El humo salió por todas partes cuando la pared explotó y el espejo en ella saltó en millones de pedazos.
Una fuerte alarma se activó y entre el humo salió un pequeño grupo de desconocidos enmascarados encabezados por un hombre sin máscara.
El hombre llevaba el pelo verde peinado hacia atrás y vestía con un abrigo de cuero morado.
Todos portaban metralletas y pistolas y su cabecilla reía maniáticamente. Yo mordí mi lengua, reconocía esa risa.
El grupo se paró frente a mí. Y el Joker acercó su mano a mi rostro.
Yo me aparté.
- ¿Me echabas de menos calabacita?- Preguntó y su sonrisa brilló. Yo negué con la cabeza, aún sin palabras. Sin embargo, una oscura sensación subió por mi garganta.- ¡Vamos Harley! Vamos a casa, los niños te esperan. Y tengo un par de regalos de bienvenida.- Yo le mantuve la mirada.
- No voy a ir contigo.- Dije. Y mis palabras escupieron todo el odio que sentía. El Joker pareció sorprendido por media milésima de segundo antes de ensanchar su sonrisa.
- He traído a tus amigos. ¿Recuerdas a tu primo?- Uno de los hombres se quitó la máscara y apareció el chico que había venido a verme.
-Tú...
-¡Se acuerda!
- Tú... viniste a verme.- Acabé y su sonrisa desapareció. Un hombre sin máscara salió de detrás del grupo, vestía en un mono rojo y estaba lleno de armas.
- Lo siento Harley...
- Bla, bla, bla- Le cortó el Joker.- Haz las maletas, nos quedamos sin tiempo.- Este hombre sacaba a la psicópata dentro de mí, así que me acerqué a él, a lo que sonrió.
Sin previo aviso le di una patada y le quité una de sus pistolas. Él me miró con fastidio.
- No estoy para juegos Harls.
- No estoy jugando.- Dije apuntándole. Él dio un paso hacia mí y yo retrocedí.
- No me está gustando esto. Te vas a arrepentir si no paras esto ahora, y créeme mi pequeña Harley, no voy a ser delicado.
- No me hables así.- Dije quitando el seguro. Él mantuvo la calma y la sonrisa.
- ¿Qué te han hecho? ¿Te han dicho que no te amo? ¿Que todo lo que he hecho ha sido jugar con tu cabeza?¿Que yo soy el culpable de tus problemas?
- ¿Se equivocan?- Pregunté temblorosa. Imágenes venías a mi mente, eran borrosas, no podía verlas claramente, ni siquiera eran recuerdos completos, sólo ráfagas de memorias olvidadas, fragmentos de pasado.
- No.- Dijo el payaso. Antes de pensarlo yo había apretado el gatillo y una bala plateada había silbado hasta impactar con el hombro del Joker. Este hizo una mueca y llevó su mano a la zona sacando la bala enterrada en su hombro.- Antes tenías mejor puntería.- Añadió.-Yo no te conozco. Yo no soy Harley, jamás me enamoraría de ti.- El enfado patente en su rostro era mucho mayor a cuando le disparé. No confiaba en el Joker, era un asesino, y sin embargo me producía una extraña sensación de familiaridad. A pesar de no recordar, mi cuerpo no había olvidado como mi mente, y sentía dolor y miedo al estar frente al rey del crimen.
-Escúchame.- Dijo con rabia contenida en su voz.- Cuando te encontré aquí no eras más que una psicóloga a la que todo el mundo subestimaba, cansada de su vida y que encontraba curiosidad en las mentes enfermas. Te ocultabas del mundo porque no te entendía y soñabas con abandonar tu patética vida para hacer algo por lo que mereciese la pena vivirla, algo que te hiciese sentir viva y no la aburrida rutina que odiabas.
Yo fui la primera persona en esta ciudad de hipócritas que vio tu potencial, lo fuerte que eras y lo grande que podrías ser, con una ayudita. La locura es como la gravedad, sólo...
-Hace falta un empujoncito. - Acabé la frase.
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😍😍😍😍😍Q os ha parecido el encuentro entre Harley y Mistah J?
Quería daros las gracias por apoyar la historia, enserio, no sé qué haría sin vosotras (y vosotros, si algún chico por ahí) me habeis ayudado a seguir esta preciosa historia en la que he puesto tanta ilusión y me habeis visto evolucionar como escritora (o algo así 😂)PD: Feliz casi 2017!!!
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My Puddin
FanfictionSiempre a su lado, su reina. ¿Pero merecían la pena tantas lágrimas? Mr J era el rey del crimen, capaz de traicionar y manipular a cualquiera, y sin embargo ahí estaba yo, llegando a donde nadie jamás se había atrevido. Pero ¿qué puedo hacer? Es mi...