❝I know it breaks your heart.❞

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 Era deprimente no tener nuevas noticias de Camila, tras encontrarse con la casa vacía. 

Por un momento, tenía el mundo a sus pies. La casa estaba localizada, la policía se dirigía hacia allí, Camila estaba encerrada en ese mismo punto... Y, de repente, nada. Se había esfumado. 

Dinah y Lauren se comunicaban mediante cortas llamadas para darse ánimos. La rubia viajaría a Tucson pronto, sólo necesitaba que su madre y su hermana, Regina, la acompañaran. El resto de hermanos y primos que habitaban junto a ella pasarían a estar a cargo de su padre. Hasta entonces, debía limitarse a seguir el caso mediante las noticias, y estar al tanto de lo que ocurriera con el mismo. Se había vuelto bastante relevante con el paso de los meses, y muchos estaban interesados en el final que tendría Camila.

La policía seguía revisando la zona, con la esperanza de que no se hubiesen ido lejos, pero no había rastro de los Cabello en Arizona. Se dio alerta en Nuevo México, para que los patrulleros también revisaran por allí. Necesitaban estar atentos, ya que no era seguro por dónde saldría Alejandro. No salió nada nuevo, sin embargo. 

Las semanas avanzaron, y no pudieron conseguir más que algunas evidencias en la casa de Tucson. Los restos de sangre esparcidos por allí no eran de Camila, eran de su madre, Sinuhe. Al parecer, la adolescente no era la única que estaba pasándola mal en ese viaje. El estado de la menor en la familia era incierto. 

Mike comenzaba a considerar regresar a Miami, ya que no estaban avanzando. Lauren ya se había recorrido toda la ciudad, y no había nada nuevo que ver. Cuando salió, tenía una pista en concreto y un lugar para buscar, ahora no tenía nada más que corazonadas. 

  — Estuvimos rezando por ustedes hoy. —  La voz de Ally sonaba igual de dulce, incluso si se manifestaba a través de un teléfono público. —  ¿Que tal todo?

— Seguimos en la nada... —  Replicó Lauren, desalentada. —  La buscamos por todos lados, pero ya no está aquí. Y no hemos vuelto a saber de ella. Me preocupa que... Q-Que...

— Tranquila, Lolo. Camila es inteligente, ella sabrá arreglárselas para mantenerse en una pieza. —  Le garantizó, queriendo sosegarla. — Tenemos que dejarlo en manos de Dios. Él la traerá sana y salva de regreso.

— No sé, Ally... No quiero dejar pasar más tiempo. — Apretó los labios, realmente angustiada. — ¿Y si llega a su fecha de parto y aún no la encontramos? No puede tener al niño sola, y es obvio que no la llevarán a un hospital. ¿Que haremos si eso pasa?

— No pienses en eso aún. Ella tendría apenas cuatro meses. Para cuando tenga que dar a luz, ya la tendremos de nuevo aquí, y todo saldrá bien. Mi papá la atenderá, conoceremos al bebé, y se irán juntos a un sitio en el que puedan vivir en mejores condiciones. Tenemos todo bajo control. 

— Me gustaría pensar así, pero no puedo. El padre de Camila está loco.  No podemos dar nada por sentado. 

Sus conversaciones con Ally no eran de demasiada duración, ni variaban mucho unas de otras. La rubia intentaba darle ánimos, pero no había caso. La casa vacía había sido un shock de frustración para Lauren. Necesitaba algo a lo que aferrarse, un punto para seguir.

Sin embargo, ese día sería distinto, aunque ella no lo supiera. 

  La policía seguía con el intenso rastreo de la adolescente, pero sin nuevas pistas, era complicado avanzar. Una de las comisarías de Tucson estaba comprometida a encontrarla, teniendo prioridad por ella por tratarse de una menor de edad, embarazada.


Esa tarde,  recibió un mensaje curioso. Provenía de un número desconocido. Al revisar la imagen del mismo, sin embargo, dedujo que se trataba del teléfono de Sinuhe.

— Mira si es ese lunático. —  Advirtió Mike, revisando el mensaje de audio que había llegado al teléfono de su hija, sin atreverse a reproducirlo. —  Dios sabe qué puede haberte mandado. 

— Bueno, de alguna forma hay que averiguarlo, ¿No? —  Lo observó de soslayo, indecisa. Finalmente, acercó el dedo al pequeño botón, y el audio comenzó a sonar. 


Era la voz de Camila, tan fácil de reconocer, cantando una canción. 

"I know it breaks your heart, move to the city and a broke down car and..." Comenzó la muchacha, con su voz tan dulce para cantar, estremeciendo a Lauren. "four years no calls, now you're looking pretty and a hotel bar and I-I-I, can't stop. No, I-I-I can't stop." Padre e hija escuchaban con atención, analizando cada segundo que oían. Debía de haber algo oculto allí. "So baby pull me closer, in the backseat of your Rover. That I know you can't afford, bite that tattoo on your shoulder. Pull the sheets right off the corner, of the mattress that you stole. From your roommate back in Boulder, we ain't ever getting older." Cuando comenzó a tararear la parte sin letra, el audio se cortó. Eso era todo. 

— ¿Que demonios fue eso, Lolo? — Mike frunció el ceño, extrañado. 

— Camila cantando Closer, papá. —  Replicó ella, igual de confundida. ¿Debía tomar eso cómo una pista? — Pero no entiendo por qué. Debe haber dejado algún mensaje tras la canción, o algún sonido mientras canta... No puede ser sólo esto. 

La joven tenía una voz preciosa. Se lamentaba de no haberla oído nunca antes. No eran las mejores circunstancias para descubrir que Camila cantaba bien.

— Vamos a llevárselo a la policía. — Sugirió el mayor, pero Lauren se decidió a reproducirlo unas veces más. No había nada extraño en él, por lo que la pista podría estar a simple vista. 

Al llegar a la comisaría, el mismo oficial que se encargaba de dirigir el caso en Arizona los recibió, y lo primero que hizo fue intentar rastrear el mensaje. No dio con ninguna localización, así que debió proceder a concentrarse en el contenido del mismo; la canción.

— ¡Hombre! ¿Cómo se las arregla Camila para enviar estas cosas? — Cuestionó otro de los policías.

— No lo sé, pero espero que esté todo en orden, en dónde quiera que esté. — Deseó Mike, mientras se pasaba una mano por la frente. 

Analizaron la grabación, cambiando el volumen, alterando la voz, y resaltando los sonidos tras la voz de Camila, pero nada nuevo. Cómo mucho, podía oírse una puerta siendo cerrada, o abierta. La pista real estaba en la canción.


Dinah Jane llegó esa misma tarde, para reunirse con su amiga. No perdieron el tiempo, y continuaron con el análisis, por cuenta propia. 

  — Bien, veamos. —  Comenzó la menor, tras reproducir el audio de nuevo. —  Se nombran sólo dos lugares en la canción, Tucson y Boulder. 

— Y ya estamos en Tucson. — Aportó Lauren. — O sea que... ¿Podría querer decirnos que está en Colorado? 

— ¿Quizás? No está muy lejos de aquí. Y es una zona rodeada por bosques, por lo que tendría muchos lugares en los que esconderse. 

— ¡Es cierto! ¡Podría estar ahí!  

— Llama a tu papá, yo llamaré a la policía. Tenemos que llegar a tiempo esta vez. 

— Entendido. Nos vamos a Boulder.  

 

(hint: no se fíen de ningún personaje a estas alturas de la historia, pequeñuelos. ni siquiera de lauren o dinah (?). hay otro antagonista entre los personajes actuales, pero está haciéndose pasar por alguien bueno, y probablemente no lo van a descubrir hasta el final.)

She keeps me Warm ;; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora