❝I need a miracle.❞

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"Hola, soy Camila. En este momento no puedo tomar tu llamada. Déjame un mensaje."

Uno.

"Hola, soy Camila. En este momento no puedo tomar tu llamada. Déjame un mensaje."  

Dos.

"Hola, soy Camila. En este momento no puedo tomar tu llamada. Déjame un mensaje."  

Tres.

"Hola, soy Camila. En este momento no puedo tomar tu llamada. Déjame un mensaje."  

Cuatro. 


  — Camila, soy Lauren. ¿Dónde estás? ¿Por qué aún no estás en casa?

Era el décimo mensaje que dejaba en ese día. Y no había respuesta alguna por parte de Camila. Luego de la fiesta, no había vuelto a saber de ella. Pensó que estaría castigada, y por eso fue a verla a su casa. Pero estaba completamente vacía. Las luces estaban apagadas, y la puerta estaba trabada. 

Le llamó la atención, pero le dio el beneficio de la duda. Quizás estaban fuera, y volverían pronto. Pero no lo hicieron. De la noche a la mañana, los Cabello se esfumaron de la faz de la tierra. 

Dinah se acercó también a la casa, y permanecieron horas allí esperando alguna noticia. Golpearon la puerta, se sentaron en la acera, revisaron las ventanas... Pero no había nada allí. Los muebles seguían tal cómo estaban la última vez que entró, y desde la ventana podía ver que el tiempo parecía haberse detenido allí dentro. Todo seguía exactamente igual, pero sin la familia que ocupaba la casa. 

— ¿Dónde están? — Preguntó Lauren, levantándose del suelo para volver a revisar el frente de la casa con desesperación. — Ellos nunca salen. ¿Dónde pueden haber ido?

— Sinu me contó una vez que querían llevar a Camila a un internado. ¿Crees qué...?

— ¿A cual?

— A uno aquí, en Miami.

— Pero si fueran a dejarla en alguno, no estarían tardándose tanto en volver. 

— No sé... Podemos investigar si no la metieron en alguno. Debe haber sido un golpe fuerte para su padre saber que ella estaba con otra chica. Siempre la amenazaba con respecto a esas cosas. 

Con la llegada de la noche, decidieron retirarse. Al día siguiente, probaron de nuevo. Y el siguiente. Y otro más. No había señal alguna de la familia. Estaban desesperándose. 

Finalmente, decidieron dar aviso a las autoridades. Por más que pudiera ser peligroso para Camila, no podían esperarla más. Necesitaban saber que estaba bien. 

Tuvieron que rellenar un formulario con la ayuda de un policía, quién iba rellenando campos dentro del mismo. Luego, les dio una copia del papel. Allí estaban todos los datos de Camila, todo lo que podían darles. Tenían veinticuatro horas de espera hasta que el caso fuera tomado. 

— ¿Alguna información extra que puedas darnos de Camila? 

— Mucha, de hecho. Hace algunos meses que quiero hablar sobre la situación de Camila, pero me daba miedo hacerlo. Pero... Creo que llegó el momento.   

— Lo estaremos grabando todo, por si sirve en un futuro para la investigación. Menciona tus datos, y luego cuéntame.   — Presionó el botón rojo de una pequeña grabadora, poniéndola a funcionar. La mujer asintió, para que supiera que podía comenzar a hablar. 

— Mi nombre es Lauren Michelle Jauregui Morgado. Tengo dieciséis, y soy... Una amiga de Camila. 

— Caso Camila Cabello. Desaparecida, Miami. Procede, Lauren. 

"¿Por dónde demonios puedo comenzar?"

— Conozco a Camila hace algún tiempo. Yo la ayudé en un momento de tristeza, y ella me devolvió el favor. Desde entonces nos veíamos prácticamente todos los días. Ella iba a la escuela conmigo, y estábamos en la misma clase. Actualmente, ella está embarazada. Estaría llegando a su primer mes pronto. Ella vivía con su hermana, y sus padres. Su padre, Alejandro, abusaba de ella. Y su madre, Sinuhe, también era violenta con ella a veces. No sé en que condiciones haya podido estar su hermana. Dinah, otra amiga en común, y yo tratábamos de ayudarla, pero ella no quería que denunciemos el caso. Le daba miedo su padre. Quiso obligarla a prostituirse una vez, por que no tenían dinero. Estaba constantemente golpeándola, y haciéndole daño. Camila se deprimía cuando él... Hacía eso. Quiso suicidarse más de una vez. Su madre le consiguió antidepresivos, y casi muere de una sobredosis. La atendió el doctor Jerry Hernández, en el hospital Mercy de Miami. Dinah y yo la ayudamos a mejorarse un poco. Ella dormía casi siempre en mi casa, a escondidas de mis padres, por que no querían que nos juntáramos. La última vez que la vi, fuimos juntas a una fiesta. Su madre dijo que quería hablar con ella, y que la pasaría a buscar. Entonces, ella nos atrapó en el baño, en una situación un poco comprometedora. Se la llevó a la fuerza, y desde entonces, no volvimos a verla. Dinah dijo que querían meterla en un internado, pero toda la familia desapareció de repente. No volvimos a saber nada de ellos, y Camila no responde el teléfono. Eso es todo. 


El botón volvió a ser presionado. La policía suspiró, procesando todo lo que acababa de escuchar. — Daremos alerta a las patrullas, y mañana comenzaremos con la búsqueda por la zona, pero esto podría haberse evitado. Deberían haber venido antes. 

— Ella no quería que dijéramos nada. 

— Pero necesitaba ayuda. ¿Cómo puede ser que en el hospital no se hayan dado cuenta de esto?

— Es mi culpa. Le di dinero al médico para que no hablara. Pensé que estaba protegiendo a Camila así. 

— Veremos que podemos hacer al respecto... ¿Tienes una foto de ella a mano? 

— Nos tomamos esta juntas con mi cámara de polaroids. ¿Sirve?  

— Sí. De todos modos, si puedes conseguirme una de ella sola, facilitaría las cosas. 

— Te conseguiré otra también, entonces.  

Poco después, ambas adolescentes abandonaron el lugar. Sin rastros de Camila, y sin ninguna pista que pudiera indicarles en dónde estaba. Mediante pasaban los días, el estrés no hacía más que aumentar. Los primeros eran cruciales para determinar la supervivencia de una persona desaparecida, y ellas seguían con las manos vacías. La policía se puso en marcha, y la buscaron por todo el vecindario. Se extendieron a la ciudad, y luego al estado de Florida en sí. No había señales de los Cabello. 

Siguieron insistiendo con el teléfono, llamando a Camila todos los días. Dejándole cientos de mensajes. Tenían la esperanza de que funcionara en algún intento. 

Hasta que, finalmente, Lauren recibió una respuesta. Al leer el nombre de Camila, su corazón dio un vuelco. 


  ☀ ☀☀

camEEla97;;  Tienes que dejarme en paz, Lauren.

camEEla97;; Una llamada no cambiará las cosas.

camEEla97;; Cuando te canses, estaré feliz. 

camEEla97;; Sólo déjame tranquila.

camEEla97;; O tendré que bloquearte.

camEEla97;; No quieres eso, verdad? 


(oficialmente pueden sacar sus conclusiones sobre esta wea, y el mensaje.  -ycontármelas- (?) no falta demasiado para el final ya, btw. 

*update: LEAN BIEN EL MENSAJE. hay algo oculto en esa parte 😈 )

She keeps me Warm ;; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora