Promesas

1.7K 102 44
                                    

- Harley.- La voz me pilló por sorpresa. Yo me encontraba en mi habitación. Me había duchado y me había puesto ropa limpia. A pesar de no tener pensado salir, había decidido ponerme un vestido negro algo elegante, después de estar meses vestida con el blanco e impoluto mono de Arkham, el poder arreglarme me hacía sentir libre.
Me giré enfrentando al hombre que entraba por la puerta entreabierta.
- Mr J...- Sonreí. Él también sonrió y cerró la puerta a su paso.
- Es... Un vestido muy bonito.- Dijo mirando el pronunciado escote del vestido.
- Gracias.- No sabía que decir. Para empezar ¿era eso un cumplido? Y lo que era más preocupante ¿qué se supone que dice la gente cuando rompió con su novio psicópata y se vuelve cuerda y la encierran en un manicomio pero luego ponen una bomba y disparan a todo el mundo para salvarla y la traen de vuelta con su novio psicópata que además está muy bueno? Gracias no parecía una mala opción.
- Harley yo... Tú más que nadie sabes lo complicada que es... Era nuestra relación.- Se corrigió. Me sorprendía verle hablando tan clara y directamente, sin trucos ni bromas.
- Creo que deberíamos hablar sobre eso. ¿Quieres salir fuera?- Pregunté. Creo que era la conversación menos loca que habíamos tenido desde mis años como psicóloga.
Ambos salimos al balcón de mi habitación y cerré la puerta.
- Cuando me enteré de que el murciélago te había llevado consigo...- Está vez pude notar la rabia en su voz.- Harley, ¿qué crees que eres para mí?- Preguntó, la ira todavía presente en sus palabras.
Yo lo pensé un momento. Hace unos meses no lo habría dudado: el amor de su vida, su media naranja. Pero Arkham me había hecho pensar.
- Creo que... No te importa tenerme a tu lado porque... Te diviertes un rato conmigo y crees que soy fácil de manipular. Tú supiste que te amaba todo este tiempo porque, aceptémoslo, no he sido especialmente discreta, y, sin embargo no oí una palabra de cariño o aceptación. Eso lo hubiese cambiado todo ¿sabes? Una palabra tuya y ya está, saber que era correspondida. Todos estos años que me has hecho sentir pequeña a tu lado, inútil. ¿Crees que yo no sufría? ¿Que porque sé sonreír no me mataba por dentro?- Mi voz se rompió, sin embargo, a pesar de las lágrimas amenazantes por salir, continué.- Nunca aspiré a nada más que a tí. Creía que podía arreglarte, ese fue siempre mi error, pensar que había algo que rescatar, una parte capaz de amarme.
No te odio, estabas en tu derecho de no amarme, lo sigues estando, pero por favor, no juegues más conmigo. Sé que te gusta meterte en la mente de las personas, que piensen lo que tú quieres que piensen, te gusta hacerles daño y reírte de ello. Pero por favor, esta vez no lo hagas conmigo, porque no quiero volver a sentir que dependo de alguien, que me muero si un día me habla mal y me acuesto pensando en cómo será al día siguiente.- Cerré los ojos. Lágrimas rodaban ya por mis mejillas. Esperaba su risa, sus carcajadas al verme llorar. Esperaba que me dejase allí sollozando y no le importase.
- ¿Eso es lo que crees que eres para mí? ¿Alguien con quien me gusta jugar? ¿Crees que lo que dije en Arkham no iba en serio? Tú eres la reina de Gotham, mi reina. Y es cierto que pienso que era mía, siempre lo has sido.- Levanté la cabeza enfadada.- Pero yo también soy tuyo, tu rey, tu amante, tu Puddin. Tienes razón cuando dices que no hay partes en mí para salvar.- Soltó una carcajada amarga.- Y si me quieres tendrás que dejar de intentar salvarme, porque no tengo salvación, y ese es mi castigo.
Saber que haga lo que haga nunca seré los suficiente bueno para tí, porque estoy roto, y en un intento desesperado de que tú fueses como yo, de estar contigo, te rompí a tí también.
Te he hablado mal, te he pegado incluso, tampoco es que tú hayas sido muy sumisa nunca, yo también me he llevado golpes...- Rió.- Pero vamos ¿Que no te amo? Esa es la mayor locura que has dicho. Y yo entiendo de eso.- Le miré, sus ojos eran de un color azul eléctrico y estaban clavados en mí. Me acerqué unos pasos acortando la distancia entre nosotros y junté mis labios con los suyos pillándole por sorpresa. Le sentí sonreír contra mi boca para luego rodear mi cintura y acercarme más a él.
Poco a poco la intensidad del beso fue subiendo, y este era un beso distinto al resto, no era todo furia y pasión y locura. Había tristeza, melancolía, recuerdos, pero sobre todo, había promesas.
______________________

Y hemos llegado al tan esperado final. Quería deciros lo importantes que habeis sido para mí y para esta historia. No sé si habrá secuela, pero quería agradeceros por apoyar mi pequeña obra.
Me gustaría saber qué os ha parecido el libro, los personajes, cómo los he enfocado... Ns, una pequeña crítica. Otra vez gracias, pq esto ha sido muy importante para mí.
Hasta siempre Puddins 😉😉

My PuddinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora