El olor a sangre impregnó sus fosas nasales al apenas despertar.
Una cascada roja descendía por su frente, y no tardó en percibirlo al llevar las manos a dicha zona de su rostro. Al ver sus dedos, manchados por el líquido, entró en pánico. Se incorporó, dándose cuenta de que no estaba ni maniatada, ni sujeta de los pies. El captor la había dejado a su suerte en una habitación con las ventanas bloqueadas, seguramente creyendo haberla matado del golpe.
Le costó ponerse de pie, todo daba vueltas a su alrededor. Estaba mareada, le dolía la cabeza, y sus músculos se sentían tensos y cansados.
Supuso que la había arrastrado escaleras abajo, cual costal de papas.
Se escabulló fuera del cuartito, temerosa. Sus pasos eran lentos, suaves, buscando no emitir el más mínimo sonido. No podía oírlo a él, ni podía oír a Camila. ¿Dónde estaban todos?
— ¿Camz? — Susurró, acercándose a una de las habitaciones. No sabía si siquiera ella seguiría ahí.
Podría marcharse, si corría lo suficientemente rápido, pero ella estaba decidida a encontrarla. No se iría sin ella.
Además, Dinah y la policía no podían estar lejos. Era cuestión de tiempo para que la rescataran.
De repente, un sonido fuerte llamó su atención. Venía de la planta alta.
Subió corriendo, creyendo que la vida de su amada estaba en riesgo, y que ella podía hacer algo al respecto. Se acercó sigilosamente, mientras buscaba algo con lo que defenderse sólo para no llegar a la última instancia; tener que pelear con sus manos. No era la más fuerte, ni conocía técnicas de defensa personal. Estaba perdida, y su único motivo para arriesgarse era esa pobre chica que siempre había estado en peligro, incluso antes de que ella se acercara.
Al asomarse por la puerta, se encontró con una figura esbelta, casi esquelética. Cabello largo, lacio, hasta la cintura. Estaba de espaldas, pero podía distinguirse con claridad su piel tostada gracias a las prendas cortas y rasgadas.
Frente a ella, Alejandro. En el suelo, mareado.
— ¡Camz!
Ella volteó, y una enorme sonrisa de alivio iluminó su rostro cuando reconoció a Lauren. Corrió a abrazarla, dejando caer la madera con la cual acababa de agredir a su padre. La misma que él había usado poco tiempo atrás con Lauren.
— ¡Sabía que estarías aquí! ¡Yo lo sabía! — Celebró la cubana, sin poder soltarla.
— Aquí estoy . . . Te he estado buscando todo este tiempo. Desde que me enteré que ya no estabas.
— Y yo he intentado dejarte señales. Veo que pudiste seguirlas.
— Estuve atenta todo este tiempo . . .
Se besaron. Claro que se besaron.
Tuvieron unos pocos segundos para hacerlo, antes de que Camila tomara su mano y comenzaran a correr con el poco tiempo disponible que tenían para escapar, pero fue mágico. Fue un shock de esperanzas para ambas, un impulso de vida. Estaban juntas, y no todo estaba perdido. El sufrimiento, el viaje, la investigación . . . Todo había culminado en el momento de su reencuentro, en el que sus corazones volvieron a latir en sintonía.
Al salir de la casa, Dinah había llegado con ayuda. Rescataron a Camila, y Lauren no se movió de su lado en ningún momento. Ni siquiera cuando debieron llevarlas a ambas al hospital para comprobar que estuvieran bien.
Alejandro fue arrestado, y se otorgó una compensación monetaria a su mujer e hijas. Sinuhe fue declarada cómo una mujer demente, incapaz de cumplir una condena penal por ser la cómplice de su marido. Él enfrentó una dura pena de más de treinta años. Saldría de la prisión apenas al entrar en su etapa de vejez, habiéndose perdido la mejor parte de su vida, la cual podría haber disfrutado con su familia.
Tras un ingreso a terapia para menores, Sofia pudo rehabilitarse. Camila tomó su custodia legal al alcanzar la mayoría de edad, y ella y Lauren decidieron alquilar una casa con ayuda de Dinah. Las tres comenzaron a residir juntas, recibiendo esporádicas visitas de Ally y Normani.
Así, la vida volvió a empezar para cada una de ellas, y los hechos tan trágicos narrados en esta pieza quedaron cómo sólo una parte oscura del pasado.
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¡Saludos! Otra vez yo.
Seguro se estarán preguntando a qué viene este capítulo extra, y me gustaría explicarlo.
Yo terminé esta historia con diecisiete años, buscando darle un cierre que contuviera un buen shock, un impacto, cómo yo estaba acostumbrada a ver en las películas. Leyéndolo un tiempo después, me doy cuenta de que no pude lograrlo tan bien cómo me habría gustado, pero no puedo culparme por no haber tenido las herramientas. En ese entonces, la escuela me consumía mucho tiempo, y los problemas en mi vida personal me impedían dedicarle su merecido esfuerzo a la escritura.
Hoy, a no tantos meses de mis diecinueve, decidí volver a escribir. Y me encontré con que muchas personas estaban siendo bastante groseras con mi "yo" de diecisiete. Sólo por no recibir el final que querían, encontré muy malos modales en los comentarios. Hubo uno en particular que hoy decidí responder, y que me inspiró a realizar este spin-off, por llamarlo de alguna forma.
No voy a tolerar que nadie desprecie mi trabajo, pero no puedo meter a todos mis lectores en una misma bolsa, y sé que muchos fueron respetuosos al decirme que les habría gustado leer algo distinto. Así que, henos aquí. Quiero dedicar este final a todo aquél que haya venido con buenas intenciones, que no me haya faltado el respeto, y que no haya desprestigiado mis habilidades cómo escritora sólo por haber cometido un error. Hoy, con más práctica y creo yo con mejor narración, vengo a hacer este obsequio a quiénes sí creyeron en mi, y a quienes fueron constructivos a la hora de criticarme.
Y quiénes decidieron actuar de forma inmadura y meterse conmigo, sobretodo cuando ni siquiera estaba presente para defenderme, también desearía que leyeran esto. Quisiera que vean que he mejorado, al igual que todos lo hacen, a ver si les sirve cómo ejemplo para pensárselo dos veces antes de insultar a alguien por la forma en que hizo las cosas.
Con diplomacia todo se resuelve, y si alguien quiere disculparse, perdonado queda.
Dicho esto, creo que este final era el que ustedes querían, y aquí lo tienen, directito desde mi corazón. Espero que los haga felices, y que este cambio en mí los motive también a ustedes a mejorar y a superarse cada día. <3
Si desean quedarse conmigo, les informo que estoy volviendo a escribir. Si les gusta el k-pop, pueden esperar melodramas cómo She keeps me warm, pero con parejas cómo Jennie y Jisoo, Irene y Seulgi, Sana y Dahyun, y ¿Quién sabe? Si me animo a escribir un fic masculino, podrían ver a J-Hope y Suga por aquí.
También es posible que rehaga esta novela, o simplemente inicie otro fic camren con temática distinta. El tiempo dirá.
¡Gracias por leerme!
Con muchísimo cariño,
Ren.
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She keeps me Warm ;; CAMREN
Fanfiction"Lauren estaba dándole vida, y Camila estaba dándole, a cambio, la emoción de la que carecía su existencia. Eran cómo el ying y el yang. El sol y la luna." triggerwarning;; TEMAS FUERTES.