❝She's out there, somewhere.❞

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— Camila no me diría algo así, Dinah... Estoy segura de que no. No sin darme una explicación. 

No tenía sentido. Era imposible que se hubiera marchado sin más, sin siquiera decirle a dónde se dirigía. Además, ¿De dónde provenía esa repentina hostilidad?. Su primera conclusión, fue que esos mensajes no los había enviado ella. Podría haberlos enviado Alejandro, para despistarla. O Sinuhe. O cualquiera que no tuviera un mínimo conocimiento de la verdadera relación existente entre ella y la cubana. Pero no le cabía duda alguna de que Camila no la apartaría sin más, sabiendo lo preocupada que estaba por ella. Simplemente no le entraba en la cabeza. 

Intentó llevar los mensajes con la policía, pero fue imposible rastrear la ubicación del número. Era cómo si hubiesen desconectado por completo el teléfono luego de enviar esos mensajes, impidiendo que pudiera conseguirse unas coordenadas que indicaran desde dónde se habían enviado tales mensajes. Sin embargo, lo que pudieron conseguir, era que no se habían enviado en Miami. Ni siquiera en Florida. Estaban fuera del rango de búsqueda, y podrían estar en cualquier extremo del país. Incluso podrían haber abandonado el mismo. 

El hecho de que ella no quisiera ser encontrada, complicó el caso. Puede que sólo se hubiese ido, y no estuviera en peligro. Lauren sabía que eso no podía ser cierto, pero los oficiales no conocían a Camila tan bien cómo lo hacían ella y Dinah. 

— Camila es una persona compleja...

— ¡Pero no haría esto! Nos diría en dónde está, o a dónde va. O por qué se fue. ¡Cualquier cosa! 

— ¿Que crees, entonces? ¿Que su padre lo escribió por ella? 

— O su madre. Cualquiera de esos dos lunáticos. ¿Algún día te dijo algo sobre irte?

— Bueno, su sueño es ser cantante, y vivir en Los Ángeles. Y no es ningún secreto que ella sabe cómo conseguir lo que quiere. — Bajó un poco la mirada, fijándose en la última foto que se había tomado con ella. — Quizás quería empezar de nuevo. Sin nosotras... 

— ¿Y sus padres? ¿Cómo explicas que se hayan ido también?

— ¿Podrían estar persiguiéndola, para que no cuente el secreto? 

Lo que decía tenía sentido. Era posible. No obstante, su mente seguía siendo incapaz de concebir la idea de Camila abandonando Miami sin antes hablar con alguna de ellas. No tenía dinero, no tenía edad para trabajar, no tenía nada. 

Le comentaron esa idea a la oficial que estaba a cargo del caso Cabello, y ésta dio alerta a algunas patrullas de Los Ángeles, por si veían a la señorita merodead por la ciudad. Salió en las noticias, y al enterarse de su historia, una reducida cantidad de personas se movilizaron para buscar a la menor de edad, teniendo en cuenta que estaba esperando un bebé. En el instituto, al izar en el mástil la gloriosa bandera americana, se hizo en completo silencio, debido a la desaparición de uno de los estudiantes. Las últimas conversaciones también fueron difundidas en los medios, dándole a la gente la oportunidad de estar al tanto de los avances con Camila. 

La semana siguiente, Lauren se puso a releer sus conversaciones con ella, hasta llegar al punto de esos seis mensajes finales que habían marcado un antes y un después. Los leyó una y otra vez, con los ojos llenos de lágrimas. Incluso buscó indicios de que su padre lo hubiese escrito, o algún tipo de pista. Fue entonces, que cruzó por su cabeza la idea de que eran extrañas las ocasiones en las que Camila escribía cuidando tanto su ortografía, hasta con las mayúsculas al principio. 

Cómo una tonta, juntó todas las palabras que llevaran acento, sin formar nada útil. Pero cuando decidió juntar las mayúsculas... Se quedó pálida. Quizás fuera casualidad, pero... formaban un lugar. Un estado. Tucson. 

She keeps me Warm ;; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora