Speech

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La expresión de Batman era de perplejidad, obviamente no me creía, y me miraba esperando que yo estallase en carcajadas.
Y podía hacerlo, fingir que la locura que acababa de escapar de mis labios no era más que una broma.
¿Entregarme? Por qué haría yo eso?
" Intentas levantar algo que ha sido derruido tantas veces que no queda piedra sobre piedra, algo que está roto."
Las palabras de Deadshot, del único chico en este planeta en el que de verdad confío, que sé que no me abandonará, rebotaban en mi enferma mente, causando estragos a su paso.
- Yo... Olvídalo.- Dije seria, pero Batman me miró con interés.
-¿Por qué me secuestrarías para luego entregarte?- Yo rodé los ojos.
-¡Porque estoy como una cabra!
- Harías lo correcto, necesitas ayuda. Gotham puede ayudarte.- ¿Podía?
- Esta ciudad nunca ha cuidado de mí. Todos culpáis al Joker de lo que me pasó, pero la culpa fue vuestra. De todos los que no os preocupáis de la gente pequeña, la que soporta esta ciudad hasta que el peso de sus cimientos les aplasta por completo.
¿Piensas que lo que haces es justo?
Sólo arreglas un error que tu gente cometió. Uno muere como un héroe o vive lo suficiente para ser un villano.
- Dos Caras dijo eso, ¿Y cómo le ha ido?
- Cada risa guarda un secreto que jamás comprenderás, ¿crees que Gotham daría algo por ti? ¿Una décima parte de los que tú le has dado?
- La gente buena de Gotham merece vivir a salvo.
-¡No me hagas reír!- Estallé en carcajadas.-¡ La gente buena de Gotham representa un dos por ciento de la población!
- Siempre habrá esperanza. La gente no se siente a salvo con vosotros en las calles. Robáis bancos, asaltáis casas... La gente empieza a robar porque son despedidas gracias a que vosotros voláis empresas por los aires, hay asesinatos y caos. Una vez el Joker me dijo que el caos era justo, pero sólo es caos. No tiene definición ni justicia ni órden, sólo eso, caos.
Mientras gente como vosotros siga libre y la demencia y el caos continúen, la gente buena de Gotham siempre será un dos por ciento.- Yo le miré un momento.
- Creo que me he pérdida la mitad del argumento. De todas formas, ¿un café? ¿Los murciélagos tomáis café?
- No, no de nuestros captores.- Dijo serio. Parecía decepcionado.
- ¿Sabes una cosa? Cuando era pequeña mi hermana y yo fuimos a la iglesia de noche, y nos encontramos una de esas ratitas con alas que tanto te gustan.
Yo la atrapé y le sujetamos contra la pared por las alas. Luego encendimos un puro y se lo metimos en la boca, ¡tenías que verle volando en eses!- Reí. Batman no parecía entender mis cambios de humor y me miró en parte enfadado por la historieta del murciélago.
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Creo que dentro de poco habrá un maratón 😉😉😉
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My PuddinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora