❝Chaos theory iii.❞

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La teoría de las estructuras disipativas, conocida también como teoría del caos, tiene como principal representante al químico belga Ilya Prigogine, y plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo del reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspectos caóticos. El observador no es quien crea la inestabilidad o la imprevisibilidad con su ignorancia: ellas existen de por sí, y un ejemplo típico el clima. Los procesos de la realidad dependen de un enorme conjunto de circunstancias inciertas, que determinan por ejemplo que cualquier pequeña variación en un punto del planeta, genere en los próximos días o semanas un efecto considerable en el otro extremo de la tierra.  


  

El impacto contra su cabeza dejó inconsciente a Lauren durante varios minutos. 

Lo último que llegó a sentir fue el golpe de su cuerpo contra el suelo. Tras eso, se deshizo en la nada. No supo que fue de ella, de Dinah, o de Camila. 


Al abrir sus ojos nuevamente, su abdomen estaba sujeto al respaldo de una silla gracias a una serie de cuerdas, al igual que sus piernas lo estaban a las patas de ese mismo asiento. Estaba sujeta con tanta fuerza que se le dificultaba la respiración. Los ojos le ardían, cómo si quisiera llorar, pero no pudiera hacerlo. 

Le tomó un poco el calmarse, y mirar a su alrededor. Estaba en una sala oscura, con una única luz que colgaba del techo, y se balanceaba de un lado a otro cómo si aquello fuera una vieja escena de interrogatorio policial. Pero sabía que no tenía la suerte de estar actuando para una película. 

Sentía las cuerdas. Olía la humedad. Notaba el sabor de la sangre en su boca.  

Aquello era real


Cuando otra luz se encendió, casi por arte de magia, pudo ver una figura escuálida al otro extremo de la habitación. Diferenció el bulto en su vientre, que podía apreciarse sin problemas dado que la dueña de aquél cuerpo estaba en ropa interior. Un conjunto deteriorado y sucio de ropa interior. Reconoció también el largo cabello castaño, lacio pero desordenado, en estado penoso. Y lo que también pudo ver, fue la expresión de confusión y pánico que abarcaba todo el rostro de esa morena. 

  — ¡Camila! —  Su búsqueda había llegado al final. Estaba ahí. No era lo que tenía en mente cuando salió con el objetivo de recuperar a Camila, pero había obtenido un resultado. Estaban cara a cara otra vez. — ¡Camila! ¡Por Dios! ¿¡Que te han hecho!? 

Ella la observaba inmóvil, en el piso. Trataba de incorporarse del todo y quedarse sentada, pero se caía de rostro al piso, cómo si sus brazos fallaran. Se notaba que le dolían. Casi tanto cómo a Lauren le dolía verla así. 

Por más que le gritase, ella no parecía oírla. Cómo si estuviera en una especie de trance. ¿Estaría drogada? ¿O algo peor? 

  — ¡Camz, háblame! — Insistió la ojiverde, incansable, mientras se retorcía entre las ataduras. Sus movimientos fueron tan bruscos, que logró tirar la silla, cayendo de costado. Se golpeó, pero no emitió más que un quejido mínimo. 

Trató de arrastrarse, pero sin poder mover sus extremidades, fue en vano. 

— ¡Camila! — Continuó lloriqueando, desesperada por no poder llamar su atención. La contraria no estaba sujeta por nada, podría ayudarla si quería. Pero no hacía caso alguno. — ¡Camila, ayúdame! 


Con esa última frase, fue que la castaña pudo sentarse. Ya no parecía tener dificultades para moverse, lo cual dejó perdida a Lauren. El silencio entre ellas se extendió durante unos minutos, hasta que Camila soltó una risa baja, entre dientes. 

She keeps me Warm ;; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora