Capitulo 10

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El fin de semana paso como ave en busca de libertad, se fue rápido pero sin dejar de ser tortuoso, pues su cerebro y corazon permanecían destrozados, su mirada permanecía fija al suelo pues al mirar el simple iris de sus ojos la tristeza y el lamento se leían como libro abierto, su mente no dejo de trabajar en ningún momento pues en ese punto de su vida debía aceptar su realidad por mas triste que fuera, sus labios se veían lastimados pues cuando lo recuerdos de su sonrisa golpeaban su mente lastimando sus labios recibían toda la presión, de hecho un pequeño rasguño se veía marcado en estos, sus palabras eran simples balbuceos, pues no dejaba de estar nerviosa, sus manos siempre estaban frías y sudorosas, su madre mirándola de lejos noto como incluso soltaba respingones repentinos mostrando todo el estrés que cargaba sobre los hombros, y en las noches si hacia mucho silencio incluso sus sollozos eran inconfundibles.

Un gruñido fuerte se escucho haciendo que despertara, sentía una guerra interna que lastimaba su abdomen, instintivamente su mano viajo hasta este y entendió que tenia hambre, una sensación que había olvidado pues desde aquel día con Rick todo se había hecho mas difícil, y desde entonces había pasado poco mas de una semana, si, una semana, una semana ignorando sus llamadas y mensajes, sus visitas y exigencias, lo escucho llamar a la ventana mas de una vez en la noche pero en todo ese tiempo solo ignoro su esfuerzo pues estaba tan destruida que el simple hecho de verlo sabia que haría que se desplomara de una vez por todas si es que ya no lo había hecho.

Era martes por la tarde estaba sobre su árbol favorito en su patio trasero, se había sentido mejor durante su semana pues había derramado tantas lágrimas que la idea de seguir llorando solo hacia que se le hiciera repulsiva, la sensación de agua sobre sus mejillas le parecía estúpida e incluso ingenua, había aceptado de una vez por toda que las cosas eran como eran y no iban a cambiar si ella solo se quedaba llorando en su habitación, tenia tantas cosas que hacer, tantas cosas por vivir que se había cansado de estar lamentada todo el día por un sueño frustrado una ilusión lastimosa que acababa con la alegría que siempre la caracterizaba, mojo sus labios sintiendo el pequeño rasguño que seguía allí, cerca de su comisura, había pensado tanto, había estado soñando despierta una y otra vez que su cuerpo comenzaba a mostrar las señales. Bajo del árbol dirigiéndose a su habitación, rápido tomo una muda de ropa y un abrigo, su celular envío el texto mientras subía al auto.
Se encontraba sentada en la típica cafetería, a la que siempre iba y ya conocía como incluso su casa, espero nerviosa mientras jugaba con sus pulgares, minutos que parecieron horas, pasaron, mientras su pierna sostenía un movimiento constante.
—Lola —La persona que esperaba llego, levanto la vista dedicando una ligera sonrisa débil. Julia se sentó frente a ella y sus ojos brillosos demostraban preocupación. —Que bueno saber de ti, estaba muy preocupada, no contestas lo mensajes, ni llamadas, Rick no sabe nada de ti y cuando fui a tu casa nadie abrió la puerta.
—Lo siento Julia, no quise preocuparte pero necesitaba un tiempo sola —Musito, pasando un mechón de su cabello detrás de su oreja culpable.
—Lo entiendo pero ¿Como estas? Y quiero la verdad —Exigió tomando su mano sobre la mesa, captando su mirada.
—Mejor —Admitió vacilando.
—Bien... ¿Puedo saber el razón de tu llamada?
—Quiero contarle todo a Rick, necesito confesarle lo que pasa —Musito despacio, temiendo la reacción
—¿Le dirás? Lola...No hay mejor decisión que esa. —Dejo un ligero apretón en su mano infundiendo ese animo que necesitaba.
—Es que no se como hacerlo y necesito que me ayudes en eso, quiero estar lista ¿Sabes? —Los nervios poco a poco se fueron disipando mientras esa chica frente a ella demostraba estar dispuesta a pesar de todo.
—Si, lo se, hay que estar preparadas para toda posible... —Su frase se corto al momento, noto como la mirada de su amiga, quedo fija en un punto desconocido en la ventana a su lado, frunció el ceño y siguiendo su mirada se encontró con una cabellera rubia en la parada del autobús a lo lejos de lugar, su repentino movimiento dejo a la vista la mirada perdida de Vivian, parecía confundida aun de lejos.
—¿Vivian.? —Pregunto sabiendo la respuesta.
—Odia esta cafetería ¿Que hace aquí? —La pregunta fue terminada por Julia quien la miro aun con el ceño fruncido.
—Estará esperando a Rick. —Sugirió.
—No, llevo mas de una hora aquí y no he visto a Rick en ningún momento. —Hablo levantándose de su siento, su corazon latía rápido y una ráfaga vertiginosa corrió por sus venas un presentimiento que carcomía su ser.
—¿Lola que haces? —Julia se levanto siguiéndola y antes de salir del local vieron como la rubia subía a una camioneta negra, al verla partir corrió a su auto ignorando las quejas de su amiga detrás. Encendió el auto y arranco siguiendo la camioneta, su corazon iba rápido como motor y en su mente una voz decía que hacia lo correcto.
Veinte minutos después se detuvieron en un parque a las afueras de la ciudad, lo conocía muy bien pues de niña solía jugar allí, bajaron mirando como la rubia a lo lejos era acompañada por un chico alto que rápido reconoció.
—Jhon —El nombre salio de sus labios casi sin comprender ¿Que hacia Jhon con Vivian aquí? Jhon era amigo y compañero de Rick, habían hablado mas de una vez pero solía ser un chico distante y callado ¿Porque con Vivian se permitía esa confianza de salir? Siguió desde lejos a la pareja mientras Julia en silencio la dejaba actuar. Poco después se detuvieron detrás de los baños donde la pareja se detuvo a charlar.
—¿Que hacemos? —Susurro, dejando que pensara.
—Entremos al baño —Tomo el brazo de Julia y juntas entraron, miro por el lugar buscando una forma de escuchar y una ventana se diviso a lo alto. —Julia, esa ventana —Señalo —Súbeme necesito escuchar —La joven asintio ayudándola a subir mientras soltaba quejidos, saco su móvil y comenzó a grabar.
—¿Que quieres? —La escucho preguntar.
—Vivian ¿Recuerdas cuando te pedí salir conmigo aquí y aceptaste? —frunció el ceño ¿De que hablaba?
—¿Me traes para eso? —La escucho chistar molesta.
—Hace unos días estuve aquí pesando en lo nuestro y la verdad es que me di cuenta de que te amo Vivian y quiero hacerme cargo de nuestro bebé, yo quiero que seamos padres juntos —Sus palabras entraron como un silbido en su oído haciendo que casi resbalara cayendo.
—¿Hablas en serio? Jhon me alegra tanto que digas eso, ¡Yo si quiero criar a nuestro hijo juntos! —Luego de eso, bajo en silencio mientras se sentaba en el piso del lugar, Julia la miro seria igual de sorprendida, ambas habían presenciado el acto mas romántico lleno de traición, engaño y una vida destruida, y esa vida era del ser que mas amaba, abrazo sus rodillas fuertes mientras Julia yacía a su lado en silencio, el vídeo estaba allí ahora ¿Que haría?

Un amor en septiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora