ella. Ninguna de estas acusaciones era cierta, pero provocaban que la chica fuera aislada gran parte del día, hasta que otros grupos más grandes decidían acercarse con la intención de meterse con ella hasta que alguien la sacara de esas incómodas situaciones. En gran parte de los casos, eran sus profesores quiénes la ayudaban, y pese a que la motivaran a hacer frente a estos chicos, ella no se veía capaz de hacerlo. Tenía una personalidad muy débil cómo para revelarse.
Sus únicas motivaciones para seguir adelante, eran el amor que tenía por la música y su pasión por el deporte. Era una importante pieza del equipo de Softball escolar, y también hacía esporádicas apariciones en las obras de teatro organizadas por la institución, aportando su hermosa voz cómo música de fondo para las actuaciones, o para alguna obra que incluyera un papel femenino con varias escenas dónde requiriera cantar. Estas actividades extracurriculares la mantenían de pie, sin importar que ir allí era un desafío cada día. Era impresionante lo mucho que podía aguantar, antes de necesitar echarse en su cama a llorar, hasta que su padre llegara a darle un abrazo y consolarla. Aunque claro, nadie se fijaba en su gran fortaleza, preferían enfocarse en que era una friki y esa era razón suficiente para hacerle la vida imposible.
Y aquella jornada, no sería distinta al resto.
El reloj de su muñeca indicaba que ya eran las ocho y media. Estaba tarde por veinte minutos, algo que nunca antes le había sucedido. Era conocida por ser muy puntual, y a cualquiera le extrañaría que estuviera llegando con retraso. Al llegar a la entrada, no vio a nadie rondando. Todos debían de estar en clase ya. - Perfecto, llegué tarde... - Se quejó, tras un suspiro. Ese simple hecho, ocasionaría que no pudiese sentarse junto a Ally. Asignarían parejas para la tarea de literatura, y si no llegaba a tiempo, su compañera por excelencia sería asignada a alguien más. - Por lo menos llegaste. Anda, te veo a la salida. - Se despidió su madre, sin muchas ganas, antes de que la menor abriese la puerta y se marchase a toda velocidad, con rumbo a su salón de clases. Subió las escaleras, sin el mínimo cuidado de no caerse, y recorrió el largo pasillo a las corridas. Finalmente, había llegado a su salón.
Abrió la puerta con rapidez, para encontrarse con que el resto de sus compañeros ya estaban en sus respectivos lugares. Algunos hicieron bromas sobre ella al verla entrar, pero hizo caso omiso a las mismas. Su profesora la recibió con una expresión algo seria, en comparación a su usual sonrisa al verla llegar.
- Buenos días, Lauren. Llegaste tarde. - Le recordó, señalando con la cabeza el reloj que colgaba sobre la pizarra.
- Lo sé, lo sé, señora Cowell. Lo siento mucho. Tuve algunos problemas en casa. - Se explicó, en voz más baja.
Al fijarse en los asientos disponibles, se dio cuenta de que Ally ya se encontraba en pareja con Normani. Sólo quedaba un asiento libre, el cual no pretendía ocupar por ninguna razón.
- Quería comentarte algo, Lauren. - La profesora alzó la mirada, hacia la única persona con un pupitre vacío a su lado. - Señorita Estrabao, ¿Podría acercarse, por favor? - Ante aquello, Lauren se esperó lo peor. Que la pusieran con esa chica, su pesadilla personificada. La susodicha se levantó del asiento, no sin antes susurrar algo hacia su mejor amiga, y se encaminó hacia la mesa de la profesora, apoyando uno de sus brazos en la misma.
- Ya te lo he aclarado antes. Es CABELLO, no Estrabao. - Dejó en claro, mostrando su típica cara de pocos amigos.
- Mira, Camila, quiero que trabajes con Lauren esta vez. Confío en que ella te ayudará con este tema, y entre las dos podrán sacar algo bueno. - Alternaba su mirada entre las dos adolescentes, que la observaban igual de disgustadas.
- ¿¡Con la idiota de Jauregui!? Debes estar bromeando. - Replicó, cruzándose de brazos. La aludida no acotó nada al respecto, limitándose a rodar los ojos.
- Cuida tu vocabulario, por favor. Ya las anoté en un mismo proyecto. Sé que lograrán hacer algo genial si trabajan en equipo. Es más, ¿Que tal si se sientan juntas hoy? -.
Si se hubiese levantado temprano, no habría derramado el café. Si no hubiese derramado el café, Chris no habría recordado la vez en que derramó agua sobre el mando. Si no hubiese tenido ese recuerdo, no habría acusado a Taylor de perderlo. Si no la hubiese acusado, su padre no habría comenzado a regañarlos a los dos. Si no los hubiese regañado, su madre no se habría metido en una discusión con él. Si no hubiesen discutido, Clara habría podido traerla a tiempo.Y si hubiese llegado a tiempo... No tendría que cooperar con Camila Cabello en un mismo proyecto.
Una pequeña variación imprevisible en su rutina, acababa de afectarla por completo. La teoría del caos.
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She keeps me Warm ;; CAMREN
Fanfiction"Lauren estaba dándole vida, y Camila estaba dándole, a cambio, la emoción de la que carecía su existencia. Eran cómo el ying y el yang. El sol y la luna." triggerwarning;; TEMAS FUERTES.