Capitulo 26

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Sus pies veloces contra el piso del aquel lugar de tonos claros hacían retumbar miradas molestas y asustadizas que se dirigían en su dirección, el sabor a hierro se filtro en su boca mientras que el dolor punzante en su brazo derecho no se iba, de hecho no hacia mas que recordarle que lo que pasaba era real, su pecho en un instintivo intento de mantenerse latiente, golpeaba fuerte su pecho bombeando sangre que era capaz de salir. El miedo era latiente en el sudor que mojaba su frente produciendo ardor entre las encrucijadas de su cara.
—¡Señorita, no puede hacer eso! —Un par de mujeres se acercaron, miro sus rostros asustada y no los reconoció, frustrada en ese intento de reconocer que pasaba fuerte intentento zafarse de los agarres que la apresaban. Su mirada temblorosa se fijo en aquella alma inerte que corría metros tras ella, sus pies obedientes y fieles a su corazon se encaminaron con velocidad en busca de sentir su mano...su calor.
—¡Rick! —No entendió al momento de donde provenían los gritos, hasta que su garganta escoció dejándole en claro que era ella misma. Uno y mas agarres se forjaron en sus brazos, mientras se alejaba, la sangre en su rostro la asusto al punto de que lágrimas y gritos desgarradores salieron de si misma. Miles de preguntas se enterraban en su cabeza lastimándola ¿Porque? ¿Que pasaba? ¿Rick?.
—¡Lola!...¡Lola! —Esos gritos esa voz. Volteo desesperada en busca de algún rostro conocido, de saberse en un lugar conocido o familiar.
—Lo siento pero le aplicaremos un sedante —Un ligero dolor se timbro en su brazo, mientras las luces comenzaban a parpadear y su cuerpo se rendía ante el cansancio mientras todo volvía a ser oscuridad igual que antes.

Un pitido ensordecedor comenzó a lastimar sus oídos mientras que las luces golpeaban sus delicados párpados, su cuerpo al igual que una piedra yacía pesado sobre un duro colchón, abrió sus ojos desorientada, esperando encontrarse en su habitación de nuevo al lado del el, recuerdos impactantes se apoderaron de su mente mientras que su corazon se acelero abruptamente, trato de levantarse al darse cuenta de donde se encontraba. La mirada sorprendida de su madre quien se encontraba acostada en un pequeño sillón hizo que se detuviera, notando como su dedo y pecho parecía conectados a una maquina a su lado, su nariz tenia oxigeno y su brazo izquierdo estaba completamente cubierto con un yeso blanco.
—M-mamá —Su voz sonó mas débil de lo que espero, sus ojos tan débiles se llenaron de lágrimas al instante de comprender porque se encontraba así. Su madre se acerco con velocidad a la cama y acunandola entre sus brazos la arrullo como un bebé dejando que aquel ser que llamaba hija derramara las lágrimas que aun llevaba dentro. —¿Q-que paso? ¿Donde esta Rick? ¿Y el conductor? —Las preguntas salieron rápido de su boca en un desesperado intento de que las respuestas fueran las esperadas, las que su corazon exigía como fiera.
Su madre se detuvo un segundo, dejando las lágrimas salir, acuno su mejillas entre sus manos frías y temblorosas, llevaba ojeras negras debajo de sus ojos y estos a pesar de siempre haberse permanecido con vida hoy solo gritaban tristeza y dolor.
—¿M-mamá? —Susurro intentando arrancar de su boca las respuestas.
—El conductor no logro salvarse —Musito aquellas palabras sorbiendo su nariz mientras lamia sus lágrimas.
—¿Y Rick? —Minutos pasaron que se sintieron como horas, su madre bajo la mirada mientras que trataba de acariciar su rostro amoratado. —¡¿Mamá donde esta Rick?! ¡Dímelo! ¡Dímelo! —Aquella maquina a la cual estaba conectada se incremento haciendo que rápidamente una enfermera entrara a la habitación.
—Estas muy alterada necesitas relajarte Lola —Pidió la mujer desconocida.
—¡Tu no me conoces! ¡Déjame ver a Rick! —Su cuerpo perdido en un mar de miedo se agito violentamente.
—¡Sedante! —Un hombre mas se acerco introduciendo en sus venas un liquido que apago su mundo por completo, miro a su madre llorar desconsolada al final de la habitación y pronto todo se oscureció.

—Lola...Lola...Lola despierta —Un susurro se proporciono en su oído, un gruñido escapo de sus labios aunque su cuerpo aun no tenia las fuerzas para moverse. Abrió los ojos lentamente casi como ligeros pestañeos, encontrándose con los ojos cansados de su mejor amiga. —Hola —Musito tratando de dedicar una sonrisa.
—J-julia.
—S-si...lamento despertarte pero no podemos seguir inyectándote ¿Puedes comer un poco?
—Quiero...quiero s-seguir durmiendo —Hizo amagos de seguir en la labor que la mantenía en paz.
—Lorelay han pasado tres semanas, no puedes seguir solo durmiendo.
—¿Donde esta Rick, Julia? —Pregunto sin demora, con toda confianza, el dolor era palpable en su voz. Miro como aquella joven se detuvo en un abrupto movimiento —L-lo soportare —Murmuro intentado lograr que hablara.
—Lola el... —Sus ojos destellaron ese brillo triste mientras que intentaban ignorar el dolor, sintió que su respuesta no se iría al grano y posiblemente la haría dormir.
—Solo dilo —Pidió casi en un ruego
—E-el...el sufrió todo el daño del accidente, el impacto contra el coche lo dejo muy afectado y el bueno...esta en coma —Un balde de agua fría cayo sobre su cuerpo sus nervios explotaron en lágrimas que salían descontroladas de sus ojos —Los médicos están preocupados porque esta fuera del tiempo estipulado, parece no querer mejorar —Soltó por ultimo, dejando su corazon con miles de apuñaladas llena de cuchillos encendidos en fuego, su corazon se detuvo momentáneamente mientras que los sollozos comenzaban a ahogar su alma, el aire faltaba el dolor sobraba y un inmenso deseo de morir se incrusto en sus débiles huesos.

Un amor en septiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora