My Puddin

San Valentín

-¿Esto es suficientemente alto?- Grité para que me oyese.
-¡No, sube un poco más!- Contestó y yo trepé por la cuerda.-¡Perfecta!
- ¿Los tienes preparados?- Él asintió sonriente.- ¡Pues sube! ¡No querrás perdértelo!- Él comenzó a trepar por la escalerilla del helicóptero hasta llegar a entrar en la cabina mientras yo continuaba colgada de la cuerda.
Lanzó una ballesta atada a un lazo hasta mí y yo la cogí al vuelo.
-¡Lista!- Grité sonriente. Él rió y dio órdenes para que el helicóptero se empezase a mover.
Hoy la ciudad estaba llena de flores rojas y música y corazones, el 14 de Febrero en Gotham era celebrado por todos los ilusos y afortunados idiotas que tenían una pareja con la que pasar el resto de su vida.
-Cupido 01 a Payaso Risitas.- Dije por el walkie-talkie que me habían dado.
-Harley, no arruines mi perfecto plan con nombres estúpidos.
- Recibido, corto y cambio, Payaso Risitas.- Casi lo podía ver poniendo los ojos en blanco.
El helicóptero se fue acercando a las calles de Gotham y yo empecé a disparar a las parejas con mis flechas acabadas en corazones.
-¡Cupido está en casa babies!- Reí mientras seguía lanzando flechas a todas la felices parejas.
La verdad es que lo hacía con algo de rencor, es decir, ser una criminal psicótica no te quita el derecho a ser feliz, pero mi Puddin es incapaz de tener una relación de amor. Obviamente me ama locamente, pero no se ha dado cuenta, porque es "El rey payaso del crimen, el archienemigo del murciélago ' y claro, San Valentín y unas flores no pegan muy bien con esa pose de tipo muy muy duro.
Pero me ama, yo lo sé, él lo sabe, hasta Batman lo sabe.
¡Mira a esa pareja de ahí! ¡Tendrán morro! ¡Eso es para mayores de 18!
-¡Buscaos un hotel!- Les Grité disparando una de mis mortales y fabulosas flechas.

- Harley Quinn, psicópata, obsesiva compulsiva, trastornos de personalidad... Fuiste acróbata y estudiaste psiquiatría para ingresar en Arkham como doctora ¿No te falta de nada?- Preguntó el hombre frente a mí. Vestía con un traje verde militar y sostenía una metralleta. Yo le sonreí. Hay gente que sólo necesita una palmaria,  en la cara, con una silla.
Esa mañana Batman me había arrastrado a ver a la bruja Waller, y ahora estaba esperando atada en una silla y vigilada por un estúpido con metralleta.
- Sí, soy bastante completa. ¿Y tú? Porque tienes que estar loco para querer trabajar aquí.
- Bueno, siempre es mejor estar trabajando que estar encerrado, tú entiendes de eso ¿no?- Yo le sonreí cínica e intenté liberarme de las esposas a lo que él reaccionó apartándose y apuntándome.
-Tranquilo, vaquero.- Reí. De repente recordé algo.- Por cierto, he desencadenado la rebelión vacuna, las vacas serán libres, así que ahora tendré un ejército de criminales y otro de vacas, yo que tu me andaba con cuidado.
En ese momento escuché los tacones de Amanda resonando por el pasillo,  lista para enviarme de vuelta a Arkham.

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Tercer cap, Harley vuelve a Arkham.
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