Capitulo 25

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Su cuerpo si bien estaba cansado y la fría brisa no hacia mas que erizar los vellos de su delicada y tersa piel, se sintió como nunca antes, la tela de la sabana se deslizo sobre su hombro produciendo cosquillas, sacándola del sueño en el que se encontraba, abrió los ojos desorientada mientras que tallaba sus ojos en un intento de aclarar su visión ahora afectada por las horas de sueño, su mirada vaga se guío a través de las ventanas de aquella habitación, la tarde en colores pintorescos comenzaba a pintar el cielo sin permiso alguno, llenándolo de esos colores cálidos que aun no se reflejaban en el día.
Un delicado papel descansaba a su lado, ocupando el lugar donde su acompañante debía estar, lo levanto con sus manos leyendo el contenido.

Siempre sera difícil verte despertar, pues aunque el tiempo haya pasado aun sigo deseando permanecer a tu lado todo el día bajo las sabanas, pero hay cosas que hacer, te veo en la cafetería, ya sabes cual

Sonrio bobalicona mientras se llenaba de ese aire tan puro y frío que podía respirarse, si bien no había pasado mucho tiempo el día era distinto, se sentía diferente no entendió el aura que se encumbraba sobre ella. Se cambio con una muda nueva de ropa moviéndose ágil hacia aquella cafetería de la noche anterior.
Una camarera la recibió en la entrada sonriente y animada.
—¿Tu eres Lola verdad? —Pregunto sosteniendo un paquete en sus manos, asintio delicada confundida. —A dejado estas donas para ti y esta nota —Musito dejando en sus manos cubiertas el contenido de una nueva nota.

Prometo que es la ultima nota, nos vemos en el parque, no olvides las donas, ansío verte para nuestro almuerzo juntos

Sus pies antes de cualquier pensamiento ya se encaminaban ansiosos a ese lugar donde el se encontraba, sentía el sabor de la emoción en sus labios y de nuevo como una chiquilla sintió sus mejillas encendidas y sus manos sudorosas, quiso regañarse a si misma por el gesto ¿Pero como habría de hacerlo si este la hacia feliz? Tal vez las personas que la vieron caminar no entendieron como es que llevaba en su rostro aquella sonrisa tan genuina, pero si lograron contagiarse de aquella felicidad que la irradiaba aquella tarde.
Llego al lugar sin molestias, sintiendo toda la energía vivaz de ser esperada por aquel, en busca de aquella banca donde habían confesado, donde habían aceptado sus sentimientos lo encontró apoyado de un árbol, con su sonrisa típica con sus ojos tan brillosos y vivos como siempre, corrió llenándose de todas las emociones que solo el producía. La atrajo entre sus brazos apretándola fuerte entre estos, llenándose de aquel olor que nunca olvidaría, escuchando aquellas risitas de la joven que jamas saldría de su vida.
—No puedo creer que planearas esto —Sonrio depositando un beso suave en sus labios.
—Ven que aun no termina —Tomo su mano fuerte mientras la llevaba a una cúpula de madera donde una mesa sostenía comida cerca de una fogata. El ambiente tan anormal se le hacia de los detalles mas hermosos alguna vez vistos.
—¿Comeremos aquí? —Pregunto sonriente, tal como una niña pequeña.
—Sí, ya que ahora te gusta el frío podemos cometer la locura de comer en mitad de invierno —La tomo fuerte llevándola dentro del lugar que junto al fuego se sentía cálido. —¿Trajiste el paquete de donas? —Pregunto mirándola asentir.
—Sí, pero no creo que sea buena idea comer donas antes de alguna comida —Su mano viajo a través de la bolsa color marrón, frunció el ceño al sentir no mas que papeles de colores. —¿Que esto? —Río al sentirse engañada, saco el contenido de la bolsa, encontrándose al final una pequeña caja de color negro, sus ojos que antes habían estado sorprendidos de pronto se volvieron agua, la emoción era inminente en ese grito ahogado que se forjo en su garganta, toco la caja mirándolo a el repetidas veces.
Quito el contenido de sus manos y abriéndolo una reluciente joya brillo haciendo juego con la nieve blanca que seguía presente como compañía del invierno.
—No mentí cuando dije que quería casarme contigo —Tomo su mano izquierda con seguridad mientras que la veía llorar, chistar emocionada y deslizando aquel anillo tras su dedo anular fue sorprendido por sus labios.
—Me haces feliz Rick —Murmuro contra sus labios.
—No mas que tu a mi...amor.

Aquella tarde que paso entre las risas jóvenes de aquello dos que si bien no estaban en lugar mas caro de la ciudad, si bien sabían que al salir de allí pescarían un resfriado, sabían como disfrutar de la compañía que se proporcionaban. Mas al volver a casa, tras pasar lo días en la infinita felicidad de estar juntos una noche...eso cambio.


—Te queda mejor este vestido —Julia paso por su lado mientras que sacaba de aquel armario viejo un vestido azul oscuro.
—¿Este? Pensé que el rojo le gustaría mas —Se excuso revisando frente al espejo como el vestido que llevaba puesto cubría su cuerpo.
—Pero este se te ve mejor —Lanzo el vestido hacia sus manos.
—¡Lola! —Su madre apareció tras la puerta —Rick esta afuera esperando por ti.
Dedico una mirada triunfante a su amiga y bajo rápido las escaleras, febrero ya estaba finalizando con el frío pero esa noche, esa noche en especifico el frío se incremento.
—Buenas noches guapo —Musito al subir al auto dejando en sus labios finos un beso.
—Yo debería decir de ti que estas hermosa —Beso su mejilla haciéndola reír, mientras arrancaba el auto rumbo a su destino.
—Comenzó a llover —Comento mientras hacia abrigo entre sus brazos.
—Sí —Lo miro hacer esfuerzo por ver entre las calles, la lluvia comenzaba a caer mas fuerte, permeando los vidrios.
—Es mejor que estacionemos Rick, es mas seguro —Pidió sintiendo su corazon acelerado.
—Tienes razón deja que estacione... —Aquella frase no fue terminada, pues antes de que ambos pudieran ver, antes de que ambos pudieran reaccionar ante lo que pasaría esa noche, antes de que alguno pudiera saber que un joven fue dejado por su novia dejando que el alcohol se filtrara en su sangre. Aquel auto donde ambos iban fue impactado por aquel conductor corriendo por el carril incorrecto. Un grito fue pronunciado a potente voz mientras que para ambos...todo se oscureció.

Un amor en septiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora